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Introducción
La tradición de venir a casarse a Toledo tiene muchos siglos de historia, pero supongo que no todo el mundo se puede permitir una celebración como la de 1007, aunque habrá quien argumente que para reservar fecha en alguna de las muchas iglesia que hay en Toledo, si se quiere una boda religiosa, o la sala del ayuntamiento, para las bodas civiles, hay una lista de espera casi tan larga como para encontrar un sitio donde celebrar el banquete de boda con familiares y amigos, para tirar la casa por la ventana o al río, porque un día es un día.
En cualquier caso, aunque no es mi intención dar sugerencias en ese sentido, ya que estas entradas del blog tan solo son para conocer un poco más y mejor esta ciudad, su arte, su cultura, su arquitectura, sus calles y rincones; por compartir eso que en mis investigaciones voy descubriendo, lo que sí me ha quedado claro desde hace tiempo es que lugares emblemáticos para ese tipo de celebraciones multitudinarias el Cigarral del Ángel es uno de los que más destaca, y creo haber descubierto su secreto, ya que desconocía su leyenda.
CIGARRAL DEL SANTO ÁNGEL CUSTODIO

Dominando el otrora llamado valle de Agalén, acariciado suavemente por el Tajo, se encuentra el cigarral dedicado al Ángel Custodio, guardián de Toledo, ciudad a la que preside y defiende desde lo alto de su atalaya en la mismísima puerta de Bisagra.


