

Presentador: Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.
Me anuncian que tenemos buenas noticias. Hemos localizado a José, el carpintero de Nazaret y a María, su esposa, que está embarazada, cuando llegaban a Belén y se han parado un momento para responder a las preguntas de nuestro reportero.
Se confirma que han emprendido este viaje a Belén porque vienen a cumplir con el censo del emperador Octavio Augusto César, que, a pesar de las dificultades, el momento ha sido el propicio para el viaje
No hay duda de lo avanzado que está el embarazo de María, de la proximidad del nacimiento, y que el viaje se les ha hecho un largo y un tanto apurado, pero parecen confiar en que tendrán tiempo de instalarse antes de que llegue el gran momento.
Es evidente ha sido un camino complicado en estas circunstancias, pero desde aquí nos alegramos de que hayan logrado terminar felizmente su viaje.
El viaje
Coste
El coste de viajar desde Nazaret a Belén depende de varios factores, como la distancia, el medio de transporte, el alojamiento y la alimentación.
Según algunas fuentes, el viaje de José, el carpintero de Nazaret y María, su esposa, desde Nazaret a Belén ha durado una semana, recorriendo unos 156 kilómetros por caminos no muy buenos.
El burro es el animal más común y barato para los viajeros. El burro carga con las provisiones y la ropa, y a veces también con María, que está embarazada.
El alojamiento ha debido ser en posadas, que son establecimientos donde se ofrece una habitación o un espacio para dormir, o en casas particulares, donde se cuenta con la hospitalidad de algún conocido o pariente.
La alimentación consistía en alimentos sencillos y fáciles de conservar, como pan, queso, frutas, verduras, aceitunas, vino y agua.
Procedencia del dinero
Según algunos estudios, el salario medio de un trabajador en el Imperio romano es de unos 300 denarios al año. Esto significa que un trabajador ganaba unos 0,82 denarios al día, o unos 3,28 sestercios, o unos 13,12 ases.
Con este salario, el trabajador puede cubrir sus necesidades básicas de alimentación, vestido y vivienda, pero no le queda mucho para ahorrar o gastar en otros bienes o servicios.
Estimación
La estimación el coste del viaje, según el sistema monetario establecido por el emperador Augusto César, se basa en cuatro metales:

- El oro (áureo) es la moneda de mayor valor, equivalente a 25 denarios, 100 sestercios o 400 ases.
- El plata (denario) es la moneda más usada, equivalente a 4 sestercios o 16 ases.
- El latón (sestercio) es la moneda de uso habitual y la unidad de cuenta, equivalente a 4 ases.
- El cobre (as) es la moneda de menor valor, que se usaba para las transacciones más pequeñas.
Cálculos
Teniendo en cuenta estos datos, podemos hacer una aproximación del coste del viaje desde Nazaret a Belén en el siglo I, suponiendo que José y María sean trabajadores de renta media y que hayan viajado de forma modesta y austera.
El coste se podría desglosar de la siguiente manera:
- Transporte: el alquiler o compra de un burro cuesta entre 5 y 10 denarios. Si suponemos que compraron un burro por 10 denarios, el coste del transporte sería de 10 denarios.
- Alojamiento: el precio de una posada varía según la calidad y la ubicación, pero se estima que puede costar entre 0,5 y 1 denario por noche. Si suponemos que se han alojado en posadas baratas por 0,5 denarios por noche, y que pasaron seis noches en el camino, el coste del alojamiento sería de 3 denarios.
- Alimentación: el precio de la comida también varía según la cantidad y la calidad, pero se estima que cuesta entre 0,1 y 0,2 denarios por persona/día . Si suponemos que han comido alimentos baratos por 0,1 denarios por persona/día, y que comieron durante siete días, el coste de la alimentación sería de 1,4 denarios.
Sumando estos costes, el viaje desde Nazaret a Belén en el siglo I podía costar unos 14,4 denarios en total, lo que equivaldría a unos 57,6 sestercios o unos 230,4 ases.
Esto supondría unos 18 días de salario de un trabajador medio, lo que no es una cantidad insignificante, sino un esfuerzo económico considerable para una pareja humilde como José y María.
Por eso, no es de extrañar que al llegar a Belén no les vaya a ser fácil encontrar sitio en ninguna posada y tengan que refugiarse en alguna gruta, gracias a la generosidad de algún vecino
Estas cifras son solo orientativas y no tienen en cuenta otros factores como los impuestos, el pago por viajar en la seguridad de las caravanas que hacen la ruta hasta Jerusalén o las propinas.
Ave, reportero, ¿Dónde te encuentras esta mañana?
Conexión
Reportero: Ave. Estoy aquí en Belén, donde José de Nazaret y María, su esposa, acaban de llegar después de un largo viaje desde Nazaret.
Como sabemos, no era necesario que María viniera a Belén para registrarse, pues José tiene autorización para registrar a toda su familia, pero María, siendo una persona enérgica y que ama la aventura, ha insistido en acompañarle. Temía quedarse sola por si el niño nacía durante la ausencia de José, y puesto que Belén no estaba lejos de la Ein Karem, tal vez anticipe una posible visita agradable a su parienta Isabel, aparte de la visita al templo de Jerusalén para cumplir con las costumbres judías
María y José son gente sencilla, puesto que tan solo disponen de un animal de carga. María, que está encinta, cabalga sobre el animal con las provisiones mientras que José camina conduciendo al burro.
Si se les ha hecho un poco tarde es porque han debido pasar antes por el Templo de Jerusalén, pues ningún israelita piadoso deja de hacerlo. ¡¿Quién podrá imaginar la oración de este matrimonio?!
Desde Jerusalén a Belén hay casi dos horas más de camino, por lo que llegan al atardecer
Voy a entrevistar a José para que nos cuente sus impresiones sobre la ruta escogida y sus planes mientras estén en Belén.

