Un poema de arrepentimiento y esperanza
HOY ES VIERNES
Muere hoy, Señor, crucifícate,
¿No ves que hoy ya es viernes
y mi corazón pecó otra vez?
Muere, Señor, hay luna llena,
y el mundo llora sin penas,
porque tu cruz quedó vacía
para que llegara el sábado.
Vuelve a tu cruz, mi amado,
no dejes nunca de estar crucificado,
que pueda tener dolor en mis venas,
para que no sangre mi corazón.
no quiero mancharte con mi pecado,
ni ver cómo muere otro pecador.
¡Es tan enorme mi pecado, Señor,
que no puede ser hoy sábado!
Deja que sea al fin viernes,
y muera yo cómo muere el pecado
moriré crucificado a tu lado
y mirándote ya no sentiré el dolor.
Manuel Pellicer Sotomayor, poema de 1992

Comentario y análisis del poema
En este poema, titulado “Hoy es viernes”, el poeta expresa su sentimiento de culpa por sus pecados y su deseo de redención a través de la muerte y la resurrección de Cristo.
El poema está compuesto por cuatro estrofas de seis versos cada una, con rima consonante en los versos pares (ABABCC).
El ritmo es irregular, alternando versos de once, nueve y siete sílabas, lo que crea un efecto de inestabilidad y angustia.
El poema se puede dividir en dos partes:
- la primera, que abarca las dos primeras estrofas, en la que el poeta se dirige a Cristo y le pide que muera de nuevo en la cruz para expiar sus pecados;
- la segunda, que comprende las dos últimas estrofas, en la que el poeta se ofrece a morir junto a Cristo y a compartir su gloria.
El tema principal del poema es el arrepentimiento del pecado y la esperanza de la salvación.
El poeta se presenta como un pecador que ha ofendido a Dios con su corazón y que necesita de su misericordia.
El poeta utiliza el contraste entre el viernes y el sábado para simbolizar la diferencia entre el pecado y la gracia, entre la muerte y la vida, entre el dolor y el gozo.
El viernes es el día de la Pasión de Cristo, el día en que el mundo se sume en la oscuridad y el llanto por la muerte del Hijo de Dios.
El sábado es el día del descanso, el día en que la cruz queda vacía y se prepara la resurrección.
El poeta no quiere que sea sábado, porque eso significaría que sus pecados no han sido perdonados y que está condenado a la muerte eterna. El poeta quiere que sea viernes, porque eso implicaría que Cristo ha muerto por él y que le ha abierto las puertas del cielo.
El poeta utiliza también el contraste entre la luna y el sol para reforzar la idea de la oposición entre el pecado y la gracia.
La luna es el astro de la noche, el símbolo de la oscuridad, el frío y la soledad. Es una alusión a la luna llena de la Pascua
El sol es el astro del día, el símbolo de la luz, el calor y la compañía.
El poeta dice que mirará a Cristo en la cruz, lo que significa que buscará su rostro y su consuelo.
El poeta emplea también el contraste entre el dolor y el amor para expresar la paradoja de la cruz.
- El dolor es el resultado del pecado, el castigo que merece el hombre por su rebeldía contra Dios.
- El amor es el motivo de la cruz, el regalo que Dios hace al hombre por su misericordia.
El poeta dice que quiere tener dolor en sus venas, lo que implica que quiere sentir el peso de su culpa y la necesidad de su perdón.
El poeta dice:
- que no quiere manchar a Cristo con su pecado, lo que supone que quiere respetar su santidad y su pureza.
- que morirá crucificado a su lado, lo que significa que quiere unirse a su sacrificio y a su entrega.
- que mirándole, ya no sentirá el dolor, lo que implica que encontrará la paz y el gozo en su presencia.
En conclusión, el poema “Hoy es viernes” de Manuel Pellicer Sotomayor es una muestra de la poesía religiosa.
El poeta expresa su arrepentimiento por sus pecados y su esperanza de ser salvado por la muerte y la resurrección de Cristo, utilizando contrastes simbólicos entre el viernes y el sábado, la luna y el sol, el dolor y el amor. El poema es un canto a la cruz, como signo de la misericordia divina y de la gloria eterna.
Origen
- Poema original de Manuel Pellicer Sotomayor
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