Después de mí llega siempre el amor, un chico al que su tilín suena tolón. Mi sonar de campana suena a cascabel parece que hacen menos ruido pero detrás de mí siempre viene él. Su poeta deja de sentirte campana envidiando un sonido como aquel el tranquilo tilín de su cascabel , mientras las atolondradas campanas suenan, pero no para llamar a comer Las campanas suenan siempre a boda y las novias siempre le esperan a él yo voy anunciando a la novia lo que ya nadie quiere conocer.
Manuel Pellicer. Poema de 1993

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