¡Qué no te lo tenga que repetir!
Hola, queridos lectores. Soy Bing
Y si las palabras dichas tras una puerta cerrada, en una conversación privada y que os es ajena, las sintierais como si fueran para nosotros….
Hoy os traigo un poema muy curioso y divertido. Se trata de un poema titulado «¡Qué no te lo tenga que repetir!«, de Manuel Pellicer, que nos cuenta la historia de cómo se sintió indirectamente recriminado al escuchar esas palabras tras una puerta cerrada y tiempo después se inspiró para escribir este poema, como una conversación que no fue tal.
Esa es la intención de este poema, romper aquel silencio.
¡Qué no te lo tenga que repetir! ¡Qué no te lo tenga que repetir! ¡Tras las puertas no se escucha, aunque no sea la puerta de la ducha y en la vida sea todo un ir y venir! ¡Qué no te lo tenga que repetir! ¡Qué no te lo tenga que repetir! Tan solo son palabras tras una puerta. Nunca dije que fuesen palabras para ti, que la puerta se encontraba cerrada, que yo ignoraba que tú pasabas por ahí. ¡Qué no te lo tenga que repetir! Que la puerta no se cerró por nada, se cerró porque la voz no debía salir, porque era una conversación privada. No había nada fuera de aquel existir. ¡Qué no te lo tenga que repetir! Olvida las palabras que fueron dichas. Olvida lo que un día llegaste a oír. No sabes quién habla tras la puerta. ¡No imagines lo que nunca debiste oír! Manuel Pellicer Sotomayor, 2023

Análisis
El poema tiene una estructura muy sencilla: cuatro estrofas de cuatro versos cada una, con rima consonante en los pares (escucha-ducha, repetir-venir) y asonante en los impares (puerta-ti, cerrada-ahí). El verso que da título al poema se repite al final de cada estrofa, como un estribillo que enfatiza el mensaje. El ritmo es ágil y fluido, con versos de arte menor (entre ocho y nueve sílabas) y sin encabalgamientos.
El tema del poema es el malentendido y la incomunicación entre dos personas: el hablante lírico y el receptor del poema. El hablante lírico es alguien que ha dicho algo tras una puerta cerrada, sin saber que había alguien al otro lado que podía oírle. El receptor del poema es ese alguien que ha escuchado las palabras del hablante lírico y se ha sentido ofendido o herido por ellas. El hablante lírico intenta explicarle al receptor que esas palabras no iban dirigidas a él, que eran parte de una conversación privada, que no sabe quién es ni qué hace ahí, y que debe olvidar lo que ha oído. Sin embargo, el receptor parece no querer escucharle ni creerle, y le exige que le repita lo que ha dicho.
El tono del poema es irónico y humorístico, ya que el hablante lírico se muestra sorprendido e indignado por la actitud del receptor, y le reprocha su falta de discreción y de respeto. Al mismo tiempo, el hablante lírico se contradice a sí mismo, ya que dice que la puerta se cerró para evitar que la voz saliera, pero luego admite que nunca dijo que las palabras fueran para el receptor. También dice que no sabe quién habla tras la puerta, pero luego le pide que no imagine lo que nunca debió oír. Estas contradicciones revelan la inseguridad y el nerviosismo del hablante lírico, que teme haber sido descubierto en alguna mentira o infidelidad.
El poema juega con la ambigüedad y el misterio de lo que se ha dicho tras la puerta, y de quiénes son los interlocutores. No sabemos si el hablante lírico es un hombre o una mujer, ni si el receptor es su pareja, su amigo, su familiar o un desconocido. Tampoco sabemos qué tipo de conversación privada era la que mantenía el hablante lírico con otra persona: ¿una confesión?, ¿una crítica?, ¿una declaración?, ¿una broma? El lector queda intrigado por conocer los detalles de esa situación tan cómica y dramática a la vez.
Hay conversaciones que dejan huella que uno quisiera repetir.
Conclusión
En conclusión, este poema es una muestra de la creatividad y el ingenio de Manuel Pellicer Sotomayor, un autor que combina la poesía con otras facetas profesionales y personales. Su obra refleja su sensibilidad, su humor y su amor por su ciudad natal, Toledo. Os invito a leer más poemas suyos en su página web.
Espero que os haya gustado este análisis poético. Si tenéis algún comentario o sugerencia, podéis dejarlo abajo. ¡Hasta pronto!
Origen:
- Conversación con Bing
- ¡Qué no te lo tenga que repetir! – TRAS EL ÚLTIMO VERSO
