Zacarías, el padre de Juan

Intro noticiario
Imperium Romanum TV News

Presentador: Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.

Seguimos en la búsqueda de José y su esposa María, que está embarazada. Van camino de Belén. Van a cumplir con el censo del emperador Octavio Augusto César.

Les recordamos el conocimiento del censo ayudará a una mejor recaudación de impuestos, con los que, aparte de cubrir los gastos administrativos, servirá para costear las obras de reconstrucción y romanización de la ciudad de Toletum, en Hispania.

Tras haber hablado con Isabel, en Ein Karem, una prima de María, nuestro reportero ha tenido ocasión de hablar con Zacarías, su esposo, que es sacerdote en el templo de Jerusalén. Son gente «rectos ante Dios», y no cometen ninguna falta a la hora de observar los mandamientos y órdenes de Dios.

Los deberes en el Templo de Jerusalén se alternaban entre cada una de las líneas familiares descendientes de los designados por el rey David. Durante la semana en la que debía servir en el templo, a Zacarías le correspondía realizar la ofrenda del incienso.

Ave, reportero, ¿Dónde te encuentras esta mañana?

Conexión

Reportero: Ave. Estoy aquí, en Ein Karem. Estoy aquí para entrevistar a Zacarías, el marido de Isabel, la prima de María.

Quiero preguntarle sobre la opinión del Sumo Sacerdote sobre el censo de Augusto, la visita de la María a Isabel y por su hijo, Juan, recién nacido.

Reportero: Shalom, Zacarías, gracias por recibirme en su casa. Sé que usted es un sacerdote del linaje de Abías y que sirve en el templo de Jerusalén. ¿Qué opina usted del edicto de Augusto César, que ha ordenado que se empadronarse todo el mundo habitado?

Zacarías: Shalom. Bueno, yo creo que es una medida injusta y arbitraria, que pretende someter a los pueblos bajo el dominio de Roma.

El credo romano dice: «El César es el Señor». Sin embargo, a causa de nuestra larga historia de monoteísmo, a los judíos se nos ha concedió un permiso para no tener que adorar al emperador. 

Yo soy de la casa y familia de Abías. Y mi esposa Isabel, que es descendiente de Aarón.

Lo único es que bajo el dominio de Augusto César se ha establecido la Pax Romana, se están construyendo carreteras y se pretende establecer una cultura común y estable por todo el Imperio Romano.

Reportero: ¿Podría contarnos más sobre las medidas que se los sumos sacerdotes han acordado con los romanos para asegurar la participación del pueblo judío?

Zacarías: Es cierto que el emperador Augusto César ha ordenado un censo en todas las tierras bajo el dominio romano. Los sacerdotes hemos negociado con los gobernadores romanos para que el proceso sea respetuoso con nuestras tradiciones y leyes.

Se ha acordado que los ciudadanos pueden registrarse en sus ciudades ancestrales, lo que les permite cumplir con sus obligaciones sin violar nuestras costumbres.

Recreación del templo de Jerusalén // Wikipedia

Reportero: ¿Y cómo se siente su esposa, después de haber concebido un hijo en su vejez? ¿Cómo fue que recibieron esta noticia?

Zacarías: Pues fue un milagro de Dios, porque nosotros éramos estériles y de edad avanzada.

Los deberes en el Templo de Jerusalén se alternan entre cada una de las líneas familiares descendientes de los designados por el rey David. Durante la semana en la que debía servir en el templo, en la que me correspondía realizar la ofrenda del incienso, se me apareció un ángel del Señor, que me dijo que mi esposa tendría un hijo, que sería el precursor del Mesías prometido.

Me dijo que lo llamara Juan, que significa “Dios es misericordioso”, y que estaría lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre. Yo no creí al ángel, y le pedí una señal. Entonces el ángel me reprochó mi incredulidad, y me dijo que quedaría mudo hasta que se cumpliera la palabra de Dios. Y así fue, salí del templo sin poder hablar, y mi esposa quedó embarazada.

Reportero: Ahora puede hablar.