Reportero: La paz sea contigo, José, ¿cómo te sientes al llegar a Belén?
José: La paz sea contigo. Gracias por tu interés. La verdad es que estamos muy cansados y agotados. Ha sido un viaje muy duro, sobre todo para María, que está embarazada de nueve meses. Hemos tenido que caminar unos 156 kilómetros por caminos polvorientos y peligrosos, sorteando ladrones y animales salvajes. Hemos tardado unos más días de los previstos en llegar, haciendo paradas en algunas aldeas y posadas.
Reportero: ¿Por qué habéis elegido esta ruta? ¿No había otra más corta o más segura?
José: No, ésta era la única opción que teníamos. Hemos venido a Belén porque somos descendientes del rey David, y aquí es donde tenemos que empadronarnos para el censo que ha ordenado el emperador Augusto César. Es una obligación que tenemos todos los judíos, y no podemos eludirla.
Reportero: ¿Qué esperáis encontrar en Belén? ¿Tenéis ya algún alojamiento reservado?
José: Pues la verdad es que no. Mientras veníamos hacia aquí ya nos han advertido que no habría sitio, que Belén está llena de gente que ha venido por el censo. Sin embargo, confiamos en que alguno de mis parientes nos acogerá en su casa.
Reportero: ¿Qué vais a hacer en cuanto al nacimiento?
José: No lo sabemos. Buscaremos algún alojamiento apartado y tranquilo, donde María pueda descansar y dar a luz. Tal vez en algún establo o cueva, donde haya un poco de paja y calor. No nos importa que sea humilde. Tan solo queremos que sea seguro y limpio. Confiamos en que Dios nos proveerá de lo necesario.
Reportero: ¿Cómo os sentís ante la inminente llegada de vuestro hijo? ¿Qué esperáis de él?
José: Estamos llenos de alegría y de fe. Esperamos que sea un buen hijo, que nos quiera y nos obedezca, que crezca en sabiduría y gracia.
Reportero: Muchas gracias, José, por compartir con nosotros tu testimonio. Te deseamos lo mejor para ti, para María y para el niño que está por nacer. Esperamos que nazca pronto. Que Dios os bendiga y os proteja.
José: Gracias a ti, por tu amabilidad y tu respeto. Que Dios te bendiga también a ti y a todos los que escuchan esta entrevista. Adiós.
Reportero: Ave. Les devolvemos la conexión con el estudio.
Devuelve la conexión

Presentador: Ave, reportero. Buen Trabajo.
Desde Belén nos llegan buena noticias, aunque no menos preocupaciones por el bienestar de este matrimonio.
Entendemos que no quieran que se les moleste demasiado en los próximos días, ya que quizá les toque la parte más complicada del viaje de la vida, como es el nacimiento de su hijo fuera de su hogar.
Aun así, se muestran confiados. Su Dios proveerá.
En todo caso, confiamos en que todo se desarrolle en las mejores condiciones posibles y en cuanto tengan ocasión acudan cumplir con el censo porque aún están a tiempo de empadronarse.
Despedida
Recuerden que el censo es una oportunidad para demostrar su lealtad al emperador y su gratitud por todo lo que ha hecho por nosotros. ¡Viva el emperador Augusto César! ¡Viva el Imperio romano!
Y a ustedes, queridos espectadores, les invitamos a seguir atentos a nuestra cobertura especial de este acontecimiento histórico.
Hasta una próxima conexión
Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.

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