05:00 PM. Bedroom
Dado que desde el despacho hasta mi dormitorio hay un pasillo con dos puertas y se supone que no estoy haciendo nada indebido, tampoco hay motivo para que llamen antes de entrar. Ana se permite esa libertad porque entiende que a estas horas no tengo nada que esconder y que el posible silencio que pudiera proceder de mi habitación, en contraste con el jaleo que reina en el resto de la casa no es siempre indicio de que me haya escapado por el garaje, lo normal es porque me gusta estar tranquila y a ser posible pasar desapercibida, quitarles a las demás la curiosidad por asomarme a ver qué hago. Ana es de las que no se cohíbe porque le preocupa mi integridad y el hecho de que me sienta demasiado falta de control, que me haya sucedido algo y nadie se preocupe por mí hasta que llega la hora de cenar y se percatan de que no he bajado. Es una manera de conseguir que yo también me modere.
Ana: (Se asoma por la puerta) Jessica, tienes visita. – Me dice. – Cuando sepas quién es no creo que te entusiasmes, pero la visita es para ti. – Me indica. – Es un caso un poco atípico, pero supongo que el motivo merece que se haga una excepción. – Me comenta.
Jess: Entonces seguro que no es Daddy. – Le contesto con complicidad. – A Yuly no la espero. Ya hemos acabado con el trabajo de Spanish y el otro se supone que es individual. – Le comento. – Me dijo que repetiría la visita, pero de momento no hemos concretado
Ana: Baja y lo ves por ti misma. – Me propone.
Jess: No es Daddy ¿verdad? – Le pregunto con intención de que me evite la frustración antes de que se produzca.
Ana: No, no es Daddy. – Me responde con intención.
Si no es Daddy, porque nunca es él y tampoco Yuly, porque me lo hubiera dicho esta mañana y, por lo que sé tenía la tarde ocupada y sus padres no la traerán cada vez que a ella se le antoje porque los dos trabajan y su casa se encuentra lejos, la verdad es que se trata de una visita sorpresa e inesperada, aparte que por lo que Ana me ha insinuado no parece que sea algo que me alegre la tarde, pero no me ocurre a nadie más que me venga a visitar, porque, si se tratase de alguna de las chicas que ya han estado aquí, supongo que Ana no les hubiera pedido que esperasen en la puerta, hay confianza y una cierta permisividad con ellas, aparte que sería toda una novedad que alguna demostrase este interés por mí, aunque entiendo que para ellas lo extraño en que yo siga en el St. Clare. Lo peor sería que se tratara de alguno de los administradores, que me traiga mala noticias, porque les haya llegado algún informe poco favorable sobre mí desde las oficinas del Medford High y por lo tanto se hayan acabado las buenas intenciones, tal vez hayan venido a pedirme que recoja y me traslade a Matignon High, si no cambio de actitud o aunque me comprometa a ello desde mañana mismo. En cualquier caso, no creo que mi comportamiento en clase de estos primeros días me haga merecedora de una medida tan drástica, sólo han sido pequeñas torpezas, causadas por el cambio y la desorientación.
Con la incertidumbre de no saber quién me visita salgo de mi habitación y me dirijo hacia la entrada con la expectativa de que no se trate de nada desagradable, ya que se supone que hasta final de curso tengo garantizada mi estancia, con independencia de cuáles sean mis calificaciones hasta entonces y con el firme convencimiento de que Mr. Bacon no hablaba muy en serio cuando me ha dicho que con mi comportamiento en sus clases y su asignatura pongo en juego lo que pase con las demás. Sería justo la consecuencia contraria a la mantenida en el colegio, donde se me consideraba exenta de esa asignatura y ello no afectaba a las otras. Entiendo que he cambiado de centro y que este curso los profesores sean diferentes y más exigentes. De hecho, no evito la asistencia a clase, pero sería injusto que, por culpa de una única asignatura, también me obligasen a que repitiera curso, aparte que sería en otro High School, porque ya no se me permitiría mi continuidad aquí.
05:15 PM. Hall
Cuando llego al final de la escalera a quien me encuentro en la entrada es a Mr. Bacon, que parece no ha tenido bastante con la charla que me ha dado esta mañana; no se ha quedado conforme con todo lo que me ha dicho y parece que tiene intención de reafirmarse en ello, al menos de dar sus explicaciones antes quienes supone habré pedido que intercedieran. Me da la impresión de que ha venido hasta aquí para que me asuste porque ha dado parte de mi comportamiento a mis tutoras y con ello deja patente que no se toma con indiferencia mi actitud, sino que se lo plantea como una cuestión personal, de tal manera que, si no cambio por las buenas, pretende que sea por las malas y va camino de conseguirlo. Tengo la impresión de que me trata como si aún estuviera en el St. Francis School, cuando se supone que no hay una relación directa entre en el Medford High y el St. Clare, que, en todo caso, las conversaciones con las tutoras han de ser con cita previa y en las horas que los profesores tienen reservadas para los padres. Mr. Bacon se excede en sus funciones y no se conforma con la charla que seguro ya ha mantenido con Ana, como si ésta pensara que es mejor que hable conmigo sin rodeos ni intermediarios.
