Introducción
El otro día ya estuvimos de visita en el Colegio de Doncellas Nobles, pero ya que hemos vuelto por la zona, aprovechemos para dar una vuelta por los alrededores, seamos valientes y vayamos más allá del pasaje que une los dos edificios, aunque dado que hemos estado en la plaza de Santa Eulalia, el recorrido debería ser en sentido contrario, que intentemos llegar desde allí hasta aquí, para lo cual la plaza de Santa Eulalia, baja por un pequeño callejon hasta la plaza de la Cruz, donde termina calle Colegio de Doncellas
Cobertizo de la Calle Doncellas

Viejo cobertizo que baja hacia el Colegio de Doncellas Nobles, fundado en 1551 por el Cardenal Silíceo, destinado a formar futuras madres de familia. El cobertizo pertenece a la casa que en 1780 pertenecía al marqués de Villagarcía, conde de Torrejón. Ha amenazado ruina en varias ocasiones desde antiguo y casi se derriba en 1854, según apunta Julio Porres, pero se mantuvo en pie. Es uno de los pocos cobertizos que se conservan que une edificios civiles. Un poco más abajo, en esta misma calle encontramos un pasaje metálico que une el Colegio de Doncellas con un edificio hoy perteneciente a la administración regional.

Abren al tránsito peatonal y de vehículos la calle Doncellas de Toledo tras la restauración de su cobertizo 10/02/2020
Como curiosidad de esta calle, aparte de la presencia del cobertizo, está la portada de lo que fue la capilla del hospital de Santa Ana, hospital que comparte jardín con el Colegio de Doncellas Nobles
Capilla de Santa Ana.
Localización: Calle Colegio de Doncellas, 5.
La Capilla de Santa Ana pertenecía al ya desaparecido hospitalito del mismo nombre e incierta fundación que tenía como misión alojar a los pobres. En la inscripción que hay sobre su puerta, podemos leer cómo fue reedificado el edificio, en 1723, gracias a las aportaciones de sus devotos. La portada es posible que sea más antigua; quizás sea una obra renacentista de la primera mitad del siglo XVI.
Tras la Guerra de la Independencia (1808-1814), alojó a diversas órdenes religiosas mientras éstas rehabilitaban sus sedes destruidas por los franceses.
Desde la plaza de la Cruz, si en vez de bajar por la calle del Colegio de Doncellas, vamos por la travesía de la Cruz, llegamos hasta la calle de las Bulas
Se llama así esta calle porque en una de sus casas tenía un establecimiento el cercano Convento de San Pedro Mártir, y en este lugar era en el que se imprimían las “Bulas”.
Estos documentos llamados “Bulas”, que te permitían hacer ciertas cosas no permitidas y que se daban por privilegio real, fueron los primeros impresos toledanos conocidos hasta la fecha.
En esta calle se ubican ciertos caserones, como en el número 15, antiguo palacio mudéjar-plateresco denominado Casa de las Cadenas, en la que estuvo el Museo de Arte Contemporáneo y hoy permanece cerrada. En el número 19 también se conservan valiosos arcos árabes y vigas talladas. En el callejón de Esquivias, que se inicia en esta calle, se conserva un interesante subterráneo de procedencia judía.



Callejón de Esquivias

Antiguamente, el Adarve de Sancho Padilla. El nombre actual lo toma de un judeoconverso que allí residió, con el apellido Esquivias. En la judería y en el resto de Toledo suele haber sótanos, muchos abovedados. Los ubicados bajo el patio suelen ser bastante comunes, de dos tipologías que no se encuentran en el resto de la ciudad (s. XV): una bóveda con pilar central o cúpula octogonal. Bajo una de las casas de esta calle encontramos uno de esos subterráneos, .


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