Presentador: Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.
Nuestro intrépido reportero nos pide conexion desde Belén porque ha conseguido una entrevista en exclusiva, aunque la intención de este programa no es la de incomodar a nadie con nuestro interés por informarles sobre lo que sucede en Belén y entendemos que es un momento un tanto delicado.
Se nos ha ordenado que centremos el interés informativo en el censo de Augusto César, que esa es la razón por la que hemos seguido los pasos de esta familia, aunque por lo visto hasta la fecha, tiene una vida mucho más controvertida e interesante de lo que esperábamos.
Sin embargo, en atención a los telespectadores, seguimos informando y queremos mantener el rigor informativo.
Ave, reportero, ¿Dónde te encuentras esta mañana?
Conexión
Reportero: Ave. Estoy aquí, en Belén, la ciudad del rey David, donde se ha cumplido la antigua profecía: «De ti, Belén Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, saldrá el jefe de Israel» (Miqueas 5:1).
Hace pocos días, en esta misma aldea, ha nacido el niño que algunos aseguran que es el Mesías, el Salvador, el Señor. Su nombre es Jesús, y es el Hijo de Dios hecho hombre.
La noche del nacimiento unos ángeles se les aparecieron a los pastores para que vinieran a adorarlo, la manera de reconocerlo sería porque encontraron un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
José y María son de Galilea, una región con mala fama entre los judíos de la época, con una religiosidad muy fiel a un judaísmo tradicional y antiguo. ¿De Nazaret puede salir algo bueno?
José participa de esta religiosidad. Además admira y está unido a la idea de la restauración de Israel, de la necesidad de liberarse del yugo de Roma y de la llegada del reinado de Dios entre los hombres
Sin embargo, José tan solo es un humilde carpintero sin más aspiraciones que cuidar por el bienestar de su familia. Quien sabemos ha venido a Belén con intención de cumplir con el censo de Augusto César. ¿Qué peligro puede suponer esta familia que pretende acatar la autoridad de Roma?
Pero no todo es alegría y paz en Belén para esta familia. Existe el temor que que el rey Herodes, el Grande, cuando se enterare de que ha nacido el rey de los judíos, tome alguna represalia, para eliminar a quien rivalice por el trono de Israel. Aunque, por el momento, no parece que haya ninguna reacción por su parte.
Mientras tanto, estos días hay mucho movimiento de gente que acude a la gruta de Belén a adorar al Niño. Pero entendemos que esta familia también necesita disfrutar de momentos de privacidad y tranquilidad.
No hemos de olvidar que se trata de un bebé recién nacido que necesita descansar, al igual que la madre, María, aunque ésta se muestre accesible a todo el que acude a ver al Niño, siempre que sea gente de buen corazón, dado que también José, el esposo, está pendiente de todo para que no haya ningún altercado.
Entre la gente destaca la presencia y protección de los pastores, dispuestos a cuidar a este niño frente a cualquier adversidad, como si fuera uno de sus corderos recién nacido, sin mancha, de los que se utilizan en los sacrificios del templo de Jerusalén.
Entrevista (sin validez teológica)
Sin querer interrumpir los quehaceres de María, como madre, ni invadir su intimidad, le hemos pedido que nos dedique unos momentos y nos responda algunas preguntas.
Reportero: Ave, María. Soy un reportero de Imperium Romanum TV New y me gustaría hacerle unas preguntas sobre el acontecimiento extraordinario que ha vivido usted. ¿Me permite?
María: Shalom, señor. Claro, puede preguntarme lo que quiera, pero no sé si podré explicarle todo lo que ha pasado.
Anunciación
Reportero: Gracias, señora. Empecemos por el principio. ¿Cómo fue que el ángel le anunció que iba a ser la madre del Hijo de Dios?
María: Fue hace unos meses, cuando yo estaba en Nazaret, prometida con José. Un día, mientras estaba en mi casa, se me apareció Gabriel, un ángel de luz, y me dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo«.
Yo me asusté mucho y no supe qué decir.
El ángel me tranquilizó y me dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo«.
Yo no entendía cómo podía ser eso, pues me había comprometido a preservar mi virginidad y consagrado por entero a Dios.