Jess: Hola. – Le saludo un tanto cohibida. – ¿Sucede algo? – Pregunto contrariada. – ¿Has venido a hablar con mis tutoras sobre el acuerdo de esta mañana?
Mr. Bacon: Hola. – Responde al saludo. – Me he pasado por aquí para que hablemos y te quede un poco más clara nuestra conversación de esta mañana. – Se explica. – Ya he tenido oportunidad de hablar con una de tus tutoras, pero conviene que tú seas consciente de la situación porque ya eres mayor. – Justifica. – Llevamos una semana de clase y ya me he hecho una idea de con qué pie cojea cada uno. En tu caso me parece demasiado grave como para que lo pase por alto.
Jess: Llevaré los ejercicios al día y estudiaré. – Le contesto para que no piense que desentiendo de la asignatura. – No sé si me ha cogido manía por algún motivo, pero no tiene motivos.
Mr. Bacon: Eso para mí no es suficiente. – Me responde con gesto serio. – Valoro la participación en clase, que te tomes la asignatura en serio y no como un pasatiempo, como si no hubiera nada mejor.
Jess: Al final lo que importa es la calificación final. – Alego. – Haré los exámenes lo mejor que pueda. – Me comprometo. – Espero que los exámenes no sean muy distintos a los ejercicios que hacemos en clase. – Le digo por si hubiera un poco de consideración por su parte. – Además, el nivel de clase es muy básico. – Justifico en alusión a los comentarios de Yuly.
Mr. Bacon: En mi asignatura no basta con que memorices, sino que asimiles. – Me corrige. – De poco sirve que me escribas unas frases perfectas o me hagas un examen de A+, si después no te sabes el abecedario o no mantienes una conversación más o menos fluida; si no participas en clase con el mismo interés que el resto de tus compañeros
Jess: A mí no me sirve para nada porque no necesito conversar con nadie. – Le contesto sin cohibirme.
Mr. Bacon: Si no te entra en esa cabecita que te perjudicas tú sola y con ello a tus compañeros, me parece que no hay más que decir. – Me contesta en tono afable, pero serio. – Ten presente lo que te he dicho esta mañana. – Me advierte. – Tu amiga Julia aspira a la máxima calificación y quizá, por tu culpa, suspenda. – Me advierte convencido. – Valoro el comportamiento en clase y, hasta ahora, ese intento por ayudarte no os beneficia a ninguna de las dos.
Jess: Le pediré que no me ayude y así no habrá problemas. – Le sugiero.
Mr. Bacon: Al contrario, no tengo ninguna objeción a que te ayude, porque necesita de ese aliciente. – Me corrige. – Pero no quiero que hable por ti ni ejerza de traductora a mis espaldas porque ello interrumpe la clase. No os ayuda a ninguna de las dos. – Me aclara con tono serio. – No me obligues a que os separe, porque entiendo que sería el peor remedio.
Jess: Haré lo que pueda, pero no prometo nada. – Le respondo.
Mr. Bacon: Tan solo esfuérzate y no estés en clase con la mente en otra parte. – Me aconseja. – Si necesitas de un empujón, ten por seguro que lo tendrás. – Me avisa con gesto serio. – Como te he dicho y supondrás, he hablado con una de tus tutoras y me ha comentado cuál ha sido tu planteamiento hasta ahora, pero a mí eso no me vale.
Jess: I don’t speak Spanish! – Le contesto.
Mr. Bacon: La evaluación en clase es diaria y, como te dije antes, a la hora de puntuar lo valoro todo. – Me avisa. – Eres tú quien te suspende y mi misión es que aprendas y apruebes, de manera que sé responsable con la postura que tomas.
Jess: I do not speak Spanish! – Reitero.
Mr. Bacon: Entonces, como te he dicho esta mañana, estás suspendida. – Me contesta. – Espero que entiendas lo que eso significa y demuestres que me equivoco.
