Tus ojos

Hola, amigos y amigas del blog.

Hoy os traigo un poema que me ha llamado la atención por su intensidad y su ambigüedad. Se trata de “Tus ojos” de Manuel Pellicer Sotomayor, un poeta español del siglo XXI que se caracteriza por su lirismo y su expresión de los sentimientos amorosos.

Veamos qué nos dice este poema y qué podemos aprender de él.

TUS OJOS
Por los siglos y el tiempo, tus ojos,
tu mirada entrando en mi vida,
tu lanza haciéndose mi herida.

Mirarte y ver que ya no me miras,
que tus ojos se esconden en los míos,
porque quizá quieras mirarme,
quizá buscas algo en mis ojos,
pero no sabes en verdad qué miras.

Si viene el amor, mírame siempre,
pero miras y te chocas con mi pelo,
con mi espalda que se hace herida.
Si viene el odio, de mí huirías,
pero miras y yo lo niego todo.

Mis ojos han huido antes que tú,
no estoy seguro de tu mirada de luz,
de la luz de amor de tus ojos.

Manuel Pellicer Sotomayor, Poema de 1996

Análisis

El poema está compuesto por cuatro estrofas de cuatro versos cada una, con rima asonante en los pares. El tema principal es la mirada de la persona amada, que el poeta describe con diferentes imágenes y sensaciones. El poeta se dirige a su amante en segunda persona, creando una sensación de intimidad y cercanía.

En la primera estrofa, el poeta expresa la importancia que tiene para él la mirada de su amante, que le ha entrado en la vida y le ha herido con su lanza. Esta metáfora sugiere que el amor es una fuerza que penetra y hiere, pero también que implica un desafío y una lucha. El poeta siente que su amante le mira, pero también que le evade, que se esconde en sus propios ojos. Esto puede indicar que hay una distancia o un misterio entre ellos, que el poeta no sabe lo que piensa o siente su amante.

En la segunda estrofa, el poeta plantea una duda: ¿qué busca su amante en sus ojos? ¿Qué quiere ver? El poeta no está seguro de lo que su amante mira, si es amor o curiosidad, si es interés o indiferencia. El poeta se siente inseguro y vulnerable ante la mirada de su amante, que puede revelar o ocultar sus sentimientos.

En la tercera estrofa, el poeta imagina dos posibilidades: que su amante le mire con amor o con odio. Si le mira con amor, le pide que le mire siempre, que no aparte sus ojos de él. Si le mira con odio, le dice que huiría de él, pero que al mismo tiempo lo niega todo. El poeta parece contradecirse, pues por un lado desea el amor de su amante, pero por otro lado rechaza el odio. Sin embargo, también puede interpretarse como una forma de expresar la complejidad del amor, que puede tener momentos de pasión y de conflicto.

En la última estrofa, el poeta confiesa que sus propios ojos han huido antes que los de su amante, que no está seguro de la luz de amor que ve en sus ojos. El poeta reconoce que él también se ha escondido, que también ha tenido miedo o dudas sobre el amor.

El poeta termina con una pregunta retórica: ¿qué miras? Esta pregunta resume la incertidumbre y la ansiedad del poeta ante la mirada de su amante, que no sabe si es sincera o falsa, si es amor o desamor.

Comentario

Como podéis ver, este poema es una muestra de la sensibilidad y la profundidad del autor, que nos hace partícipes de sus emociones y sus interrogantes sobre el amor.

El poema nos invita a reflexionar sobre el poder y el significado de la mirada, sobre cómo nos comunicamos y nos relacionamos con las personas que queremos.

¿Qué os ha parecido este poema? ¿Os ha gustado? ¿Os habéis sentido identificados?

Dejad vuestros comentarios y opiniones al final del blog. Hasta la próxima entrada.

¡Un abrazo! 😊

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