La privilegiada situación de este enclave toledano cautivó, desde los primeros siglos de nuestra era, a ilustres personajes como Lope de Vega, Tirso de Molina, el Marques de Villena y el Cardenal Sandoval y Rojas entre otros.
Su exclusiva panorámica sobre la ciudad Imperial, su inmediatez a la ribera fluvial, la suavidad de sus temperaturas estivales, su vistosa y frondosa vegetación, lo convirtieron en el lugar perfecto para grandes celebraciones, así como centro de encuentro de poetas, historiadores y eruditos, quienes bajo el mecenazgo de sus patronos celebraron tertulias y reuniones para el cultivo de las artes y las ciencias.
Estamos por tanto ante el Cigarral más antiguo de Toledo, un sitio único y excepcional, envuelto por una mágica atmósfera, que le ha hecho merecedor de ser el escenario de una bella leyenda toledana : “La pesca del Oro”.
En 2007 el escritor Ricardo Sánchez Candelas escribió una versión actualizada y abreviada de la leyenda que recogiera Olavarría en el Siglo XIX, y cuyo texto es este:
Corría el año 1007 de nuestra era y tenía como motivo la celebración de una boda. Aquí mismo, en este mismo paisaje, conocido entonces como Valle de Agalén, con idéntico escenario mágico de la ciudad de Toledo al fondo, una tarde de primavera, se celebraba según la leyenda el enlace nupcial de Abd Allah ibn Abd al-Aziz, rey moro de Toledo, con Teresa, princesa cristiana, hermana del rey leonés Alfonso V.
No se recordaba en la ciudad de Toledo un banquete nupcial de semejante fastuosidad. Todo era espectáculo de exuberante belleza y esplendor. El dosel vegetal de las riberas del Tajo lucía con sus mejores galas de aromas y colores, y el banquete, ante los deslumbrados invitados del séquito leonés que acompañaba a Teresa y de los propios de la corte toledana, ofrecía el más variado y rico repertorio de manjares, servido cada uno en vajillas diferentes, las primeras de plata, y todas las siguientes de brillo refulgente. Para asombro de todos, según iban siendo retiradas de las mesas, los servidores las arrojaban a las aguas del Tajo como cosa despreciable.
Terminado el banquete, Abd Allah, acompañado ya de su esposa, se dirigió a todos los presentes para anunciarles que iban a presenciar un maravilloso espectáculo con el que también, como señal de su amor, quería agasajar a su amada. En ese preciso instante, varias barcas, lujosamente empavesadas, orladas con gallardetes y guirnaldas y dirigidas por hábiles remeros, surcaban las aguas, y, al compás de la música, sacaron del fondo del río un inmenso tesoro contenido en una ancha red. En ella, con previsión ingeniosa urdida por el enamorado rey sarraceno se habían recogido todas las piezas de las ricas vajillas que habían sido arrojadas a las aguas por los servidores del banquete nupcial como mercancía de poco valor. Era La Pesca del Oro. Fue el mismo rey el que, como regalo de boda, tomó en sus manos las piezas más lujosas y de más valor para ir repartiéndolas entre todos sus invitados, que fascinados ante tan insólita maravilla habían prorrumpido en frenéticos aplausos, exclamaciones de júbilo y felicitaciones para la pareja protagonista del enlace. Uno de los cronistas del episodio termina la narración así: El manto de la noche empezaba a cubrir el ancho fondo del cielo, y las nieblas se levantaban desde el río envolviéndolo todo en sus nubes.
La pesca de oro. Wikipedia
Historia
El Cigarral del Ángel es el más antiguo de los cigarrales toledanos existentes. Sus orígenes se remontan a la dominación árabe cuando, en el siglo XI, se levantó sobre los restos de una palestra romana el que fuera palacio de verano del gobernador Abd Allah ibn Abd al-Aziz, y donde desposó a la Infanta Doña Teresa de León, hija de Bermudo II y hermana de Alfonso V.
La Ermita del Santo Ángel Custodio se sitúa en un emplazamiento cargado de historia desde tiempos muy antiguos. Algunas fuentes citan en este lugar la presencia de una palestra romana. Del mismo modo, en sus inmediaciones otros autores han situado el legendario Monasterio de Agali en época visigótica. Sixto Ramón Parro citó un documento del siglo XII en el que se mencionaba la donación de unos batanes y de la tierra que los precedía situados en el valle de Agalén a la Solanilla. Al parecer este topónimo de Agalén podría proceder del nombre de Agali. Sin embargo, más recientemente el académico Ramón Gonzálvez sitúa este monasterio en la cercana zona de La Peraleda.
En época musulmana, parece demostrado que el terreno donde se asienta el cigarral fue el lugar donde se levantaba el palacio de verano del gobernador de Toledo Abd Allah ibn Abd al-Aziz, más conocido como Piedra Seca (es citado otras veces como Abd al-Aziz al-Marwani).
Alrededor del año 1000 se celebró una boda real en el mismo lugar en que nos encontramos ahora, entonces conocido como Valle de Agalén. No se recordaba en la ciudad de Toledo un banquete nupcial de semejante fastuosidad. Todo era espectáculo de exuberante belleza y esplendor.
Cuenta la leyenda, que una vez terminado el banquete, lujosas barcas se aproximaron surcando el río Tajo y con una gran red, sacaron maravillosos tesoros del fondo del río y que el Rey, con sus propias manos, lo repartió entre sus invitados como regalo de boda y señal del amor que profesaba a su esposa. Y así llegó hasta nuestros días «La Leyenda de la Pesca del Oro».

Posteriormente, perteneció al Marqués de Villena hasta que en el siglo XVI pasó a ser propiedad del Cardenal de Toledo D. Bernardo de Sandoval y Rojas, quien, el 4 de marzo de 1611, donó parte de la finca a la Orden Religiosa de los Capuchinos de San Francisco, convirtiéndola en sede de uno de sus conventos más afamados. Desde ese momento, son los Capuchinos los encargados de la protección, conservación y amparo del convento. La fundación del mismo tuvo la finalidad, entre otras, de ser un centro donde instruir a los futuros monjes y evangelizadores de ultramar.
Los planos de la Ermita se atribuyen a Juan Bautista Monegro, considerado como una de las figuras cimeras de la arquitectura barroco-clásica de la escuela castellana, finalizando las obras en 1633. Consta de una sola nave con dos capillas laterales a la altura del presbiterio.
El altar mayor está presidido por un espectacular lienzo de siete metros de alto y cuatro de ancho de Vicente Carducho, pintor de la corte de Felipe III.
En los últimos 200 años el Cigarral del Ángel deja de ser un centro conventual para convertirse en una exclusiva residencia privada de verano, siendo una de sus últimas propietarias la escritora, poetisa y compositora Fina de Calderón, quien hizo del Cigarral un centro de encuentro de poetas y actividades culturales de relevancia internacional.
En la actualidad la ermita del siglo XVII se encuentra perfectamente conservada y restaurada, así como parte del Convento, varios patios, terrazas y jardines, formando un conjunto inigualable que lo convierte en cigarral para la celebración de bodas y eventos en Toledo.





