
Introducción
Presentador: Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.
Bienvenidos a nuestro programa «¿Me amas más que éstos?«, donde cada día les traemos una entrevista exclusiva con uno de los hombres y mujeres que acompañaron a Jesucristo durante su vida terrenal y que fueron testigos de su resurrección.
A través de sus relatos, podremos conocer más de cerca al Maestro, su mensaje, sus milagros, su pasión, su gloria. También podremos aprender de su ejemplo, su fe, su amor, su servicio, su misión.
Presentación del personaje
Hoy tenemos una historia fascinante que viene directamente desde el corazón de Jerusalén.
Recientemente, Jesús de Nazaret, una figura cada vez más influyente, causó un gran revuelo en el Templo, expulsando a los mercaderes y cambistas. Para entender mejor el impacto de este incidente, hemos hablado con uno de los cambistas afectados.
A continuación, presentamos una entrevista exclusiva que arroja luz sobre los acontecimientos desde una perspectiva que rara vez se escucha. Así que quédense con nosotros mientras desvelamos esta historia intrigante. ¡Empezamos!
Conexión con Templo de Jerusalén

Reportero: Buenos días a todos, les habla su reportero Intrépido desde Jerusalén. Hoy les traigo una historia que está causando un gran revuelo en la ciudad. Jesús de Nazaret, un predicador local que ha estado ganando seguidores, ha llevado a cabo una acción sin precedentes en el Templo de Jerusalén.
Según los informes, Jesús entró al Templo, un lugar sagrado dedicado a la oración y al sacrificio, y se encontró con una escena que no le agradó. Había mercaderes vendiendo animales para los sacrificios y cambistas que intercambiaban monedas para los fieles que venían de lejos.
Jesús, enfurecido por lo que consideró una profanación de la casa de su Padre, tomó acción. En un acto de desafío, volcó las mesas de los cambistas y expulsó a los mercaderes, declarando que la casa de su Padre no debería ser convertida en un mercado.
Este incidente ha causado un gran alboroto entre los comerciantes y cambistas que dependen del Templo para su sustento. También ha planteado preguntas sobre el papel del Templo en la sociedad y cómo debería ser utilizado.
Reportero: Shalom, señor. Soy reportero de «Imperium Romanum TV News» y estamos haciendo un programa especial sobre la figura de Jesús de Nazareth. Me gustaría hacerle algunas preguntas sobre los recientes acontecimientos en el Templo. ¿Podría decirnos su nombre y compartirnos su experiencia?

Abner: Me llamo Abner y soy cambista. Mi trabajo consiste en cambiar las monedas extranjeras por monedas tirias, que son las únicas que se pueden usar para pagar los impuestos del templo y comprar los animales para los sacrificios.
Reportero: Entiendo su frustración. ¿Podría explicarnos qué sucedió exactamente?
Abner: Fue una escena terrible. Jesús entró furioso y empezó a gritar que estábamos profanando la casa de su Padre, que era una casa de oración y no de comercio. Luego hizo un látigo de cuerdas y nos echó a todos, a mí, a los otros cambistas, a los vendedores de palomas, de bueyes, de ovejas… Volcó nuestras mesas, tiró nuestras monedas, soltó a los animales… Fue un caos.
Reportero: ¿Qué sintió usted al ver eso?
Abner: Miedo, rabia, indignación. ¿Quién se creía ese hombre para tratarnos así? ¿Qué derecho tenía a arruinar nuestro negocio, que era legal y necesario para el culto? ¿Qué autoridad tenía para hablar en nombre de Dios? Era un blasfemo, un rebelde, un agitador.
Reportero: ¿Y qué hizo la gente que estaba en el templo?
Cambista: Algunos se quedaron atónitos, otros le aplaudieron, otros le increparon. Los sacerdotes y los escribas se enfadaron mucho y le pidieron una señal que demostrara su poder. Él les respondió que destruyeran el templo y él lo reconstruiría en tres días. Eso fue el colmo de la locura.
¿Cómo iba a hacer eso? El templo era una obra magnífica, que llevaba décadas construyéndose. Era el orgullo de Israel, el lugar donde Dios habitaba entre nosotros.

