
Introducción
Presentador: Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.
Bienvenidos a nuestro programa «¿Me amas más que éstos?«, donde cada día les traemos una entrevista exclusiva con uno de los hombres y mujeres que acompañaron a Jesucristo durante su vida terrenal y que fueron testigos de su resurrección.
A través de sus relatos, podremos conocer más de cerca al Maestro, su mensaje, sus milagros, su pasión, su gloria. También podremos aprender de su ejemplo, su fe, su amor, su servicio, su misión.
Presentación del personaje
Hoy tenemos un invitado muy especial, alguien que ha sido considerado como el mayor traidor de todos los tiempos, el hombre que vendió a Jesús por treinta monedas de plata. Sí, han oído bien, estamos hablando de Judas Iscariote, el apóstol que entregó al Maestro a sus enemigos.
- Apóstol conocido por traicionar a Jesucristo.
- Religión: Judaísmo y Cristianismo
- Profesión: Ecónomo
- Etnia: Judía
- Padres: Cyborea y Simon Iscariot
- Apodo: El traidor
- Judas Iscariote nació probablemente en Keriot (Kraiot), Judea.
En el siglo I, «Judas» era un nombre extremadamente común para los judíos varones, debido al renombrado héroe Judas Macabeo, militar que lideró una revuelta que recuperó el culto judío en el Segundo Templo, en consecuencia, muchas otras figuras con este nombre se mencionan a lo largo del Nuevo Testamento.
Judas fue uno de los apóstoles de Jesús, no se menciona sobre su llamada ni cuándo se unió a los apóstoles, pero el Evangelio de Juan pone un antecedente importante de la felonía de Judas, ya que él era el tesorero y, según ese evangelio, Judas se apropiaba del oro destinado a los pobres (Juan 12:6).
Según los cuatro evangelios canónicos Judas Iscariote traicionó a Jesús ante el Sanedrín a cambio de treinta monedas de plata.
El discípulo condujo a los esbirros enviados por el Sumo Sacerdote al Jardín de Getsemaní, donde se encontraba Jesús, y lo identificó por medio de un beso y saludándolo como Rabí, o «maestro». Por este acto el nombre de Judas, su epíteto de Iscariote, las treinta monedas y el «beso de Judas», son sinónimos de traición en la tradición cristiana.
El evangelio de San Juan omite toda mención al beso.
Judas, pues, llega allí con la cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos, con linternas, antorchas y armas.
Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: «¿A quién buscáis?»
Le contestaron: «A Jesús el Nazareno.» Jes díce: «Yo soy.» Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos.
Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra.
Jn 18,3-6
¿Qué le llevó a cometer ese acto tan infame? ¿Qué sintió al ver a Jesús crucificado? ¿Qué mensaje tiene para nosotros hoy?
No se pierdan esta entrevista exclusiva, donde Judas nos contará su versión de los hechos, sin censura ni tapujos. Prepárense para conocer la verdad sobre el hombre que cambió el curso de la historia con un beso.
Esta es la entrevista de Judas Iscariote, solo aquí.
Conexión
Reportero: Buenas tardes, señor Iscariote. Gracias por concederme esta entrevista exclusiva. Sé que ha sido un tiempo difícil para usted desde que entregó a Jesús a las autoridades romanas. ¿Puede contarme cómo conoció a Jesús y qué le llevó a seguirle?

