La poesía quedará rota queriendo ser un torrente 
solo quedará aquella puerta cerrada en mi mente.
Quisiera hablar con mi cara, con este dolor insolente,
pedirle a mis manos que no dejen huellas ausentes,
a mis ojos que no busquen charcos entre la gente.

La poesía no se detiene, no hay presa que cierre el grifo
hay un estallido que pretende destrozar mi silencio,
que destroza mis rimas y como un juez te sentencio,
moriré con un lapicero en las manos, con un poema,
moriré convertido en piedra, si no tengo otras penas

La poesía quedará rota queriendo ser un torrente, 
 y cada verso tendrá una rima distinta una medida,
con cada puñalada se hará más grande esta herida,
dará golpes en la puerta hasta que se abra a la vida,
dará golpes a la puerta porque no quiere otra salida.

Solo quedará aquella puerta cerrada en mi mente,
lo que quiera salir del pozo sin fondo es diferente
no atendará a razones, desvanecerse con la muerte,
¡Ábrete puerta que me gritas silencios del otro lado!
¡Ábrete puerta o asegurate de cerrarte con candados! 
 

Manuel Pellicer Sotomayor, Poema de 2023