La ermita del Angel
La ermita fue levantada como un templo de planta alargada y longitudinal, de traza rectilínea en una sola nave, con sacristía lateral ubicada en el lado del Evangelio. Su diseño se afirma como un modelo local de oratorio rural, caracterizado por la pureza de sus líneas arquitectónicas y por la nitidez de su estructura, limpia de adornos exteriores o interiores y rematada por una bóveda de cañón con lunetos. Al exterior, la cubierta se fragua con un tejado a dos aguas.
En el alzado de los muros se concibió una fábrica maciza y resistente a base de encintado de ladrillo de era de raigambre árabe y verdugadas de piedra seca para fortalecer el mampuesto consiguiendo así una línea de paramento centrado y simétrico.

El paramento interior se cierra con un revestimiento de cal desnuda, lisa y sin molduras en los entrepaños. Hacia el lado de la Epístola se abrió, en fecha tardía, una cripta para enterramientos abierta en el pavimento y cubierta por tosca laja de granito de traza aproximadamente rectangular. La cabecera se selló con un lienzo a gran tamaño de impecable factura técnica, pintado por Vicente Carducho, que representa la efigie del Santo Fundador.
La concepción de todo el recinto sacro optimiza un tratamiento singular de la arquitectura del barro cocido y tosco, muy característico de la albañilería tradicional de la Vega del Tajo y su silueta se encuadra en el estilo u orden de los pequeños templetes de aire clasicista que como humilladeros o salas de orar se levantaron en otras ermitas próximas a la ciudad de Toledo

Preside la nave principal un formidable lienzo de siete metros de alto y cuatro de ancho obra de Vicente Carducho, pintor de la corte de Felipe III


Romería del Sto. Ángel Custodio
Las romerías en Toledo son una tradición que se transmite a través de generaciones de cofrades y que, en el caso del Cigarral del Ángel, permite abrir al público este magnífico lugar para disfrute de toledanos y visitantes.
Las celebraciones comienzan la tarde del sábado con una misa en honor a los cofrades difuntos, y la degustación del agua del manantial del Santo. La mañana del domingo es el momento de la tradicional misa, tras la que se bendicen las roscas de pan del Santo que recibirán los asistentes junto con limonada. Asimismo, los visitantes se divierten con juegos tradicionales toledanos como las quínolas con figuras de cerámica.
Es al finalizar la tarde cuando los cofrades sacan la imagen del Ángel en procesión, con inicio y final en la Ermita y recorrido por todas las instalaciones del Cigarral, por arboledas y paseos florales, patios de origen árabe y fuentes…Uno de los momentos más emotivos tiene lugar a la finalización del acto, en el que los costaleros bailan al Ángel al son del himno nacional mientras los fieles lanzan pétalos de rosa.
Plaza de la ermita
Con una capacidad de hasta 1000 personas y 1200 m² de superficie, descubrimos la plaza de la ermita, un espacio elegante, situado entre la Terraza de los Pinos, el Patio de los Poetas y la Ermita del Santo Ángel Custodio (construida en 1631 por la Orden Religiosa de los Capuchinos de San Francisco)




La terraza del río
Rodeada de árboles centenarios por un costado y la ribera del Tajo por el otro, sus 780 m² nos ofrecen una de las más espectaculares vistas de Toledo. La Terraza del río nos brinda una panorámica inigualable en un lugar histórico.

Un Cigarral de Leyenda: «LA PESCA DE ORO» | Cigarral del Ángel (cigarraldelangel.com)
Tres Culturas: Cigarral del Santo Ángel Custodio (ciudaddelastresculturastoledo.blogspot.com)