Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en página aparte)
Introducción
El paseo por la calle Reyes Católicos, por el barrio judío, ha de incluir una visita obligada. En febrero ya pasamos por aquí a la carrera y en estos días en que hemos regresado no hemos cruzado la puerta, pero de verdad que después de haber subido esos escalones, la visita merece la pena, que sea una visita larga para fijarse en los detalles, porque la belleza de su arquitectura exterior no le hace justifica a la belleza interior, hasta el punto de presumir de ser uno de los monumentos de Toledo que poco o nada tienen que envidiar a otros con más renombre en cualquier otro lugar del mundo.
Exterior de la sinagoga

Sinagoga de Santa María la Blanca
En 1260, la comunidad judía de Toledo obtuvo un permiso extraordinario del rey Alfonso X para reconstruir «la mayor y más hermosa sinagoga de España», siendo esto opuesto a una bula del papa Inocencio IV. El edificio fue erigido en territorio cristiano (Reino de Castilla) por constructores musulmanes y tuvo como comitente y financista a la comunidad judía de Toledo, representada por Yosef ben Shoshan. Una vez acabado, el edificio fue denominado «Sinagoga Mayor» pues era el principal centro de culto hebreo en Toledo. Ya desde sus inicios, ese templo formaba parte de las diez sinagogas toledanas consideras por Yehuda ben Shlomo al-Jarizi en sus escritos del siglo XII:
Vine a la extensa ciudad de Toledo, capital del reino, que está revestida del encanto de la dominación y ornada con las ciencias, mostrando a los pueblos y príncipes su belleza. […] ¡Cuántas sinagogas hay en ella de belleza incomparable! Allí toda el alma alaba al Señor.


Durante años los hebreos acudieron a la Sinagoga Mayor para orar y estudiar la Biblia, mas esto fue interrumpido por el asalto al barrio judío en 1355 y matanzas en 1391, ocasionados por los incendiarios discursos de Ferrán Martínez, Arcediano de Écija. En el contexto de la campaña de predicación de San Vicente Ferrer el edificio fue convertido en iglesia de la Orden de Calatrava bajo la advocación de la Virgen en 1411 y, desde entonces, se lo denominó «Iglesia de Santa María la Blanca».

En 1550, el cardenal Siliceo la transformó en un beaterio para mujeres públicas arrepentidas. De entonces data el retablo de la escuela de Berruguete, obra de Juan Bautista Vázquez el Viejo y Nicolás Vergara el Viejo. Las transformaciones en la cabecera del edificio son de esta época y estuvieron a cargo del arquitecto Alonso de Covarrubias.
Entre 1600 y 1701 el edificio permaneció desocupado. Durante el siglo XVIII fue cuartel de las tropas de la guarnición de Toledo. Con la invasión napoleónica de principios del siglo XIX fue convertido en depósito. A mediados del mismo siglo se lo declaró monumento nacional y, tras la guerra civil española, un real decreto del gobierno lo cedió a la Iglesia católica. Con todo, no es para nada inusual referirse a dicho edificio como la «Sinagoga de Santa María la Blanca».

Santa María la Blanca es un templo construido en el barrio judío de Toledo en el 1180, como sinagoga que, habiendo funcionado como tal durante 211 años, fue expropiada y transformada en iglesia como consecuencia del pogromo de 1391. En 1550 se acometió una reforma atribuida a Covarrubias para instalar un beaterio, que al menos estuvo funcionando hasta 1637.

Bóveda renacentista atribuida a Alonso de Covarrubias. Se encuentra en la cabecera de la nave central de la Sala de Oración. Está compuesta, en su parte central, por una cúpula gallonada asentada sobre una franja octogonal de casetones y florones. Cuatro pechinas soportan la estructura anterior sirviendo de elementos de transición entre el octógono y el cuadrado de la base.
En 1791 se adaptó el lugar para que sirviera de cuartel.
Restaurado de su situación de ruina en 1851, en la actualidad el edificio pertenece a la Iglesia católica, pero no se realiza culto en él. Se encuentra abierto al público y funciona como museo o centro en el que se desarrollan actividades tanto culturales como educativas.

Diseño
Este edificio mudéjar, creado por canteros moros, está dispuesto en sentido este-oeste y es de planta basilical, con cinco naves estrechas dispuestas escalonadamente en altura y separadas por pilares sobre los que descansan arcos de herradura.
Si bien existe cierto contraste entre la sobriedad del exterior de la sinagoga y su elaborado interior, el edificio presenta no poca austeridad. Conforme a la tradición oriental, el mismo vive hacia el interior.

Sus elementos arquitectónicos incluyen paredes blancas y lisas hechas de ladrillo, pilares octogonales con zócalos de azulejos, decoración geométrica en los frisos y vegetal en los capiteles de los pilares. Todas estas características y la distribución de los espacios, con sus naves formadas por la sucesión de arcos de herradura soportados por pilares, tienden a recordar la tipología propia de una mezquita.

Los treinta y dos pilares de este templo son de ladrillo recubierto por cemento y cal. Ornados de piñas y volutas, sus capiteles denotan influencia del arte románico. Por encima de los arcos de herradura prevalece la ornamentación abstracta en frisos horizontales que incluye molduras con delicados motivos basados en la interacción de líneas y medallones. Los entrelazados geométricos formados por las líneas son de origen almohade.

Web de referencia
Cultura Castilla La Macha. Sinagoga de Santa María la Blanca
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