Análisis y comentario del poema «Pregúntale a las piedras» de Manuel Pellicer Sotomayor
PREGÚNTALE A LAS PIEDRAS
¿Por qué ponen piedras y preguntas?
¿Por qué todos piensas en nosotros?
Sus piedras crean nuestra distancia,
la verdad de lo que yo no miraba
y tú indiferente no me dices nada,
como si realmente hubiera piedras,
porque parece que ayer no hubo nada.
Entonces pregunto ¿Por qué lloras?
¿por qué tanta gente nos pregunta?
Tus lagrimas se confunden con las mías
y sin verlo se cruzan las miradas,
hablan al mundo de nuestro mañana,
del ayer que a todos les contaba.
Yo te busco y no me contestas,
pregunto y nadie sabe decir nada,
tan solo veo tus ojos en sus caras.
Silencio, se cruzan las miradas.
Manuel Pellicer Sotomayor. Poema de 1992
Análisis
El poema «Pregúntale a las piedras» de Manuel Pellicer Sotomayor es un texto lírico que expresa el sentimiento de un hablante que se siente separado de su amada por las piedras y las preguntas que ponen los demás. El poema se estructura en cuatro estrofas de seis versos cada una, con rima asonante en los pares y libre en los impares. El ritmo es irregular y se adapta al tono emocional del poema.
El tema principal del poema es el amor frustrado por la incomprensión y la indiferencia de los demás. El hablante se dirige a su amada en segunda persona, pero no recibe respuesta. Las piedras simbolizan los obstáculos y las dificultades que impiden la comunicación y la unión de los amantes. Las preguntas representan la curiosidad y el juicio de los demás, que no entienden ni respetan su relación. El hablante se siente solo, incomprendido y angustiado.
El poema se puede dividir en dos partes:
La primera, que abarca las dos primeras estrofas, plantea el problema de las piedras y las preguntas; la segunda, que comprende las dos últimas estrofas, expresa el dolor y la nostalgia del hablante.
En la primera parte, el hablante se pregunta por qué los demás ponen piedras y preguntas, por qué piensan en ellos, por qué su amada no le dice nada. Se da cuenta de que las piedras crean una distancia entre ellos, que le impide ver la verdad de lo que él no miraba.
El hablante siente que su amada actúa como si realmente hubiera piedras, como si ayer no hubo nada entre ellos.
En la segunda parte, el hablante le pregunta a su amada por qué llora, por qué tanta gente les pregunta. El hablante dice que sus lágrimas se confunden con las suyas, y que sin verlo se cruzan las miradas.
Estas imágenes sugieren que hay una conexión profunda entre los amantes, que se entienden sin palabras, que hablan al mundo de su mañana, de su futuro juntos, del ayer que a todos les contaba, de su pasado feliz.
Sin embargo, el hablante también expresa su frustración al buscar a su amada y no encontrarla, al preguntar y no obtener respuesta, al solo ver sus ojos en las caras de los demás. El poema termina con un silencio, que refleja la soledad y la resignación del hablante.
El poema «Pregúntale a las piedras» de Manuel Pellicer Sotomayor es un bello ejemplo de poesía amorosa, que muestra la sensibilidad y el talento del autor.
El poema transmite la emoción y el sufrimiento de un amor imposible, que se ve obstaculizado por las piedras y las preguntas de los demás. También invita a reflexionar sobre la importancia de la comunicación y el respeto en las relaciones humanas, y sobre el valor de la libertad y la autenticidad en el amor.
Origen
- Conversación con Copilot / Bing Chat
- Preguntales a las piedras – Tras el último verso (manuelpellicer.com)
