Salomé de Zebedeo

Entrada del programa
Presentador del programa Imperium Romanum TV News
Presentador del programa

Introducción

Presentador: Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.

Bienvenidos a nuestro programa «¿Me amas más que éstos?«, donde cada día les traemos una entrevista exclusiva con uno de los hombres que acompañaron a Jesucristo durante su vida terrenal y que fueron testigos de su resurrección.

A través de sus relatos, podremos conocer más de cerca al Maestro, su mensaje, sus milagros, su pasión, su gloria. También podremos aprender de su ejemplo, su fe, su amor, su servicio, su misión.

Presentación del personaje

Hoy tenemos una invitada muy especial, alguien que conoció y apoyó a Jesús de Nazaret, el hombre que cambió el mundo con su mensaje y sus milagros.

Ella es Salomé, la esposa de Zebedeo, un pescador de Galilea, y la madre de Santiago y Juan, dos de los apóstoles de Jesús. Salomé nos va a contar cómo era seguir y servir a Jesús, qué aprendió de él, cómo vivió el milagro de la resurrección de su hijo Santiago y qué piensa de la condena y la crucifixión de Jesús. También nos va a hablar de su fe en la resurrección de Jesús y de su esperanza en la vida eterna.

En el Evangelio de Mateo no es mencionada nunca por su nombre; sin embargo, en el relato de la Crucifixión aparecen mencionadas tres mujeres: María Magdalena; María, la madre de Santiago y José, y «la madre de los hijos de Zebedeo» (Mateo 27:56).

No se pierdan esta entrevista exclusiva, única e inolvidable, que les hará reflexionar sobre el sentido de la vida, el poder del amor y la promesa de la salvación. “Salomé, la madre de los hijos del trueno”.

Conexión

Reportero: Buenos días, Salomé. Gracias por concedernos esta entrevista. Sabemos que eres la esposa de Zebedeo, un pescador de Galilea, y la madre de Santiago y Juan, dos de los apóstoles de Jesús. ¿Cómo conociste a Jesús y qué te atrajo de él?

salomé de Zebedeo

Salomé: Buenos días. Conocí a Jesús cuando él pasó por la orilla del lago de Genesaret y llamó a mi esposo y a mis hijos para que lo siguieran. Él les dijo que los haría pescadores de hombres. Yo me quedé sorprendida por su voz y su mirada, que transmitían una fuerza y una ternura inigualables. Sentí que era alguien diferente, que tenía un mensaje importante y que podía cambiar nuestras vidas.

Reportero: ¿Qué hiciste cuando tu esposo y tus hijos dejaron todo y se fueron con Jesús?

Salomé: Al principio, me sentí confundida y asustada. No sabía qué iba a ser de nosotros, ni qué peligros podían correr ellos. Pero luego, decidí confiar en Jesús y en su palabra. Me uní a otras mujeres que también habían dejado sus casas y sus familias para seguirlo. Entre ellas estaban María Magdalena, Juana, Susana y María, la madre de Jesús. Juntas, le servíamos con nuestros bienes y le acompañábamos en su predicación por toda Galilea y Judea.

Reportero: ¿Qué aprendiste de Jesús y de sus enseñanzas?

Salomé: Aprendí muchas cosas de Jesús y de sus enseñanzas. Aprendí que Dios es nuestro Padre, que nos ama y nos perdona, que quiere que seamos felices y que vivamos en paz. Aprendí que el reino de Dios está cerca, y que para entrar en él hay que hacer la voluntad de Dios, que se resume en amar a Dios y al prójimo como a uno mismo. Aprendí que Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías esperado, el Salvador del mundo.

Reportero: Muchos creyeron en Jesús, pero también se despertó la ira de sus enemigos, que lo acusaron de blasfemo y de sedicioso. ¿Qué opinas de la condena y la crucifixión de Jesús?

Salomé: Opino que fue una gran injusticia, una terrible crueldad, una horrible tragedia. Jesús no hizo nada malo, al contrario, hizo mucho bien. Curó a los enfermos, alimentó a los hambrientos, perdonó a los pecadores, enseñó a los ignorantes, consoló a los afligidos, amó a los despreciados. No merecía morir así, clavado en una cruz, entre burlas y sufrimientos. Fue un acto de odio, de miedo, de envidia, de violencia.

Reportero: Sin embargo, los seguidores de Jesús afirman que él resucitó al tercer día y que se les apareció varias veces antes de ascender al cielo. ¿Tú crees en la resurrección de Jesús?

Salomé: Sí, creo en la resurrección de Jesús, porque yo misma lo vi con mis propios ojos. Él vino a nuestra casa después de haber resucitado y comió con nosotros. Lo toqué, lo escuché, lo reconocí. Era el mismo Jesús, pero con un cuerpo glorioso, con una vida nueva, con una paz infinita. Me dijo que no tuviera miedo, que él había vencido a la muerte, que él estaría siempre conmigo, que él me prepararía un lugar en el cielo.

Reportero: ¿Qué mensaje le darías a las personas que escuchan esta entrevista y que quieren saber más sobre Jesús?

Salomé: Les diría que lean los evangelios, que son los libros que cuentan la vida, la muerte y la resurrección de Jesús. Les diría que abran su corazón, que busquen su rostro, que escuchen su voz. Les diría que confíen en él, que le sigan, que le amen. Les diría que Jesús es el camino, la verdad y la vida, y que nadie va al Padre sino por él.

Reportero: Devolvemos la conexión.

Devuelve la conexión

Presentador del Programa

Presentador: Cuenta el Nuevo Testamento cómo santa María Salomé, madre de los apóstoles Santiago y Juan, pide a Cristo que sus hijos se sienten a su derecha y a su izquierda.

«Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo.

Él le dijo: ¿Qué quieres? 

Ella contestó: Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu Reino.

Replicó Jesús: No sabéis lo que pedís¿Podéis beber la copa que yo voy a beber? 

Ellos le contestaron: Sí, podemos.

Dijo Jesús: Mi copa, sí la beberéis, pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre» .

Mateo 20, 20-23

María Salomé es contemporánea de Jesús, al que sigue hasta los pies de la cruz.

Ella, junto a la Virgen y otras santas mujeres, está al pie de la cruz en la Pasión. Y cuando los demás han huido, o están escondidos, no teme salir al sepulcro de Jesús para embalsamarlo. Recibe el primer anuncio de la resurrección.

La historia de Santa María Salomé es la historia del amor de una madre hacia sus hijos, Santiago y Juan, apóstoles de Jesús. La madre de los Zebedeos quiere tanto a sus hijos que desea que alcancen la gloria de pasar la eternidad con el Rey del universo. Ella misma, consciente del mensaje de salvación de Jesucristo, se convierte en una de sus discípulas.

Origen