Judas: Buenas tardes, reportero. No sé si merezco su agradecimiento, pero le contaré mi historia. Conocí a Jesús hace unos tres años, cuando predicaba en Galilea. Me impresionó su sabiduría, su autoridad y sus milagros. Pensé que era el Mesías prometido, el que liberaría a Israel de la opresión romana. Así que decidí unirme a sus doce discípulos y seguirle a donde fuera.
Reportero: ¿Y qué le hizo cambiar de opinión sobre él? ¿Qué le motivó a traicionarle por treinta monedas de plata?
Judas: Bueno, con el tiempo me fui desilusionando de Jesús. Me di cuenta de que no era el líder político que yo esperaba, sino un maestro espiritual que hablaba de amor, perdón y paz. No compartía su visión del reino de Dios, ni su actitud hacia los pecadores, los publicanos y los gentiles.
Me parecía que desperdiciaba su poder y su tiempo en cosas insignificantes, en lugar de prepararse para la revolución. Así que empecé a buscar una forma de forzar su mano, de hacerle actuar como yo quería. Cuando supe que los sumos sacerdotes y los ancianos buscaban una oportunidad para arrestarle, vi mi oportunidad.
Les ofrecí entregarles a Jesús a cambio de treinta monedas de plata, el precio de un esclavo. Pensé que así provocaría un conflicto entre Jesús y los romanos, y que él tendría que mostrar su verdadero poder y gloria.
Reportero: ¿Y cómo se sintió cuando vio que Jesús se dejó arrestar sin resistencia, y que fue condenado a muerte por Pilato?
Judas: Me sentí horrorizado, arrepentido y traicionado. Me di cuenta de que había cometido un grave error, que había entregado a la muerte a un hombre inocente, a mi maestro y amigo. Intenté devolver el dinero a los sumos sacerdotes y los ancianos, pero ellos se negaron a aceptarlo.
Dijeron que yo era el responsable de mi acción, y que ellos no tenían nada que ver con la sangre de Jesús. Entonces, no pude soportar más el remordimiento y la culpa, y salí corriendo del templo. Busqué un lugar solitario, donde nadie pudiera verme, y me ahorqué con una cuerda. Ese fue el fin de mi miserable vida.
Reportero: Qué trágica historia, señor Iscariote. ¿Tiene algún mensaje final para nuestros lectores?
Judas: Sí, tengo un mensaje. Quiero decirles que no hagan lo que yo hice, que no traicionen a Jesús, que no le vendan por nada de este mundo. Que Jesús es el verdadero Mesías, el Hijo de Dios, el Salvador de la humanidad. Que se arrepientan de sus pecados, que crean en él, que le sigan con todo su corazón. Esa es la única forma de encontrar la vida, la verdad y la felicidad. Ese es mi mensaje. Gracias por escucharme. Adiós.
Reportero: Devolvemos la conexión
Devuelve la conexión

Presentador:
Después de ver de cuántas maneras mostró Dios su misericordia con Judas, que de Apóstol había pasado a traidor, al ver con cuánta frecuencia le invitó al perdón, y no permitió que pereciera sino porque él mismo quiso desesperar, no hay razón alguna en esta vida para que nadie, aunque sea como Judas, haya de desesperar del perdón
Tomás Moro, La agonía de Cristo, ad loc.
Muerte de Judas
Existe una controversia acerca de la muerte de Judas, ya que el Evangelio de Mateo sólo dice que …fue y se ahorcó (Mateo 27:5), mientras en el libro de los Hechos de los Apóstoles dice:
Porque él era uno de los nuestros y obtuvo un puesto en este ministerio. Este, pues, compró un campo con el precio de su iniquidad, y cayendo de cabeza, se reventó por medio y se derramaron todas sus entrañas.
Hechos 1:17-18
Para conciliar ambos textos, se ha sugerido que cuando Judas se colgó, la cuerda se rompió, de modo que su cuerpo cayó y se reventó al golpear el suelo.
Sin embargo, para que esto pudiera ser posible Judas tendría que haberse “ahorcado por los pies”. Por otro lado en la Biblia nada hace pensar que así hubieran sucedido las cosas.
Esta inferencia no soluciona el problema de la incoherencia.
La solución para este conflicto está en dónde tomaron sus relatos Mateo y Lucas.
- Mateo (que escribió para un público judío) se inspiró en la muerte de Ajitofel (2 Samuel 17,23),
- mientras que Lucas que escribía para un público de origen pagano (griego) se inspiró en el libro deuterocanónico de Sabiduría (Sabiduría 4,19).49

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