El ángel me explicó que el Espíritu Santo vendría sobre mí y que el poder del Altísimo me cubriría con su sombra, por eso el Niño que nazca será Santo y llamado Hijo de Dios.
También me dijo que mi prima Isabel, que era estéril y de avanzada edad, estaba embarazada de seis meses, pues para Dios nada es imposible.
Entonces yo le dije al ángel: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra«.
Y el ángel se fue.
Reportero: ¡Qué historia tan asombrosa, señora! ¿Y qué hizo usted después de eso?
María: Sentí que debía a visitar a mi prima Isabel, que vive en Ein Karem; que con ella me sería más fácil hablar de lo sucedido, dado que para los demás sería difícil de creer y de aceptar.
Cuando llegué a su casa, Isabel me recibió con alegría y me dijo: «Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque tan pronto como llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. Bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor«.
Entonces yo me llené del Espíritu Santo y alabé a Dios con un cántico que dice: «Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava …«.
Zacarías, el esposo de Isabel, que es sacerdote, recogió mi cántico por escrito porque entendió que no eran simples palabras.
Me quedé con Isabel unos tres meses, hasta que dio a luz a su hijo, al que llamó Juan.
Reacción de José
Reportero: ¿Y cómo se lo contó a su esposo José? ¿Cómo reaccionó él?
María: Fue difícil. José era un hombre justo y bueno, pero no podía creer que yo estuviera embarazada por obra del Espíritu Santo. Pensó que yo le había sido infiel y quiso repudiarme en secreto, para no exponerme a la vergüenza pública.
Pero Dios le envió un ángel en sueños, que le dijo que no temiera tomarme por esposa, porque lo que había sido engendrado en mí era del Espíritu Santo, y que daría a luz un hijo, al que pondría por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Así que José hizo lo que el ángel le mandó, y me tomó por esposa.
Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, decidió romper en secreto el compromiso.
Pero cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por el poder del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús,[porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «La virgen concebirá y dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).
Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa. Pero no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a luz un hijo, a quien le puso por nombre Jesús.
Mateo 1,19-25
La interpretación católica del versículo del evangelio de Mateo 1,25 es que José no tuvo relaciones sexuales con María antes del nacimiento de Jesús, pero no implica que las tuviera después. Los católicos creen que María permaneció virgen durante toda su vida, y que los hermanos de Jesús mencionados en la Biblia eran parientes cercanos o hijos de un matrimonio anterior de José. La palabra griega “hasta” (ἕως) no significa necesariamente un cambio de estado posterior, sino que se usa para enfatizar la virginidad de María en el momento del nacimiento de Jesús.
Aquí sencillamente el evangelista quiere hacer énfasis y dejar bien claro que Jesús nació sin intervención de José, y que no la tocó hasta su nacimiento
Esta interpretación se basa en la tradición de la Iglesia, el testimonio de los Padres de la Iglesia y el dogma de la virginidad perpetua de María, que fue definido por el Concilio de Letrán en el año 649
Para profundizar en Mateo 1,25 y la virginidad de María (infocatolica.com)
Viaje a Belén
Reportero: Qué testimonio tan hermoso, señora. ¿Y cómo fue que vino a Belén con su esposo José?
María: Porque el emperador Augusto César ha ordenado que se hiciera un censo de todo el mundo, y cada uno tenía que ir a su ciudad de origen. José es de la casa y familia de David, y por eso tuvo que venir a Belén, que es la ciudad de David. Yo lo acompañé, aunque ya estaba cerca de dar a luz.
Cuando llegamos a Belén, no encontramos lugar donde alojarnos, porque la aldea está llena de gente. Tuvimos que refugiarnos en esta gruta, donde hay un pesebre. Aquí ha nacido mi hijo, lo envolví en pañales y lo acosté en el pesebre.
En ello vimos la providencia divina, que nos mandaba a Belén «De ti, Belén Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, saldrá el jefe de Israel«
Nacimiento de Jesús
Reportero: Qué escena tan conmovedora, señora. ¿Y qué pasó después del nacimiento de su hijo?
