Los desamparados

Hoy os quiero hablar de una de las ermitas más bonitas y desconocidas de Toledo: la Ermita de la Virgen de los Desamparados. Se trata de un pequeño templo que se encuentra justo debajo del Miradero, donde está la entrada al parking, en la calle Gerardo Lobo.

En la actualidad es una ermita cerrada al culto y al público

¿Sabéis qué historia tiene esta ermita y por qué se llama así? Pues seguid leyendo que os lo cuento.

Historia

Según la tradición popular, recogida en el siglo XVII por un escribano de la cofradía –sin ningún sentido crítico y con todos los adornos legendarios del barroquismo literario y declamatorio de la época–, el origen de la advocación de la Virgen de los Desamparados y de la creación de esta cofradía fue una milagrosa aparición de Nuestra Señora ocurrida el año 1392.

«Por los años, pues, de mil trescientos noventa y dos, unos pobres enfermos convalecientes, estando en el corral del ospital de San Leonardo, a los muros de la ciudad, vieron unas hermosas luces entre unas zarzas y fuente. Animados con la divina gracia, examinaron la causa y allaron entre las aguas de la fuente a María Ssma que vestida de resplandores en una nubecilla de luz se mantenía sobre las aguas. Abloles ‘la sagrada ymagen y les dixo diesen parte a los superiores del ospital, «que os creeran, y decirles de mi parte que es mi voluntad que vengan luego a visitarme y quiero que en este sitio se haga templo en compañía de mi siervo Leonardo, donde sea públicamente venerada para hanparo de esta dudad: yo seré́ su remedio en ‘las necesidades, su consuelo en las tribulaciones, su anparo en los travajos; en mí allarán refugio siempre que me invoquen; ninguno que me vusque saldrá desanparado. y después de anparados en esta vida seré su via segura para la Gloria, pues me precio de ser Madre de los desamparados». Fueron los superiores del hospital y allaron sobre las aguas a la divina Reina, y tomandola con devoción la adoraron y en procesión la depositaron en la parroquia de San Isidoro, y de limosnas de todos los vecinos y devotos de Toledo la labraron la capilla, como hoy día se manifiesta llenando de prodixios la Señora a todos sus devotos. Y fue colocada primer día de Phascua de Espíritu Sto. con una solepne procesión”

Admitiendo, por supuesto, la posibilidad de una manifestación de carácter milagroso, hoy es, naturalmente, imposible conocer el fundamento real que pudo tener esta piadosa tradición, recogida tres siglos después de la fecha de la presunta visita de la Virgen María. Lo que sí parece que puede admitirse –como fondo histórico en este relato es la participación de los administradores del Hospital de San Leonardo y de los propios enfermos de este hospital, que tal vez no contaba con capilla propia y se servía de una capilla aneja prexistente dedicada a San Leonardo, patrono de los cautivos. El doctor Francisco de Pisa, en la parte manuscrita de su Historia de Toledo 3, dice lo siguiente sobre el origen de esta ermita:

«… es fama de los vecinos desta ciudad que esta hermita fue hecha y edificada por los xptianos que en Toledo estauan cautivos en poder de moros. Rehedificose esta hermita, por deuoción de la xente que acudía a ella, en el año del Señor de 1554…»

No es improbable, efectivamente, que existiera ya bajo la dominación islámica un pequeño oratorio cristiano en este lugar, recuerdo tal vez de algún edificio religioso de la época visigótica, de mayor importancia.

En cuanto al origen de esta advocación, que no es privativa de Toledo, sino que aparece simultáneamente en varios lugares, creo que ha de relacionarse con las terribles epidemias de peste negra en la segunda mitad del siglo XIV, que, como es sabido, asolaron toda Europa, despoblando barrios enteros y ocasionando la muerte, por término medio, de la mitad de la población. Por esta misma fecha de fines del siglo XIV aparece en Valencia la misma advocación, El primer dato cierto de la imagen valenciana de los Desamparados –declarada Patrona de la ciudad en el siglo XVII– es que fue policromada en 1416 por el imaginero Vicente de San Vicente, lo que viene a confirmar el auge de esta devoción, consecuencia de las penosas condiciones en que debieron quedar muchas personas –viudas, ancianos y niños– de clase humilde tras las luctuosas epidemias de 1349, 1352 y 1381.

