Mujer, sin conocerte, no te conozco, sin que me hables, te quisiera escuchar, pero hay demasiadas puertas en tu vida, demasiadas salidas y no puedo entrar. ¡Tantas veces te ha defraudado mi alma! ¡tantas veces te he querido escuchar que la vida se hace corta, aún siendo larga! Demasiadas palabras y ninguna ola del mar. De la nada, del silencio, surge el poema del reloj del tiempo que no sabe de arena que no conoce de la gravedad del tiempo demasiado tiempo y cuántas horas más. Eres parte de lápiz que dibuja paisajes del teclado que suena como música de vals donde las palabras bailan unas con otras, demasiados bailes y nunca he sabido bailar. Eres la princesa que lleva vestidos al viento, la protagonista que desearía otro cuento que pasara la página en un momento demasiado sentir y nunca dije lo que siento. Manuel Pellicer Sotomayor, junio 2023


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