Diario: Thursday, September 14, 03:15 PM
(Reeditado y corregido (¿Quién eres tú?))
Reflexiones de Jessica
Siguiendo con la guerra de palabras, a ver si sabéis a qué se refiere esta definición: «Chica que regresa al internado por el lado equivocado de la calle.»
Si no lo averiguáis, estáis eliminados y no podréis seguir leyendo esta entrada.
Pero voy a suponer que soy, por lo menos, tan listos como Yuly, incluso que me conocéis tan bien como Ana. De manera que, por la hora en que es, ya debéis intuir que estoy a punto de volver del instituto y, aunque no sea necesario, por demostrar un mínimo de preocupación, estáis en el porche a la espera. Que no dé la sensación de que todo el mundo se desentiende de mí.
Pero, claro, llego con algo de retraso y por el lado equivocado de la calle, debería ir de bajar y vengo de subida, ya que en las horas previas no se ha cambiado la ruta del bus ni se ha notificado que hayan trasladado de sitio la parada para los que residen por esta zona del barrio y ahora está se encuentre en Fellsway W, en la avenida

Es decir, dados mis antecedentes, que esta mañana se me han pegado las sábanas y que ayer por la tarde Mr. Bacon se presentó aquí para darme un susto de muerte, para advertirme que estoy suspensa como no cambie de actitud, lo de haber perdido el interés por aparecer por el instituto no sería tan extraño, porque ya todo me tendría que dar igual. Pero no soy tan valiente como para admitirlo directamente. Tampoco sería una posibilidad tan descartable y eso de guardar las apariencias se me da de perlas.

Lo malo es que Ana ya no se va a creer ninguno de mis engaños porque ella también se juega mucho al confiar en mí. Por lo cual, si no quiero volver por el high school, por que lo considere una pérdida de tiempo, lo tengo muy fácil, acudir cada día hasta el último y entonces decidir si me merece la pena estar enfadada con el mundo.
A mí favor, por decir algo, es que no le han debido avisar del high school de que no me han visto el pelo en todo el día. Sobre todo porque no sería un detalle que al “chivato” se le hubiera pasado por alto. Suponiendo que es quién todos pensamos.
Mr. Bacon ha tenido tiempo suficiente para verme, al menos durante la última clase. Y desde que me ha visto salir por la puerta del aula de Spanish hasta que Ana me ve llegar por Fulton St hubiera tenido tiempo de avisar.
Es más, si nos atenemos a lo que intuimos son sus “malas costumbres”, daremos por casi seguro que en esta ocasión tampoco se ha reprimido a la hora de hacer esa llamada para dar el parte diario.
Por lo cual, si es tan justo como se le supone, lo más lógico es pensar que hay prevenido a Ana de ese previsible retraso. Sin descartar que le plantease a ésta la tesitura de que me fuera a buscar, en el supuesto de que no me viera llegar. De modo que quiero pensar que no soy yo quien la sorprende en la puerta, sino que sale a por el coche para ir a mi encuentro.
De paseo por Medford
La cuestión es que, si os molestáis por leer esta secuencia de la novela, tendréis ocasión de daros conmigo un pequeño paseo por Medford, porque, a parte de aprender español, Spanish, hacemos un poco de turismo tanto por el high school como los alrededores del internado
¡No sabía yo que «Esperando a mi Daddy» fuera una novela de aventuras! La vida en sí misma es una aventura
Un paseo desde Valley St, hasta el internado, pasando bajo el túnel para atravesar la I93 y llegar hasta el cruce de Fellsway W con Fulton St. Con la subida desde allí hasta el internado. Una paseo de 0,4 millas/600 metros
Al final la generosidad o disponibilidad del padre de Yuly no implica llevarme de puerta a puerta, pero me dejan cerca. No les pilla demasiado bien y se verían obligados a dar un pequeño rodeo antes de tomar la I93. De todos modos, no me puedo quejar porque me evito gran parte del paseo.

La cuestión es que en esas confidencias de amigas, mientras íbamos en el coche, ambas nos hemos olvidado de que el padre de Yuly tiene orejas y tal vez hayamos hablado más de la cuenta, que no ha hecho falta que Yuly le exponga mis defectos a su padre porque ya me ocupo yo sola. Ante lo cual el panorama que se me presenta para los próximos meses no resulta muy desalentador. Aunque esa necesidad de desahogarme con mi amiga tal vez cuente con la discreción de su padre y éste no me escuchase con demasiada atención, porque aclarar que yo sea una mala compañera, una mala compañía para la asignatura de Spanish, no me deja en muy buen lugar ni favorece en exceso nuestra amistad.
En cualquier caso, mi sinceridad no ha provocado que me obligasen a saltar del coche en marcha ni nada por el estilo.
Me temo que en lo que a mí se refiere, Yuly no se cohíbe a la hora de hablarles de mí a sus padres. Dentro de lo que cabe, entiendo que muy mala impresión no les he debido causar, si no ponen reparo en acercarme en coche, aunque no sé si eso de que me dejen a mitad de camino significa algo o ha sido algo circunstancial.
Llegada al internado

