El juicio ante el Sanedrín

Presentador del programa Imperium Romanum TV News
Presentador del programa

Introducción

Presentador: Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.

Bienvenidos a nuestro programa «¿Me amas más que éstos?«, donde cada día les traemos una entrevista exclusiva con uno de los hombres y mujeres que acompañaron a Jesucristo durante su vida terrenal y que fueron testigos de su resurrección.

A través de sus relatos, podremos conocer más de cerca al Maestro, su mensaje, sus milagros, su pasión, su gloria. También podremos aprender de su ejemplo, su fe, su amor, su servicio, su misión.

Presentación

Hoy les tenemos preparado un reportaje especial sobre el juicio de Jesús de Nazaret, el hombre que ha revolucionado el mundo con sus milagros y sus enseñanzas.

¿Quién es realmente este profeta? ¿Qué ha hecho para ser acusado de blasfemia? ¿Qué destino le espera ante el poder romano?

Para responder a estas y otras preguntas, hemos enviado a nuestro reportero Intrépido a Jerusalén, donde se está celebrando el juicio más importante de la historia.

A continuación, les mostramos las imágenes exclusivas que ha conseguido captar con su cámara oculta.

No se lo pierdan, porque lo que van a ver es impresionante. Comenzamos.

Conexión

Reportero: Buenas noches, queridos oyentes. Les habla su reportero Intrépido desde Jerusalén, donde se está llevando a cabo el juicio más importante de la historia. El acusado es Jesús de Nazaret, el profeta que ha causado sensación con sus milagros y sus enseñanzas. El tribunal que lo juzga es el Sanedrín, la máxima autoridad religiosa y judicial de los judíos.

El reportero Intrépido

El juicio ha comenzado de forma ilegal, en plena noche de la Pascua, cuando la ley judía prohíbe celebrar juicios en la oscuridad. Además, el acusado no ha tenido derecho a un abogado defensor, ni a testigos a su favor, ni a un jurado imparcial. Todo lo contrario.

Se presentan a individuos del populacho como testigos contra Jesús, y muchos de ellos se contradicen en sus testimonios; dos de ellos llegan a declarar juntos. Sin embargo, según la ley, los testigos han de declarar por separado y en presencia del acusado.

El sumo sacerdote Caifás, que preside el juicio, ha perdido la paciencia y le ha preguntado directamente a Jesús: «Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres el Mesías»

Jesús ha respondido con valentía: «Yo soy. Y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo con las nubes del cielo«.

Jesús ante el Sanedrín // película «La Pasión»

Estas palabras han provocado la ira de Caifás, que ha rasgado sus vestiduras y ha declarado: «¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? ¿Qué os parece?».

Cuando Cristo respondió a la pregunta «Soy yo», Caifás se ha rasgado sus vestiduras, vulnerando no sólo los códigos de conducta, sino también el mandato que le prohíbe romperlas porque representaban el sacerdocio.

Califica él mismo el delito («¡Blasfemó!»), detiene el juicio («¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?») y pide la opinión de los demás jueces («¿Qué os parece?»).

Y todos los miembros del Sanedrín han sentenciado: «¡Es reo de muerte!».

Entonces han empezado a escupirle, a golpearle y a burlarse de él, diciéndole: «¡Profetiza, Cristo, quién te ha pegado!».

Jesús ha permanecido en silencio, soportando con dignidad el maltrato. Ahora lo van a llevar ante el gobernador romano Poncio Pilato, que tiene la potestad de ejecutar la pena de muerte.

El Sanedrín quiere que lo crucifiquen, la forma más cruel y humillante de morir.

¿Qué hará Pilato? ¿Será justo o cederá a la presión de los líderes judíos?

Les mantendremos informados de lo que ocurra en este dramático proceso.

No se pierdan el próximo reportaje de su reportero Intrépido. Devolvemos la conexión.

Devuelve la conexión

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Presentador: En este juicio ha habido una serie de irregularidades

El Sanedrín no podía juzgar ni reunirse en sábado ni en día de fiesta; tampoco lo podía hacer en la víspera de un sábado o de un festivo. Estaba prohibido instruir un asunto capital durante la noche, comenzar la sesión antes del sacrificio matutino y continuarla después del sacrificio vespertino.

Los testigos debían ser dos, como mínimo. Declaraban por separado y en presencia del acusado. Se les tomaba juramento y sus declaraciones debían ser coincidentes en todos los puntos, de lo contrario sus testimonios se anularían.

Si se debatía una sentencia de muerte, ésta sólo podía dictarse al día siguiente del juicio. Además, los jueces tenían que reunirse por parejas para volver a analizar la causa.

A fin de garantizar su ecuanimidad, la ley les prohibía beber vino y darse comilonas.

Cuando llegaba la votación, un escriba anotaba apuntaba las absoluciones y otro las condenas.

Para aprobar la pena capital, los votos favorables tenían que superar en dos a los absolutorios. Y la condena había de pronunciarse en la llamada sala Gazit o de sillería, una de las dependencias del Templo.

De acuerdo con los Evangelios, el Sanedrín dedicó al juicio a Cristo dos sesiones. La primera comenzó de noche, después del sacrificio vespertino y el primer día de ázimos, víspera de la Pascua.

Hasta aquí, las infracciones son tres:

  • Caifás interrogó a Jesús, a la vez que se sentaba entre los jueces.
  • Los miembros del Sanedrín permitieron que un guardia abofetease al acusado.
  • Se presentaron a individuos del populacho como testigos contra Jesús, y muchos de ellos se contradijeron en sus testimonios; dos de ellos llegaron a declarar juntos.
  • A los testigos se les debía hacer jurar para que dijesen la verdad, pero no a los acusados, porque se le ponía en la alternativa de perjurar o acusarse a sí mismos. Una nueva ilegalidad.

Sólo por las contradicciones entre los testigos, el Hijo de Dios debía haber sido absuelto.

De acuerdo con el jurista Luis Joaquín Garrigues, autor de «Con la venia», Jesucristo sí tuvo defensa.

La función de la defensa, al igual que la de la acusación, estaba integrada en el propio Sanedrín.

Los «jueces», porque el Sanedrín se convertía de facto en un tribunal, se repartían ambas funciones siguiendo reglas muy estrictas.

Origen