Introducción
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El proyecto de un puente de hormigón armado inmediato al Puente de Alcántara»
Con motivo de su 80º aniversario, el periódico ABC le dedicó un extenso artículo en su ejemplar de fecha 18.08.2014 firmado por Víctor Girona Hernández y foto de Luna Revenga. Apoyado en ese artículo, el blog Tres Culturas montó otro muy interesante que publicó en su muro el 06.06.2015. Las referencias publicadas en la Revista de Obras Públicas las detallo por orden cronológico, independientemente de sus autores:
Cómo llegar: Se encuentra extramuros de la ciudad de Toledo. Yo le asigno el PK 0 de la carretera nacional N-400 (Toledo-Cuenca) que se correspondería con el viejo Puente de Alcántara, salida natural hacia el E, aunque ahora los tráficos van por el puente de Azarquiel. En cabecera derecha tiene conexión con la citada N-400 y con el castillo; en dirección S aboca a la carretera local TO-3100, la CM-40 y el pueblo de Cobisa.
- AÑO 1925 TOMO 2429 Toledo, Nuevo puente sobre el Tajo.
- AÑO 1925 TOMO 2439 El estilo del nuevo puente de Toledo.
- AÑO 1926 TOMO 2451 El nuevo puente de Toledo.
- AÑO 1926 TOMO 2452 El nuevo puente de Toledo. ¿Ingenieros o Arquitectos?
- AÑO 1926 TOMO 2461 Toledo. Conferencia en la clase de arquitectura de la Escuela de Caminos el día 14.05.1926
- AÑO 1926 TOMO 2464 Concurso de proyectos de puentes sobre el Tajo en Toledo.
- AÑO 1927 TOMO 2475 Concurso del puente de Toledo.
Otro trabajo interesante sobre el puente es el de Leopoldo Torres Balbás publicado en el año 1925 y donde hace una buena introducción del puente viejo.
La necesidad del nuevo puente y su emplazamiento.
Dicen que el viejo puente de Alcántara no es suficiente para las necesidades del tráfico actual. A consecuencia de ello, se ha pensado en construir otro inmediato, y creemos que debe andar próximo a terminarse el proyecto para la nueva obra.
Pero si el puente se construye •••
Pero como las ideas más torpes y absurdas son muchas veces las que triunfan, debe preverse el caso de la construcción de un nuevo puente junto al de Alcántara. Si existe necesidad ineludible de construirle, si se insiste en situarle cerca de aquél, queremos- y creo hablar en este caso en nombre de un grupo de gentes que deben a Toledo algunos momentos de goce espiritual – un puente moderno, un puente que sea obra representativa de nuestros días y no un pastiche más. Queremos un puente ingenieril, un. arco o una viga de cemento armado, sin masa casi, que sea como una línea tendida sobre el cauce del río.
¿Ingenieros o arquitectos?
Leopoldo Torres Balbás
El que el nuevo puente sea proyectado por un ingeniero o un arquitecto, es cosa que a nosotros_:_ y a la opinión- no interesa. Que el problema se resuelva del modo más perfecto posible: esto es lo realmente interesante. Si la solución fuera la lógica que propugnamos, parece desde luego que el estudio de la urbanización y ensanche de Toledo y emplazamiento del nuevo puente debe ser motivo de un concurso entre arquitectos, ya que oficial y extraoficialmente son los técnicos más capaces para ello. Y el proyecto de puente podría salir a concurso entre ingenieros de Caminos, si se optase por el cemento armado- a nosotros, aun en ese emplazamiento, algo apartado del de Alcántara, sigue pareciéndonos la mejor solución- o el hierro, o, de no fijar material, o que éste sea la piedra, que al concurso puedan concurrir ingenieros y arquitectos, individualmente o asociados.