Ermita

La ermita de los Desamparados es una de las joyas ocultas de Toledo. Se trata de un pequeño templo que data del siglo XVII y que se encuentra en el barrio de San Martín, junto al río Tajo. La ermita está dedicada a la Virgen de los Desamparados, patrona de los pobres y marginados, y alberga una hermosa imagen de la misma tallada en madera policromada.

Ermita de los Desamparados

La ermita tiene una planta rectangular con una sola nave y una cabecera semicircular. Su fachada es de ladrillo visto y presenta un arco de medio punto con una hornacina que contiene una escultura de la Virgen. Sobre el arco se levanta un pequeño campanario con un remate piramidal. El interior es sencillo pero acogedor, con un retablo barroco que preside el altar mayor y varios cuadros y esculturas religiosas que decoran las paredes.

La ermita de los Desamparados es un lugar cargado de historia y devoción, que refleja el espíritu solidario y humilde de los toledanos. Su visita es una oportunidad para conocer una faceta menos conocida pero igualmente fascinante de la ciudad imperial.

La Ermita de la Virgen de los Desamparados es un lugar muy tranquilo y acogedor, donde se respira una atmósfera de paz y devoción. Es un sitio ideal para hacer una parada en nuestro recorrido por Toledo y disfrutar de su belleza y su historia. Además, desde aquí podemos contemplar unas magníficas vistas del valle del Tajo y del casco antiguo de Toledo. Os recomiendo que no os perdáis esta joya escondida de la ciudad imperial.

Vista de Toledo desde la calle Gerardo Lobo. Google Maps Mayo 2022

ÉPOCA CONTEMPORANEA

La decadencia de la cofradía en el siglo XIX es pareja a la que otras muchas instituciones religiosas, por causas bien conocidas: primero, una larga y empobrecedora guerra contra los ejércitos de Napoleón, que tuvo en Toledo desastrosos resultados; después, las agitaciones sociopolíticas y la Desamortización de los bienes eclesiásticos, incubadas por los movimientos laicistas y revolucionarios del siglo XVIII.

En 1808 se suspendió́ todo culto en la ermita para no despertar la codicia de los franceses, que se incautaban de cuantos objetos de valor material pudieran hallar a mano. Reanudado el culto al terminar la guerra de la Independencia (1814), nueve años después es el Gobierno el que requisa todos los objetos de oro y plata, y aunque en 1825 se consigue «recuperarlos, no fue completa la devolución, pues dejaron de entregar el trono de plata y otros objetos». Poco tiempo después, en 1842, una Real Orden suprimía todas las cofradías cuyas Constituciones no hubiesen sido aprobadas por el Consejo de Castilla (clara intromisión del poder civil en el ámbito puramente religioso). Se inició para lograr esta aprobación un largo trámite, que duró más de un ilustro, y por fin se consiguió́ ver restablecida 1a Hermandad en 1848.

Todas estas trabas y calamidades repercutieron desfavorablemente en la importancia social de la Hermandad, aunque no la anularon, y siguió́ custodiando la ermita y favoreciendo el culto a la Virgen de los Desamparados, hasta el duro golpe que representó la destrucción de la sagrada imagen y el saqueo de la ermita, en el verano de 1936.

Hoy día, renovada la venerada imagen –de la que se salvó el Niño Jesús–, un grupo de devotos continúan la existencia de la cofradía, que tiene su sede en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol.

La imagen de la Virgen

Los tres mantos de la Virgen que pertenecen a la Cofradía de Nuestra Señora de los Desamparados.

