La aventura de perderse por Toledo
Toledo es una de esas ciudades que te enamoran a primera vista, pero que también te pueden volver loco si no sabes orientarte. Sus calles estrechas y laberínticas, sus cuestas empinadas y sus rincones llenos de historia y leyendas hacen que sea un lugar fascinante, pero también un reto para los visitantes que quieren descubrir sus secretos.
Uno de los mayores atractivos de Toledo es su Catedral Primada, una obra maestra del arte gótico que se alza majestuosa en el corazón de la ciudad. Sin embargo, no es fácil encontrarla si no conoces el camino.

Y es que la catedral de Toledo tiene una peculiaridad: está orientada al sur, y no al norte como la mayoría de las catedrales góticas. Esto hace que su fachada principal quede oculta a la vista desde muchos puntos de la ciudad. Solo se pueda acceder a ella por una pequeña puerta lateral, la puerta Llana en la calle Cardenal Cisneros.
En busca de la catedral
Muchos turistas se han perdido buscando la catedral de Toledo, y algunos incluso han llegado a pensar que no existe. Es el caso de los protagonistas de esta historia, que han recorrido medio Toledo sin encontrarla.

Veamos qué les ha pasado:
Toledo te atrapa, se convierte en un laberinto sin salida y, al menos hace algunos años, era fácil encontrarse a algún turista despistado en la plaza del Ayuntamiento buscando la Catedral Primada con la ayuda de un mapa. Y la catedral que no aparece por ninguna parte ¿Cómo se llega la catedral? Ni idea.
Pues bien, resulta que estos turistas estaban muy cerca de la catedral, pero no lo sabían. La plaza del Ayuntamiento es uno de los lugares más emblemáticos de Toledo, donde se encuentran el Palacio Arzobispal, el Ayuntamiento y una extraña fuente en el suelo que juega con el reflejo del agua. Pero, si te colocas mirando hacia el Ayuntamiento, lo que no se ve es la catedral.
En la Plaza del Ayuntamiento, tienes el Palacio Arzobispal y el Ayuntamiento con la calle peatonal, unas escalinatas, que separan ambos edificios. En la plaza, a los pies del Ayuntamiento, hay una extraña fuente en el suelo, que juega con el reflejo del agua.


Si subes por la calle del Arco de Palacio, a la izquierda está la cuesta de la calle Trinidad, que te lleva a la plaza del Salvador, calle de Santo Tome y en la iglesia de Santo Tome, accediendo por la Plaza del Conde, se encuentra el cuadro del Entierro del conde de Orgaz, pintado por el Greco

Aquí nuestros turistas han tomado una mala decisión. En lugar de seguir recto por la calle del Arco de Palacio, que les habría llevado directamente a la catedral, han girado a la izquierda por la calle Trinidad.

Esta calle les ha conducido a otro de los lugares más famosos de Toledo: la iglesia de Santo Tomé, donde se puede admirar el impresionante cuadro del Entierro del conde de Orgaz pintado por el Greco. Sin duda, una visita obligada para los amantes del arte, pero que les ha alejado aún más de su objetivo.
De frente está la empinada calle de Nuncio viejo, que se cruza con la calle Alfonso X El Sabio, en este cruce de calles a la izquierda se encuentra el edificio de Hacienda y, si vas hacia la derecha llegas a la plaza de San Vicente, y de frente a la plaza de las Tendilla. Si callejeas un poco, llegas hasta las escaleras mecánicas del paseo de Recaredo, que están a los pies del edificio de la Diputación.
Después de ver el cuadro del Greco, nuestros turistas han seguido bajando por la calle Nuncio Viejo, una calle empinada y estrecha que les ha llevado hasta el cruce con la calle Alfonso X El Sabio. Aquí han tenido dos opciones: girar a la izquierda o a la derecha.
Si hubieran girado a la izquierda habrían pasado por el edificio de Hacienda y habrían llegado hasta el Alcázar, una imponente fortaleza que domina el paisaje toledano desde lo alto.