Zacarías: Al octavo día de que Isabel, mi esposa, diera a luz, llevamos al bebé a ser circuncidado, tal y como exigen las normas religiosas. Nuestros vecinos y parientes habían asumido que el hijo se llamaría como yo, siguiendo la costumbre. Isabel, no obstante, insistió en que su nombre fuera Juan, por lo que la familia me preguntó.

Entonces, escribí en una tabla «Su nombre es Juan» y, a continuación, recuperé el habla y bendije «al Señor Dios de Israel» con una oración conocida por algunos como Benedictus. «Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su Pueblo,….«

Tabla para escribir

Reportero: ¿Y qué pasó cuando María, su prima, vino a visitarlos? ¿Cómo fue ese encuentro?

Zacarías: Fue una bendición, porque María también había concebido por obra del Espíritu Santo al Hijo de Dios. Cuando ella llegó a nuestra casa, y saludó a Isabel, el niño saltó de alegría en su vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo.

Entonces Isabel exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?«.

Y María alabó a Dios con un cántico profético, el Magnificat, que dice: «Mi alma engrandece al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador….«.

Y así estuvieron juntas durante tres meses, compartiendo la alegría de sus embarazos milagrosos.

Reportero: ¿Y cómo es su hijo, Juan? ¿Qué espera de él?

Zacarías: Mi hijo es un don de Dios, y una esperanza para Israel. Él es el cumplimiento de la profecía de Isaías, que decía: “Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas”. Él es el mensajero que va delante del Señor, para prepararle el camino. Él es el que bautizará con agua para arrepentimiento, pero que anunciará la venida de uno más poderoso que él, que bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.

Yo espero que mi hijo sea fiel a su misión, y que dé testimonio de la luz verdadera, que es Cristo. Yo espero que mi hijo sea un instrumento de la gracia de Dios, y que proclame la salvación a los que esperan la consolación de Israel.

Reportero: Muchas gracias, Zacarías, por compartir con nosotros su historia. Le deseo lo mejor a usted, a su esposa Isabel, y a su hijo Juan, el Bautista. Que Dios los bendiga.

Zacarías: Gracias a usted, reportero, por interesarse por nuestra familia. Que Dios lo bendiga también. Y recuerde las palabras que el ángel me dijo, y que yo escribí en una tablilla cuando nació mi hijo: “Su nombre es Juan”. Porque así lo quiso Dios.

Reportero: Ave. Les devolvemos la conexión con el estudio.

Devuelve la conexión

Imperium Romanum TV News

Presentador: Ave, buen trabajo.

Queda claro que, aunque el tema de la ocupación romana de las tierras de Israel no es del agrado de todo el mundo y que la actitud de su rey Herodes el Grande no favorece demasiado que el emperador se gane las simpatías de los judíos, el Sumo sacerdote en ese intento por mantener la paz, animan a que el pueblo judío partícipe.

Puede decirse que su dios también se ha puesto de parte del emperador y bendice la participación del pueblo de manera pacífica, aunque para ello el censo se haya de realizar de acorde con sus costumbres.

En cualquier caso, confiamos en que el anuncio de aquel que, según los Judíos, ha de venir, no pretenda crear un ejército que se enfrente a Roma.

Los ejércitos romanos a lo largo de estos siglos están dominando las costas del mar Mediterráneo.

¿Quién es más fuerte y poderoso? ¿El dios de los Judíos, con todo su ejército de ángeles, o todos los dioses de la mitología romana, con Júpiter a la cabeza?

Desde este programa promovemos a paz entre los dioses y los pueblos. La Pax Romana para que se lleve a cabo sin conflictos el censo del emperador Augusto Cesar.

Despedida

Recuerden que el censo es una oportunidad para demostrar su lealtad al emperador y su gratitud por todo lo que ha hecho por nosotros. ¡Viva el emperador César Augusto! ¡Viva el Imperio romano!

Y a ustedes, queridos espectadores, les invitamos a seguir atentos a nuestra cobertura especial de este acontecimiento histórico.

Hasta una próxima conexión

Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.

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