  • Uno de ellos está hecho de tisú de oro y plata y se utiliza en días festivos.
  • Otro está hecho de un mantón de Manila que fue regalado a la cofradía en los primeros años del siglo XIX.
  • El tercer manto es azul y se utiliza diariamente, y posiblemente fue hecho por Pedro López Covarrubias en 1791 por 4.500 reales de vellón.
Virgen de los Desamparados, Toledo

Corona de la Virgen

Corona de oro, plata, piedras preciosas, perlas y esmaltes realizada en Guatemala por encargo de Francisco Díaz de Salazar

Tiene forma de cestillo calado, decorado con roleos, tornapuntas, piñas, motivos florales y querubines. Todo está cuajado de esmaltes de colores, cuarzos, topacios, esmeraldas, diamantes, amatistas y perlas naturales.

En la zona inferior se desarrolla una inscripción alusiva a la concepción inmaculada de la Virgen María. El doble arco que remata la pieza se decora, además, con esmeraldas colgantes, periformes, y en la cara posterior puede leerse otra inscripción en la que consta que la corona pertenece a la Virgen de los Desamparados de Toledo, que la dio en limosna Francisco Díaz de Salazar, que la hizo Andrés Martínez en la ciudad de San Francisco, Guatemala, y que se acabó de realizar en el año de 1641.

Corona de la Virgen de los Desamparados

El diámetro de la corona es de 11 cms por su base y de 15 cms en su parte superior. La altura total de la pieza es de 24 cms, incluyendo los 2,5 cms que mide la cruz sobresaliendo de la disposición original. El esmalte sobre el oro de la corona es de los colores blanco, azul oscuro y claro, amarillo, rojo y verde oscuro. La corona va rematada por una crestería formada por doce cabezas aladas de querubines, más otras dos en los extremos de la diadema. Esta es en forma de doble arco, unidos ambos por delicadas filigranas de oro esmaltado. El arco superior va decorado con rayos o lengüetas también de esmaltes sobre oro.

Detalle de la corona

La corona que tiene la imagen de la Virgen durante el resto del año, es de plata, de forma imperial; la hizo una devota de la Virgen llamada doña Jacinta Cardeñas como lo indica la inscripción grabada en la misma corona: «A devoción de Jacinta Cardeñas, año de 1823″; y la del Niño, la dio el coronel de Infantería don Nicelo Mayoral, en 1903, por haberse librado un hijo suyo de una peligrosa enfermedad. Hizo esta corona el platero Martín Gamero, del mismo cubierto de plata que empleó el enfermo'».

Reconstrucción de la ermita

En el siglo XVI el Ayuntamiento de Toledo quiso construir una nueva alhóndiga, eligió el solar del viejo hospital de San Leonardo, donde se encontraba la ermita de la Cofradía de Nuestra Señora de los Desamparados. Para construir la nueva alhóndiga, fue necesario derribar la capilla de la Virgen, lo que originó un pleito entre la cofradía y el Ayuntamiento. Finalmente, se acordó construir una nueva ermita adosada al exterior del edificio principal del pósito y sufragar todos los gastos por parte del Ayuntamiento gracias a una subvención otorgada por Felipe II.

El retablo era sencillo pero bien proporcionado y digno. La imagen de la Virgen ocupaba la hornacina central, mientras que en la parte superior había una pintura de San Leonardo y a ambos lados otras dos de San José y San Joaquín, todo ello coronado por un crucifijo o, muy probablemente, por un Calvario. En el mismo frente, otros dos pequeños altares laterales encuadraban las imágenes de Santa María Magdalena y de San Leonardo.

Historia de la Hermandad de los Desamparados

Corona de la Virgen de los Desamparados, Museo de Santa Cruz, Toledo en España es cultura. (xn--espaaescultura-tnb.es)

files_anales_0005_06.pdf (realacademiatoledo.es)

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