Pero ellos han girado a la derecha y han llegado hasta la plaza de San Vicente, donde se encuentra una bonita iglesia románica.

Desde aquí han seguido caminando hasta llegar a las escaleras mecánicas del paseo de Recaredo, que les han bajado hasta el edificio de la Diputación. En este punto, nuestros turistas se han dado cuenta de que se han alejado demasiado del centro histórico y han decidido volver a subir.
A la derecha está la calle Hombre de Palo, donde siempre te encuentras a algún toledano que te cuenta la leyenda. Por esta calle llegas a la plaza de las Cuatro Calles, que, en realidad, son cinco, y desde ahí por la Calle Ancha (Calle comercio para los turistas) llegas hasta la plaza de Zocodover.

Una vez arriba, nuestros turistas han tomado la calle Hombre de Palo, una calle con mucho encanto y una curiosa leyenda. Por esta calle han llegado a la plaza de las Cuatro Calles, que en realidad son cinco, y que es uno de los puntos más animados de Toledo.

Desde aquí han cogido la Calle Ancha, también conocida como Calle Comercio, una calle peatonal llena de tiendas y bares donde se puede comprar y degustar los típicos productos toledanos.

Al final de esta calle han llegado a la plaza de Zocodover, el corazón de Toledo y el lugar donde se celebran las fiestas y los eventos más importantes.

Desde la plaza de Zocodover nuestros turistas han vuelto a la plaza del Ayuntamiento. Han vuelto al punto de partida, pero siguen sin ver la catedral.

Al otro lado de la calle está el edificio de los juzgados y, perpendicular a la calle del ayuntamiento, bordeando los Juzgados, está la calle Cisneros, que da acceso a la Bajada del Pozo Amargo, el Callejón del Vicario, el callejón de San Pedro y la bajada del Barco, con una complicada maniobra para los coches que buscan la salida de la ciudad.

Han mirado el mapa una vez más, pero no les ha servido de nada. Han preguntado a un toledano que pasaba por allí, pero no les ha entendido. Han pensado en rendirse y buscar otro monumento más fácil de encontrar.
Al otro lado del edificio del Ayuntamiento, delimitando la plaza, hay una calle que baja, que se pierde y adentra por las calles y laberintos de la ciudad. Calle Santa Isabel, hacia la zona del Seminario, y calle del Pozo Amargo, con su típico pozo, y otra de las muchas leyendas locales.

Pero entonces han visto algo que les ha llamado la atención. Al otro lado del edificio del Ayuntamiento hay una calle que baja, que se pierde y adentra por las calles y laberintos de la ciudad.

Es la calle Santa Isabel, una calle estrecha y sombría que les ha parecido misteriosa. Han decidido seguirla por curiosidad, sin saber que estaban a punto de encontrar lo que buscaban.

Han pasado por la plaza de Santa Isabel, donde se encuentra la antigua Escuela de Traductores, y siguiendo por esa calle han llegado hasta la iglesia de San Andrés y la plaza del Seminario, donde se forman los futuros sacerdotes de Toledo.

Y al final, tras dar la vuelta l edificio que hay frente al ayuntamiento, han llegado a una pequeña plaza donde se alza una puerta gótica con un reloj en lo alto. Es la Puerta del Reloj, la entrada lateral a la catedral.

Nuestros turistas no lo podían creer. Después de tanto buscarla habían encontrado por fin la catedral. Pero no solo eso. También habían descubierto muchos otros lugares interesantes y encantadores de Toledo. Habían disfrutado de su arte, su historia y sus leyendas. Habían conocido a sus gentes y sus costumbres. Habían saboreado sus sabrosos platos y dulces. Habían vivido una aventura inolvidable.
Conclusión
La próxima vez que vengáis a Toledo, ya sabéis dónde está la catedral. No os marchéis sin visitarla, pero, si os perdéis por la ciudad, ya sabéis que hay mucho que ver, ya que tan solo he hecho mención a una pequeña parte.
Origen
- Conversación con Bing
- Yo estuve en Toledo– TRAS EL ULTIMO VERSO

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