Está aquí, entiendo que ha hablado con Ana y, en consecuencia, lo que su advertencia significa. Aquí suena mucho más en serio que en el Medford High, porque allí lo más que puede hacer es suspenderme o que los demás profesores estén en sobre aviso conmigo y no se muestren tan considerados, pero aquí se trata de que tengo pie y medio en Matignon High, que me deja sin argumentos para que Ana justifique mi continuidad. Si no estoy dispuesta a poner algo más de mi parte, estaré suspensa y todo lo malo o bueno que me suceda en los próximos meses será responsabilidad mía, salvo que supere mis recelos hacia esa asignatura y sea un poco más aplicada y participativa en clase. Según Mr. Bacon, no es tanto lo que se me pide y sí mucho lo que gane a cambio. Con que venza mi resistencia a hablar en español ya habré ganado mucho. Entiendo y supongo que ese cambio de mentalidad no implicará que lo hable de manera tan perfecta como Yuly, tan solo que no me cierre en banda como hasta ahora. Sin embargo, aparte de que no quiera, es que tengo la sensación de que no seré capaz. Hay demasiada carga y compromiso en ello, como si por el hecho de ceder en esto, renunciara a esa búsqueda de Daddy a todos mis anhelos, que la única manera que tengo para que todo el mundo entienda que le necesito es por medio de esto. ¡No, no quiero olvidarme de Daddy, pero tampoco que me echen, porque es aquí dónde me buscará cuando venga! Se trata tan solo de una asignatura, no de jugarme la vida a cara o cruz.
Mr. Bacon: Para que entiendas que mi sugerencia es con la mejor de las intenciones y que no se trata de nada personal, que te haya cogido manía ni nada por el estilo. Te concederé hasta el día 18 para que te aprendas el abecedario en español. – Me dice en tono afable.
Jess: Gracias. – Le respondo sin comprender este cambio de parecer.
Mr. Bacon: Pero ten en cuenta que tus compañeros me oyeron decirte que, si ni lo recitabas, te echaría de clase. – Me advierte. – No sería justo para nadie que no cumpliera mi amenaza.
Jess: Lo del abecedario es una tontería. – Le contesto.
Mr. Bacon: Si tan segura estás de que lo es, demuéstramelo el próximo lunes. – Me indica. – Recítame el abecedario completo en español y me pensaré qué nota ponerte en este cuatrimestre porque de momento estás suspensa.
Jess: ¡Pero eso no es justo! – Protesto.
Mr. Bacon: Depende de ti. – Me responde. – Como os dije el primer día, yo tengo en cuenta todo a la hora de la evaluación y tan importante me parece la actitud en clase como que asimiléis la teoría. La mejor calificación será para quien se la merezca y te aseguro que estaré encantado a poner a todo el grupo un ‘A+’, si os lo ganáis.
Jess: La impresión de todos es que quiere suspendernos y caerá el primero que respire o se mueva más de la cuenta. – Le comento.
Mr. Bacon: No disfruto con las malas calificaciones, pero no me tiembla el pulso a la hora de poner ‘A+’ ni ‘F-’ a quien se lo gane. – Me indica convencido.
Jess: Aprobaré. – Es lo único que se me ocurre responderle.
Ante la evidencia de que la conversación no lleva a ninguna parte, prefiere darla por concluida, confiado en que mi buen juicio o el desarrollo de los acontecimientos me harán cambiar de mentalidad en cuando a su asignatura y todo lo que me bloquea. Sin embargo, de momento nada de lo que me ha dicho hará que cambie mis planteamientos porque no encuentro motivo para ello. Estamos a comienzo de curso y me ha tomado manía porque hice un cuestionario desastroso la semana pasada y el lunes no fui capaz de pronunciar una letra en español, como si ello fueran razones suficientes para suspenderme y no darme ni un solo voto de confianza, por mucho que yo insista en que pretendo aprobar y me siento capaz de conseguirlo, aunque me costará algo más que buenas intenciones porque voluntad no tengo demasiada en ese aspecto. Es más, supongo que tampoco es maña idea que me apoye un poco más en Yuly, pero no me gustaría que ella se sintiera obligada y menos aún coaccionada por la idea del suspenso cuando su objetivo es obtener la máxima calificación y que ello les dé acceso a las asignaturas de honor, para los estudiantes más aplicados.
Ana: (Se asoma por la puerta) ¿Ya se ha marchado Mr. Bacon? – Me pregunta un tanto contrariada.
Jess: Sí, se acaba de marchar. – Le contesto.
Ana: Como supongo te habrá dicho, he tenido ocasión de hablar con él, de que comentemos tu particular situación y le he dejado claro que por mi parte no espero que sea demasiado condescendiente conmigo. – Me indica. – Ahora eres alumna del Medford High y conviene que aprendas el idioma, que superes ese bloqueo mental.
Jess: Haré lo que pueda. – Le respondo.
Ana: Debería ser la primera y más interesada en hablarte en español, pero no quiero que te tomes esto como un juego. Es en serio. – Me avisa con firmeza. – Estás a una patada en el culo de que te manden a Matignon High. – Me recuerda y advierte con complicidad. – Sin embargo, da la impresión de que no eres consciente de ello.
Jess: Lo soy. – Le aseguro.