Reportero: ¿Cómo ha afectado esto a su negocio?
Cambista: Ha sido un desastre. No puedo hacer mi trabajo y la gente no puede cambiar su dinero para comprar los animales para los sacrificios. Todo el sistema del Templo se ha interrumpido.
Reportero: ¿Qué piensa hacer al respecto?
Cambista: No estoy seguro. Estoy esperando a ver si las cosas vuelven a la normalidad. Pero, si no lo hacen, tendré que buscar otra forma de ganarme la vida.
Reportero: ¿Y qué piensa usted de Jesús ahora?
Abner: Pienso que es un falso profeta, un enemigo del pueblo, un peligro para la paz. Espero que las autoridades lo detengan pronto y lo castiguen como se merece. No podemos permitir que siga engañando a la gente con sus palabras y sus milagros. Es un impostor, un seductor, un anticristo.
Reportero: Gracias por su testimonio, señor. Que tenga un buen día.
Cambista: Igualmente, adiós.
Reportero: Gracias por compartir su experiencia con nosotros. Les Mantendremos a informados sobre cualquier desarrollo futuro en esta historia. Devolvemos la conexión
Devuelve la conexión

Presentador: «Expulsión de los mercaderes del Templo, o purificación del Templo», es la denominación de una escena evangélica protagonizada por Jesucristo en las vísperas de la Pascua judía.
Aparece en todos los Evangelios; aunque, mientras que en los sinópticos ocurre al final (Evangelio de Mateo, capítulo 21, versículos 12-17, Evangelio de Marcos, capítulo 11, versículos 15-18, Evangelio de Lucas, capítulo 19, versículo 45); en el Evangelio de Juan ocurre al principio (capítulo segundo, versículos 13-25). Esto ha producido que algunos estudios bíblicos los identifiquen como dos hechos diferentes.
Jesús entró en el templo y expulsó a todos los que se dedicaban al comercio. Derribó las mesas de los cambistas y los bancos de los vendedores de palomas, y les dijo: “Escrito está: ¡Mi casa es casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones!”
Mateo 21, 12-17
Llegaron a Jerusalén y Jesús entró en el templo. Y comenzó a expulsar a los que vendían y compraban en el templo; Derribó las mesas de los cambistas y las sillas de los vendedores de palomas.
No permitió que nadie llevara ningún objeto por el templo.
Y les enseñó en estos términos: “¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones”.
Marcos 11, 15-17
Luego entró en el templo y comenzó a expulsar a los mercaderes.
Él dijo: “Escrito está: ¡Mi casa es casa de oración! Pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones” ( Is 56,7).
Lucas 19-45-46
Estaba cerca la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Encontró en el templo comerciantes de bueyes, ovejas y palomas, y mesas de cambistas de monedas.
Hizo un látigo con cuerdas, expulsó a todos del templo, así como a las ovejas y los bueyes, esparció el dinero de los cambistas por el suelo y volcó las mesas.
A los que vendían las palomas les dijo: “Quitad esto de aquí y no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comerciantes”.
Entonces sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo por tu casa me consume ( Sal 68:10 ).
Juan 2, 13-17
Los conduciré a mi monte santo y los llenaré de alegría en mi casa de oración; Tus holocaustos y sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todo el pueblo.
Is 56,7
En este episodio Jesús visita el Templo de Jerusalén, el llamado Templo de Herodes,
Es casi seguro que el área en cuestión era la Corte de los Gentiles, una zona del complejo del Templo destinada específicamente para la compraventa animales para el sacrificio y para que los peregrinos judíos pudieran cambiar la moneda extranjera por la moneda local apropiada.
Patio que es descrito como «lleno de ganado» y tablas de cambistas, que cambiaban las monedas griegas y romanas por monedas tirias (las únicas que podían usarse en las ceremonias del Templo). Jesús se molestó tanto por esa situación que hizo salir al ganado y tiró las mesas de los cambistas y de los vendedores de palomas, haciendo caer las monedas por el suelo.
«Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones.«—Isaías; 56, 7
«Pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones»—Jeremías; 7, 11
«Cuarenta y seis años estuvo este templo en construcción, ¿y tú quieres levantarlo en tres días?» – Jn 2,20
Este evento satisface el criterio del atestiguamiento múltiple y, para los estudiosos del Jesús histórico, acredita el hecho de que este evento estuvo relacionado con el arresto y la crucifixión de Jesús.
Origen
- Conversación con Copilot// Bing Chat
- Expulsión de los mercaderes del Templo – Wikipedia, la enciclopedia libre

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