Entrada reeditada y corregida
Introducción (24/11/2022)
Esta entrada ya la publiqué allá por el dos de febrero (02/02/2022) como un primer intento de localizar algunas de las escenas de la novela «Esperando a mi Daddy», de esa parte no publicada en la web referente a la estancia de Jessica en Toledo, como reflejo de las primeras impresiones y sensación que a Jessica le causa eso de estar en «¡Toledo!», de enfrentar su imaginación con la realidad y encontrar respuesta a sus muchas preguntas, muchas de las cuáles también se pueden entender en referencia a Daddy:
- ¿Será la ciudad tal y como se la ha imaginado?
- ¿Qué hay de cierto en todas las ilusiones que ésta se ha hecho?
Parece ser que las primeras impresión que causa Daddy no son demasiado buenas, parece que la cosa no empieza demasiado bien
¿Toledo también decepciona en las primeras impresiones?
Después de todo lo que hemos visitado hasta ahora, aún nos queda mucho por descubrir, al menos, quisiéramos que esta a visita, aunque haya que volver a los mismo sitios, nos descubra algo nuevo, porque seguro que lo hace
Reflexiones de Jessica
Si vienes a Toledo
Si vienes a Toledo y quieres conocer la ciudad, la lista de los sitios por visitar es bastante larga, de manera que es lógico pensar que para alguien que no conoce la ciudad se le puede sorprender con cualquier cosa ¿No os parece?
Lo buscas en cualquier libro de turismo y la lista no es que sea larga, diría, más bien, que se queda corta.
Siempre se olvidan algún rincón, algo que deja sin palabras, incluso a los propios toledanos porque no saben la suerte que tienen por vivir en Toledo, porque hay tanto que queda a la vista como escondido a lo largo de los siglos, por las construcciones que se han puesto encima y que demuestran la evolución de la ciudad. En sí misma es un museo al aire libre protegida por el río Tajo por una parte y la muralla por la otra, de modo que es tanto un viaje a pasado como al futuro, pasando por un presente tan lleno de historia y de vida como siempre.

Es un lugar que algunos aseguran que se puede visitar en un día, que llegan a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde se vuelven a sus lugares de origen porque piensan que ya lo han visto todo. Hay quien lleva toda la vida en Toledo y aún se va a dormir con la sensación de que queda una ciudad entera por descubrir. Que, si el mundo está lleno de maravillas, la primera de todas, sin lugar a dudas, debería ser Toledo.

- Mezquita del Cristo de la Vega
- El circo romano
- Vistas de Toledo desde miradores del río Tajo, la ermita del El Valle,
- Castillo de San Servando
- Hospital de Tavera
- Puente de Alcántara
- Puente de San Martín
- Entrar en Toledo por Puerta de Bisagra, Puerta de Alfonso VI o por Puerta del Cambrón
- Puerta del Sol
- Puerta de Alarcones
- Puerta de Bab al-Mardum o del Cristo de la Luz
- Puerta de Vado
- Mezquita Cristo de la Luz y calzada romana en Toledo
- Plaza de Zocodover y Alcázar de Toledo
- Plaza del Ayuntamiento y palacio Arzobispal en Toledo
- Catedral Primada de Toledo
- Iglesia de los Jesuítas en Toledo
- Iglesia de Santo Tomé, con el cuadro del “Entierro del Señor de Orgaz”
- Museo de Santa Cruz
- Casa / Museo del Greco
- Sinagoga Santa María la Blanca
- Monasterio de San Juan de los Reyes
- Museo Victorio Macho en Toledo
- Monasterio De Santa Clara La Real De Toledo (S. XIII-XVII)
- Iglesia de Santo Domingo “El antiguo”
- Iglesia del Salvador
- Casa del Temple
- Real Colegio de Doncellas nobles
- etc
Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en página aparte)
Como si fueran las letanías del Rosario, tan solo falta por decir por cada una: “ruega por nosotros”
Daddy como guía turístico
Pero, si el guía es Daddy y pretende dárselas de original, porque le has comentado que has leído alguno de sus poemas, porque has sabido de su existencia por uno de ellos, en los que hace mención al Río Tajo, en vez de planificarte una visita turística de ocho semanas para que te empieces a enamorar de una ciudad que aún no conoces, no se le ocurre mejor que empezar al visita llevándote a un lugar apartado y mostrarte el cauce del río, pero no por un sitio turístico al que vaya mucha gente. ¡No, eso no!

Él te lleva a uno de esos rincones a los que cualquiera te aconsejaría que no fueras solas, y menos aún en compañía de un chico al que casi acabas de conocer. Por detrás de la Ermita del Cristo de la Vega, bajo el puente de la Cava, donde resulta poco recomendable ir a partir de ciertas horas de la tarde, aunque tan solo sea por lo escondido que ésta.
Un rincón de la ciudad que en ocasiones se utiliza como aparcamiento y que entra dentro del recorrido de la senda ecológica del río Tajo en torno a la ciudad. Es el punto intermedio en donde coincide el recorrido que lleva desde el puente de San Martín hasta el puente de Alcántara o hasta la Sierra de Albarracín donde nace el río, y la senda que transcurre por detrás del campus de la universidad, por lo que fue la antigua fábrica de arma, hasta el puente de la Peraleda, dado que el cauce del río sigue hasta su desembocadura en Lisboa.

Primera visita 1995
Mi primera visita a Toledo, esa que hice con Ana sin saber a dónde me había traído, comenzó en la puerta del Cambrón, a los pies de la muralla, con las vistas de los barrios modernos de la ciudad a lo lejos, a nuestros pies y con una visión un poco escatológica de uno de los autobuses urbanos saliendo por esa puerta, que tienen la amplitud junta para que estos pasen, lo que condiciona bastante el transito de peatones y vehículos. Por ahí entramos y fuimos pasamos junto a lo que en su momento me pareció debía ser la catedral, hasta el punto que me llamaron la atención las cadenas colgadas en sus muros, sin que Ana me supiera dar entonces su significado, pero como os digo entonces no me apetecía preguntar. Lo cierto es que tampoco entramos aunque no recuerdo su estaba cerrado, pero estaba claro que dada mi rebeldía iba a ser indiferente. Si alguna vez regresaba a Toledo, ya se encargaría Daddy de saciar mi curiosidad, si es que en alguna ocasión dejaba que aflorase.
Entonces tuve ocasión de callejear, de sufrir por esas cuestas empinadas y esas calles estrechas y tortuosas, tan centrada en ahorrar fuerzas como en mis propios pensamientos para no pensar en nada que me pudiera cautivar de la ciudad. No sabía dónde me encontraba, no me importaba. Tan solo soñaba con el día en que fuera a Toledo y Daddy me mostrase la ciudad, me hiciera partícipe de sus anécdotas, de sus sueños
¿Fue un completo desastre?

No, para ser sincera diré que, no porque cuando estuve con Ana me quedé con las ganas de bajar hasta las orilla del río, ese que se observa desde el mirador que hay frente a la puerta del Cambrón. De manera que sí algún día vienes a Toledo y le pides a Daddy que te lleve a alguna parte, dile de la mía, que a pesar de su osadía, de su torpeza, me encantó que se implicase en mis sueños que le hiciera ilusión darse ese paseo conmigo.
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