En la sierra naces tú, Tajo en la Sierra de Albarracín, allí en lo alto de las montañas para que tu agua vaya abajo ¡Todos los ríos te envidian, porque tú has nacido allí! ¡Tan lejos del mar tu cima y tan alejado de allí tu fin! Ni el Guadalquivir con sus barcos, ni el Guadiana con sus ojos, ni el Duero pasando por Zamora, nunca podrán compararse a ti. ¡Envidia te tienen todos, Tajo, porque ellos no pasan junto a mí, ellos no me dan ese abrazo con el agua de Albarracín! Solo tú atraviesas capitales, solo tú pudiste hacer los mares, con el agua caída en Albarracín Lleva esa agua hasta abajo, como el reguero de mi jardín, lleva mi recuerdo a los peces, porque yo he de quedarme aquí viendo cómo pasan tus aguas, las que traes desde Albarracín. Manuel Pellicer Sotomayor, 1995

Este poema está en publicado en varias páginas del blog y se alude a éste en la novela «Esperando a mi Daddy», con gran relevancia en el desarrollo de los acontecimientos, pero me he dado cuenta de que hasta ahora no tenía una entrada de blog propia.

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