

Presentador: Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.
Nuestros reporteros nos informan de que lo acontecido en Belén en los últimos días ha alterado la tranquilidad reinante, que si ya había bastante gente en Belén como consecuencia de censo, sin sitio en la posada, desde el nacimiento del hijo de José y María tampoco parece haber sitio en torno a la gruta, ya que todo el mundo quiere ver al niño.
Muchos de los que acuden son gente de paz y buena voluntad que han recibido la noticia por parte de los pastores, pero también se acercana algunos movidos por la curiosidad y la incredulidad.
Ave, reportero, ¿Qué novedades hay?
Conexión
Reportero: Ave. Estoy aquí, en Belén, donde a lo largo de las últimas horas se está acercando mucha gente de Belén y de los pueblos de alrededor atraída por la noticia del nacimiento del hijo de María. Son muchos los que vienen a adorar al niño y muchos los que se acercan tan solo por curiosidad.

Este ir y venir de gente ha alterado un poco la tranquilidad que hasta ahora había disfrutado esta familia. Ante lo cual José se ha tenido que poner un poco serio, dado que tanto el Niño como la madre necesitan intimidad y reposo. No pueden mantener la puerta abierta todo el día con gente entrando y saliendo.
Están agradecidos con todo el cariño recibido y asombrados con la cantidad de presentes que la gente les trae porque muchos piensan que, al vivir en estas condiciones, el Niño pasa necesidad o simplemente quieren hacerle una ofrenda como demostración de respeto.
También son muchos los pobres, los menos afortunados, que se acercan a adorar al Niño. Son los pobres, los marginados de Israel, muchos de ellos no cumple con las tradiciones ni costumbres judías. Vienen sucios y mal vestidos. ¿Qué le pueden ofrecer ellos al Niño Dios?