Ana: ¿Y tú vienes de…? – Me pregunta con desconfianza antes de que me dé tiempo a inventarme alguna excusa más o menos creíble sobre mi posible procedencia.
Cuando llego al internado me encuentro con que Ana me espera en el porche con cara de sospecha, como si se esperase que me fuera a inventar alguna de mis locas ocurrencias para justificarme, dado que le suele dar poca o ninguna credibilidad cuando mi modo de actuar no tiene ninguna lógica. Pero en esta ocasión que me ampare en el profesor de la asignatura de Spanish para justificar que haya perdido el bus y mi amiga me haya tenido que traer en coche, me da toda la credibilidad que necesito.
Jess: Sí, es en serio. – Me reafirmo. – Había clase de Spanish a última hora y he ido. – Argumento. – Ya conoces a Mr. Bacon, de manera que llámale y se lo preguntas. – Le propongo por si duda de mí.
Mi credibilidad ya sería completa, si fuera capaz de dársela en español, pero para ser el sexto día de clase del curso y el quinto de la asignatura de Spanish, dice mucho a mi favor que no tenga reparo en poner al profesor de testigo. Aunque, en cierto modo, también sea la ocasión para echarle la culpa.
«¡Qué mal es Mr. Bacon que me hace perder el bus! Si suspendo tal vez también sea por culpa suya, no porque yo no haya estudiado lo suficiente.»
Hay que ir preparando el terreno para la llegada de las noticias poco favorables con respecto a mis progresos y calificaciones. «¡Es que me ha cogido manía!» De todos modos, en esta ocasión, que esa alusión es para librarme de cualquier suspicacia. Yo he ido a clase con normalidad.
Tema aparte es que le haya sacado al día y a la asignatura de Spanish el provecho deseable, pero ese es una cuestión que ahora no viene a cuento.
Te tengo fichada, jovencita
No sé a ti, si eso, se lo pregunto a Ana, porque ésta ha de saber con qué tipo de gente me relaciono ¿Cuáles son tus referencias? Son buenas ¿O me tengo que preocupar?
¿Qué te parece eso de que nos colemos en el despacho y busquemos si tienen información sobre Daddy?
Bueno, eso de colarse en el despacho es fácil, porque es a través de éste cómo se llega a mi dormitorio. Pero eso de que me vayan a dejar meter las narices donde no me llaman, aprovechando que nadie me vigila, no va a ser tan fácil. De todos modos, sí, descuida que la curiosidad va a poder más que la prudencia. Pero digamos que habré que esperar a que Ana baje un poco la guardia, porque ahora mismo no deja que me rasque la nariz sin que ella se haya cerciorado de que me pica.
La cuestión es que, por lo que me da a entender, tanto los padres de Yuly como ella se están tomando en serio nuestra creciente amistad. Que lo queramos o no, eso de que Mr. Bacon nos haya implicado a las dos en su asignatura es algo que no va a pasar inadvertido. Por lo tanto, en esta ocasión Ana ha de actuar de una manera un poco más profesional, ha de velar mi bienestar y mis relaciones sociales, al igual que se hace con el resto de las chicas del internado.
Se ha de saber con quién nos relacionamos ¿A quién le pregunto por ti?
No sé si te lo he explicado, pero esto de las familias de acogida, de adopción, es un tema que se gestiona con bastante seriedad y en mi caso con mayor motivo, dadas mis reticencias a que se me relacione o vincule con gente que no sea Daddy. Por lo que se intuye, si no provocan que cambie mi costumbres, mi mentalidad, al menos no se van a desentender de mí.
- ¿Será Yuly una buena influencia?
- ¿Tiene una vida familiar estable?
- ¿Cómo es la relación de sus padres?
- ¿Qué ambiente hay en su casa?
¿A quién se le pueden pedir referencias sin que resulte demasiado indiscreto? Yuly ya nos ha comentado dónde ha estudiado ¿Será verdad? ¿Acaso las adolescentes nos contamos las verdades a medias para que nos dejen en paz y no se entrometan en nuestra vida?
¿Los padres de Yuly le habrán contado algo que prefieran que no sepamos? ¿Le preguntamos a Ana, si sabe de algun secreto morboso de esa familia?
Tal vez debiera preocuparme por lo que éstos han querido saber de mí y que Ana les haya contado, aunque para mí sea un secreto, un misterio sin resolver ¿Qué relación o vínculo puede haber entre una familia de West Roxbury y una chica de un internado de Medford?
Si lo hubiera ¿Nos enteraremos alguna vez? ¿Será importante para mi vida? ¿Para la novela?
Demasiadas suspicacias, cuando en realidad debería sentirme afortunada porque haya una chica interesada en ser mi amiga frente a la indiferencia de las demás. Supongo que yo también siento curiosidad por conocerla un poco mejor, más como futuro mejor amiga, que por eso de que sea una entusiasta de España.

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