María: Esa misma noche vinieron unos pastores que estaban en el campo, cuidando sus ovejas.
Ellos nos contaron que un ángel del Señor se les había aparecido y les había dicho: «No temáis, porque os doy una buena noticia, que será de gran alegría para todo el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre«.
Y de repente, se unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios y decía: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad«.
Los pastores vinieron a ver a mi hijo, y le adoraron.
Todos los que lo oían se maravillaban.
Reportero: Entiendo que debió ser un momento muy emocionante.
María: Yo guardo todas estas cosas en mi corazón.
Reportero: Qué maravilla, señora. ¿Y ha recibido alguna otra visita?
María: Sí, todos los días viene gente de los pueblos de alrededor que han escuchado lo que los pastores les han contado y quieren comprobarlo por sí mismos. El pueblo lleva mucho tiempo anhelando el nacimiento del Mesías salvador.
Conclusión
Reportero: Qué increíble, señora. ¿Y qué piensa usted de todo esto?
María: Pues pienso que Dios ha hecho grandes cosas por mí, y que ha cumplido su promesa a Abraham y a su descendencia. Pienso que mi hijo es el Mesías, el Salvador, el Hijo de Dios. Pienso que ha venido al mundo para traer la luz, la verdad y la vida. Pienso que es el mayor regalo que Dios nos ha dado, y que por él tenemos la esperanza de la salvación. Pienso que soy la madre más dichosa del mundo, y que no merezco tanta gracia.
Reportero: Entonces, ¿se puede decir que eres «la madre del Mesías»? ¡Eso suena como algo muy importante!
María: Es el Señor quien hace obras grandes por mí. Como le dije al ángel, yo tan solo soy «la esclava del Señor».
Reportero: Muchas gracias, María, por compartir conmigo su historia. Le deseo lo mejor a usted y a su hijo. Que Dios les bendiga.
María: Gracias a ti por escucharme. Que Dios te bendiga también.
Reportero: Ave. Les devolvemos la conexión con el estudio.
Devuelve la conexión
Presentador: Ave, reportero. Buen Trabajo.
Ya lo han visto estimados telespectadores, María, la madre de quien dicen es el Mesías salvador, el hijo de Dios vivo, es una muchacha sencilla y humilde, sin más aspiraciones que cumplir la voluntad de Dios.
Ella no pretende ser reconocida como la reina madre del rey de los judíos, sino como la esclava del Señor. No busca fama, prestigio ni fortuna. Vive en la plena confianza de Dios.
Como sabemos, y nos han contado, han sido muchas las mujeres que han acudido a Belén con la creencia de que el hecho de que sus hijos nacieran aquí, se cumpliera en ellos la profecía del nacimiento del Mesías, en los futuros reyes de Israel, las convertiría a ellas en reinas.
Sin embargo, según nuestras informaciones, el hijo de María es descendiente directo del aclamado Rey David.
Registro genealógico de Jesucristo, hijo de David y de Abraham:
Así que hubo en total catorce generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta la deportación a Babilonia, y catorce desde la deportación hasta el Cristo.
Mt 1,1 y Mt 1,17
María, en cambio, no parece tener más interés que cuidar de su hijo. Vive en la confianza de hacer en todo momento la voluntad de Dios, lo que en estos meses de embarazo la ha llevado, desde Nazareth, a Ein Karem y a Belén.
¿Volverán a casa? ¿a Nazareth? De momento, por lo que sabemos, seguirán en Belén para cumplir con el censo y con sus tradiciones judías, porque el niño será presentado en el templo de Jerusalén, como cualquier otro recién nacido.
¿Qué Mesías es éste que se somete a la ley de los hombres, a las leyes judías? ¿El libertador de Israel, quien les libre del yugo de Roma?
Despedida
Recuerden que el censo es una oportunidad para demostrar su lealtad al emperador y su gratitud por todo lo que ha hecho por nosotros. ¡Viva el emperador César Augusto! ¡Viva el Imperio romano!
Y a ustedes, queridos espectadores, les invitamos a seguir atentos a nuestra cobertura especial de este acontecimiento histórico.
Hasta una próxima conexión
Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.
Tras el último verso 
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