Sin embargo, hemos sido testigos de cómo José se ha abierto paso entre la multitud que se agolpa frente a la gruta, para permitir que les abran paso, dado que son muchos quienes se lo impiden. Ninguno de ellos se marcha con las manos vacías. Entendemos que también se marchan con el corazón lleno de amor.
En ocasiones son los propios pastores quienes se ocupan de mantener el orden porque entienden que José se siente un tanto superado ante esta situación y a ellos tampoco les interesa que la situación se desmadre. Siguen preocupados por cuidar sus ovejas, porque la vida sigue, aunque da la sensación de que no hay nada ni nadie en el mundo más que este Niño.
Por el momento no tenemos constancia de que haya acudido ninguna figura relevante, aunque hay quien comenta de la posible visita de Herodes, pero también del peligro de ello pueda suponer para el Niño, por eso de que todo esperan que éste sea el Rey de los Judíos, el libertador de Israel, cuando ha sido el Senado de Roma quien le ha dado el título de Rey de los Judíos a Herodes el Grande.
Entrevista a un pobre pastor
Reportero: Buenos días, señor. Soy un reportero del programa Imperium Romanum TV News y me gustaría hacerle unas preguntas sobre su visita al portal de Belén. ¿Qué le ha traído hasta aquí?
Reportero: Buenas noches, señor. Soy un reportero del programa «Imperium Romanum TV News» y me gustaría hacerle unas preguntas sobre su visita al portal de Belén. ¿Puedo?
Jeremías: Claro, señor. No tengo nada que ocultar.
Reportero: ¿Qué le ha traído hasta aquí?
Jeremías: Pues verá, joven. Soy Jeremías, un anciano pastor de ovejas y desde hace tiempo vivo de la caridad de la gente. Anoche vi una estrella muy brillante en el cielo. Me pareció una señal de Dios y decidí seguirla. Me trajo hasta este lugar, donde vi a un niño recién nacido en un pesebre, rodeado de animales y de sus padres.
Reportero: ¿Y qué sintió al ver al niño?
Jeremías: He sentido una gran alegría y paz en mi corazón, señor. Me he dado cuenta de que ese niño es especial, que es el Mesías prometido, el Salvador del mundo. Quise acercarme a adorarle, pero los demás me miraban con desprecio y me apartaban. Decían que yo era un sucio y un indigno, que no tenía derecho a estar aquí.
Reportero: ¿Y cómo reaccionaron los padres del niño?
Jeremías: Pues verá, señor. La madre, María, me sonrió con dulzura y me bendijo. Pero fue el padre, José, quien me invitó a acercarme. Me dijo que no hiciera caso a los demás, que el Niño había venido para todos, que él también era un humilde carpintero y que Dios lo había elegido para ser el padre adoptivo del niño. Me dijo que el niño se llamaba Jesús, que significaba «Dios salva».
Reportero: ¿Y qué hizo usted entonces?
Jeremías: Pues me acerqué al pesebre. Me arrodillé ante el Niño y le ofrecí lo único que tenía: mi viejo bastón de pastor. Le dije que era un símbolo de mi oficio, de mi vida, de mi fe. Le dije que le seguía y que le serviría. El niño me miró con sus ojos inocentes y me sonrió. Sentí que me aceptaba, que me amaba, que me salvaba.
Reportero: ¿Y qué piensa hacer ahora?
Jeremías: Pues seguir al niño, señor. Seguir su estrella, su luz, su camino. Anunciar su nacimiento, su mensaje, su amor. Ser su testigo, su discípulo, su amigo.
Reportero: Muchas gracias, señor, por compartir su testimonio con nosotros. Ha sido un placer hablar con usted. Que Dios le bendiga.
Jeremías: Gracias a usted, señor, por escucharme. Que Dios le bendiga también.
Entrevista al tamborilero
Reportero: Aún no devolvemos la conexión. Parece que hay un joven que pretende tocar el tambor ante el portal, ante el Niño Dios. Según dicen, lo único que tiene para ofrecerle al Niño, al Rey de los judíos, es la música de su tambor.
Reportero: Shalom, joven. ¿Te podemos robar unos minutos? ¿quién eres y a qué te dedicas?
Tamborilero: Me llamo David y vengo de una aldea cercana. Soy solo un pastor de ovejas y a quien le gusta tocar el tambor.
Reportero: ¿Y cómo reaccionó el niño Jesús cuando escuchó tu tambor?
David: Fue increíble. Me sonrió con una sonrisa tan dulce y pura que me llenó de alegría y paz. Sentí que me bendecía con su amor y me aceptaba tal como soy.
Reportero: ¿Qué te inspiró a tocar tu tambor para él?
David: Pues, vi a los pastores que le traían presentes en sus zurrones. Pensé que ellos le traerían los mejores regalos al niño Jesús, y que yo no tenía nada que ofrecerle.
Pero luego oí una voz que me decía: «No te preocupes, David. Lo único que quiere el niño Jesús es tu corazón. Toca tu tambor para él y verás cómo se alegra».
Así que seguí esa voz y me acerqué al pesebre donde estaba el niño Jesús con María y José. Les pedí permiso para tocar mi tambor y ellos me dijeron que sí. Entonces empecé a tocar mi tambor y cantar.
Reportero: David, ¿cómo te sientes al haber participado en este evento histórico?
David: Bueno, estoy muy agradecido y honrado de haber podido ofrecer mi humilde regalo al niño Jesús. No tenía nada más que darle, así que le toqué mi tambor con todo mi corazón.
Reportero: Qué bonita historia, David. ¿Qué sientes al haber conocido al niño Jesús?
Tamborilero: Siento una paz y una alegría que no puedo explicar. Creo que él es el hijo de Dios y que ha venido a salvarnos. Quiero seguirlo y servirlo con mi tambor.
Reportero: Muchas gracias, David, por compartir tu experiencia con nosotros. Te deseamos lo mejor en tu camino.
Tamborilero: Gracias a vosotros. Que Dios le bendiga también.
Reportero: Ave. Les devolvemos la conexión con el estudio.
Devuelve la conexión

Presentador: Ave, reportero. Buen Trabajo.
¿Quién tiene prioridad a la hora de acercarse a adorar al Niño? ¿Qué criterio se sigue?
- El orden de llegada
- Quien traiga el presente más caro
- Quien haya pensado más en las necesidades del Niño
- Quien se muestre más humilde
Difícil decisión en cualquier caso
Por lo que podemos entender, tienen prioridad aquellos que se acercan movidos por el corazón, que el más pobre entre los pobres tiene prioridad frente a los ricos, frente a aquellos que tan solo viene a justificarse, dado que la puerta está abierta para todos.
Pero no seremos nosotros quienes juzguemos.
Y a ti, que nos estás escuchando, te invitamos acudir al portal de Belén y a conocer al niño que ha nacido para ser nuestro Salvador.
Despedida
Recuerden que el censo es una oportunidad para demostrar su lealtad al emperador y su gratitud por todo lo que ha hecho por nosotros. ¡Viva el emperador Augusto César! ¡Viva el Imperio romano!
Y a ustedes, queridos espectadores, les invitamos a seguir atentos a nuestra cobertura especial de este acontecimiento histórico.
Hasta una próxima conexión
Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.

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