Ana es bastante expresiva a la hora de poner de manifiesto su malestar y desacuerdo, por lo que su alusión a la patada en el culo no la entiendo como una posible agresión ni maltrato por su parte, sino, más bien, como una manera de advertirme que era ella misma quien me saque de aquí como le dé motivos, que por el momento no está demasiado contenta con mi comportamiento. Aunque, bueno, a mi favor tengo que acudo a clase sin que nadie me lleve por las malas y hasta ahora no he faltado a ninguna. Es como si Ana se mostrase un tanto incrédula ante mi buen comportamiento y temiera que en cuando se confíe demasiado Mr. Bacon se encontrará con que no aparezco por su clase y que no hará falta que sea él quien me impida la entrada. Por lo que esta tarde me ha dado a entender, lo que pretende es que esté en clase, pero no me dedique solo a calentar la silla, aunque tampoco será necesario que sea un culo inquieto como lo es Yuly que en cuanto tiene oportunidad interviene y ello impide que los demás participemos.
Ana: Regresa a la habitación y aprovecha el tiempo. – Me pide. – Ya te avisaremos cuando sea hora de cenar.
Jess: Estaba con el trabajo de Historia cuando me has interrumpido. – Le indico.
Ana: Acabalo pronto y encuentra tiempo para las demás asignaturas, sobre todo para la de Spanish y para aprenderte el abecedario. – Me dice. – Si necesitas ayuda, en cuanto encuentre un momento voy.
Jess: Puedo sola. – Le respondo, aunque no sea verdad, pero tampoco quiero que me presione con ello.
Hasta el próximo lunes tengo tiempo de aprenderme el abecedario en español. En realidad, ya me lo sé, pero Mr. Bacon espera que se lo recite a toda la clase, dado que el lunes no abrí la boca y la única vez que lo hice mi pronunciación no fue de su agrado. A mí, de manera natural, me sale siempre en inglés. Es absurdo que ahora pretenda que me salga en otro idioma, aunque debido a que en el St. Francis School se estudia italiano durante los primeros cuatro cursos mi excusa se queda sin argumentos. Tampoco es que hable italiano con mucha soltura sobre todo después de todos esos años sin practicarlo y que toda mi atención ha estado en el español. Es posible que debido a que los dos idiomas tienen la misma raíz latina ello me haya facilitado la comprensión del español, cuando Ana me habla en ese idioma. Sin embargo, la cuestión está en que todo el mundo espera que supere mis miedos y recelos hacia un idioma por el que ahora mismo no siento demasiada simpatía, que se supone me ha de acercar a Daddy, pero tengo la impresión de que nos distancia porque el hecho de aprenderlo no es una garantía de que vaya a venir a por mí ni que quiera tener contacto conmigo.
06:00 PM. Bedroom
Wednesday, September 13, 1995 Esta tarde Mr. Bacon ha estado aquí, ha venido a verme. Se supone que las reuniones con los profesores son en el high school, pero en vez de pedirme que avisara a Ana o Monica para que hablen con él, se ha presentado aquí. Primero ha hablado con Ana, le ha puesto al corriente de mi actitud en clase y después ha mantenido una charla conmigo, en la entrada. Me ha reiterado que, si no cambio de actitud, estoy suspensa. ¡Casi es mejor que no aparezca por su clase porque el resultado será el mismo! Sin embargo, como no acuda a clase o no lleve los ejercicios al día, quién tiene los días contados aquí soy yo. Estoy segura de que Ana me recordará que en el Matignon High aún me esperan y que con ello se quitarían de muchos problemas. De todos modos, cuando hice la matrícula, me comprometí con Ana a que me esforzaría para aprobar y, a pesar de las advertencias de Mr. Bacon, lo haré. Si después no apruebo, no será responsabilidad mía. Lo que no pienso hacer es demostrar entusiasmo por una asignatura o un idioma que me produce arcadas. Si lo que pretenden o esperan es que una vez que termine el curso o a ser posible antes, me olvide de la coletilla del 'I don’t speak Spanish' , Ana ya sabe que soy una chica de ideas fijas y me habrá ir muy bien la asignatura. Lo cual considero poco probable dados los precedentes y cómo ha empezado el curso. Lo único es que quizá me haya ganado una amiga, pero lo malo es que el próximo curso iremos a clases distintas, que como me ocurre siempre nos distanciaremos y nuestra relación de estos meses quedará en papel mojado. Además, como tal vez venga Daddy a por mí o en el peor de los casos me terminen mandando a Matignon High, no parece que esta amistad tenga mucho futuro. De todos modos, supongo que por mi parte pondré todo el interés. No sé, quizás en esta ocasión tenga algo más de suerte porque Yuly parece ilusionada con la idea y en clase nos apoyamos la una a la otra.