Puente Nuevo de Alcántara



Trasteaba por Toledo aquel día con intención de empezar un artículo sobre la vieja carretera nacional N-400 y la propia historia, su magnetismo, los ecos lejanos del ruido de obras, la piedra, la geometría del arco y el continuo rumor de las aguas del Tajo me llevaban irremediablemente a la quejumbrosa muralla, a la puerta de entrada y ya de seguido…, al Puente de Alcántara. Era lógico y el cazador de puentes así lo entendió y una vez estudiado, paseado, muy admirado y fotografiado en cien tomas, tranquilamente, lo subió al blog. Ahí está y aunque pendiente de documentar, podéis encontrarlo siguiendo esta pista: Puente Viejo de Alcántara
Ahora bien, mientras paseaba el entorno, andaba, subía y bajaba por los terraplenes y hacía variadas tomas del viejísimo puente de mil historias, de vez en cuando, también dirigía la mirada lobuna aguas abajo, hacia el punto donde la Ronda de Juanelo cruza el río. Allí, a menos de 300 metros del puente mítico, en un punto bajo y mimetizado por la roca adyacente y tapices de arbolado de tonos verdes, surgía la inconfundible silueta de otra estructura pontonera, sencilla, silenciosa y austera pero que, contrariamente, exhibía un plus enorme de fortaleza, de amplia firmeza que le hablaba al río y apostaba con él que jamás sería vencido por sus aguas.
Este simple puente podría estar tipificado dentro de las corrientes oficiales que el propio Ministerio de Fomento en los años 30 del siglo XX tenía clasificados para salvar corrientes de caudal importantes en carreteras de segundo o tercer orden. No tenía más referencias, no tenía cualidades sobresalientes y, sin embargo, cuando escarbas en la historia, cuando te adentras en legajos polvorientos, en revistas viejas y descubres la noticia, te das cuenta de que se podría escribir un libro sobre él, aunque no sea sobre sus cualidades intrínsecas o su propio devenir sino por el cúmulo de circunstancias y hechos que, precisamente, hicieron que así se construyera.
Por aquellas fechas, la ciudad de Toledo sólo poseía los dos puentes ancestrales, el de San Martín y el de Alcántara, en pleno uso, casi diría que abusando de su ancianidad en momentos en que el tráfico rodado cobraba auge y necesitaba nuevos accesos más francos y anchos para el devenir de la propia ciudad imperial. Parece ser que el de Alcántara empezaba a sufrir desgastes y achaques y cundió el pánico entre la sociedad toledana de la época. Había que construir rápidamente un puente nuevo, eso era evidente. Pero, en la ciudad monumental hispana por excelencia… ¿se podría realizar cualquier estructura…? ¿Se podía dejar el asunto en las rutinarias manos de la jefatura de obras públicas provincial…? ¿Era un mero asunto local o, quizás, deberían de movilizarse las fuerzas vivas de la cultura y el saber a nivel nacional…?
Cazando puentes
Al elegirse un punto donde el cauce circula angosto se prescindió de una estructura larga que salvara el río con varios arcos y se ajustó una rasante muy baja con respecto a los muros rocosos de ambas márgenes. La longitud total de la obra es de 79 metros, incluido estribos. En extremos se levantaron fuertes muros asentados sobre roca viva con contrafuertes. Dispone de un solo arco escarzano con luz de 43,30 metros que apoya en las basas de estribos sobre salmeres sobresalientes
Este simple puente podría estar tipificado dentro de las corrientes oficiales que el propio Ministerio de Fomento en los años 30 del siglo XX tenía clasificados para salvar corrientes de caudal importantes en carreteras de segundo o tercer orden.
el 7 de agosto de 1924 Don Luis Barcala, por entonces responsable de la Jefatura Provincial de Obras Públicas, expuso en el Ayuntamiento de Toledo reunido en asamblea la conveniencia de presentar ante el Directorio del General Primo de Rivera la demanda de un nuevo puente que viniera a suplir al viejo puente de Alcántara del deterioro más que palpable que sufría por el creciente tráfico que debía soportar
El 20 de octubre de 1933 se llevó a cabo la solemne inauguración de esta estructura.

En cabecera izquierda dispone de un conjunto de carteles que indican rutas de senderismo hacia diferentes puntos: Ermita de la Virgen del Valle, Albarreal de Tajo, La Puebla de Montalbán, Villamejor y Aranjuez, por medio de rutas GR de Caminos Naturales del Tajo. Allí mismo también podemos observar los restos del antiguo acueducto de origen romano-musulmán así como los restos del famoso ingenio o artificio de Juanelo Turriano para elevar aguas hacia el viejo alcázar.



