Soldado de guardia

Entrada del programa
Presentador del programa Imperium Romanum TV News
Presentador del programa

Introducción

Presentador: Ave, amigos de Imperium Romanum TV News.

Bienvenidos a nuestro programa «¿Me amas más que éstos?«, donde cada día les traemos una entrevista exclusiva con uno de los hombres que acompañaron a Jesucristo durante su vida terrenal y que fueron testigos de su resurrección.

A través de sus relatos, podremos conocer más de cerca al Maestro, su mensaje, sus milagros, su pasión, su gloria. También podremos aprender de su ejemplo, su fe, su amor, su servicio, su misión.

Presentación del personaje

Hoy tenemos un invitado muy especial en nuestro programa: se trata de Marco, un soldado romano que estuvo de guardia ante el sepulcro de Jesús de Nazaret, el hombre que según algunos fue el Mesías prometido. Marco nos va a relatar en primera persona lo que ocurrió en aquella noche de Pascua, cuando el cuerpo de Jesús desapareció de la tumba y se produjo el milagro de la resurrección. ¿Qué vio Marco? ¿Qué sintió? ¿Cómo cambió su vida después de ese hecho asombroso? No se pierdan esta entrevista exclusiva que les va a dejar sin aliento. ¡Comenzamos!

Conexión

Reportero: Buenos días, soldado. Gracias por concedernos esta entrevista exclusiva. ¿Puedes contarnos qué ocurrió la noche del sábado al domingo, cuando estabas de guardia en el sepulcro de Jesús?

Jesús saliendo del sepulcro en Jerusalén.

Marco: Buenos días, reportero. Estaba de guardia con otros tres soldados, y teníamos la orden de vigilar el sepulcro de Jesús, que había sido sellado con una gran piedra y con el sello del gobernador Pilato. Los sumos sacerdotes y los fariseos nos habían dicho que los discípulos de Jesús podrían intentar robar el cuerpo y decir que había resucitado, como él había profetizado. Así que teníamos que evitar que eso pasara, y si alguien se acercaba al sepulcro, teníamos que detenerlo.

Reportero: ¿Y hubo algún intento de robo?

Marco: No, no hubo ningún intento de robo. Lo que hubo fue algo mucho más increíble y aterrador. Hacia la madrugada, hubo un gran terremoto, y vimos un ángel descender del cielo, con un aspecto resplandeciente como el relámpago, y una vestidura blanca como la nieve. Él se acercó al sepulcro, hizo rodar la piedra, y se sentó sobre ella. Su presencia nos llenó de pavor, y caímos al suelo como muertos.

Reportero: ¿Y qué hizo el ángel?

Marco: El ángel no nos hizo nada, ni siquiera nos miró. Él estaba esperando a unas mujeres que venían al sepulcro, con unos frascos de perfume para ungir el cuerpo de Jesús. Cuando llegaron, el ángel les habló, y les dijo: «No temáis vosotras, porque yo sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, como él dijo. Venid y ved el lugar donde estaba. E id luego a decir a sus discípulos: ‘Ha resucitado de entre los muertos, y va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis’. He aquí, os lo he dicho». Y las mujeres se alejaron del sepulcro con temor y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a los discípulos.

Reportero: ¿Y qué hicisteis vosotros, los soldados?

Marco: Nosotros nos levantamos, y nos fuimos a la ciudad, a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. Ellos se reunieron con los ancianos, y acordaron darnos una gran suma de dinero, para que dijéramos que los discípulos de Jesús habían venido de noche y habían robado el cuerpo mientras dormíamos.

Nos dijeron que si el asunto llegaba a oídos del gobernador, ellos se encargarían de apaciguarlo y de librarnos de problemas. Así que tomamos el dinero, y dijimos como nos habían enseñado. Y esta es la versión que se ha difundido entre los judíos hasta el día de hoy.

Reportero: ¿Y crees que hicisteis bien?

Marco: No, no creo que hicimos bien. Creo que nos dejamos sobornar por el dinero y por el miedo. Creo que fuimos testigos de un milagro, y que negamos la verdad. Creo que Jesús era el Hijo de Dios, y que resucitó de entre los muertos. Creo que él es el Salvador del mundo, y que nos ofrece el perdón y la vida eterna. Creo que debería haberlo seguido, y no haberlo traicionado.

Reportero: Gracias, soldado, por compartir tu experiencia con nosotros. Has sido uno de los primeros testigos de la resurrección de Jesús, pero también uno de los primeros que la ocultaron por interés y por cobardía. Que el Señor te perdone y te conceda la gracia de la conversión. Hasta pronto. Devolvemos la conexión

Devuelve la conexión

Presentador del programa

Presentador: En los textos bíblicos se relata que el tribuno, junto con su destacamento de soldados, estaba a cargo de custodiar el cuerpo de Jesús en el sepulcro. Sin embargo, al amanecer del tercer día, se produjo un terremoto y un ángel descendió del cielo para remover la piedra que cerraba la tumba.

El tribuno y sus soldados quedaron atónitos ante esta visión, y presenciaron cómo Jesús salía resucitado de entre los muertos. Este hecho sobrenatural dejó una profunda impresión en el tribuno, quien, a diferencia de los demás soldados, no huyó ni negó lo ocurrido, sino que continuó siguiendo a Jesús y testificando sobre su resurrección.

La experiencia del tribuno se convirtió en un testimonio clave para la difusión del cristianismo. Su presencia como testigo ocular de la resurrección añade credibilidad a la historia y fortalece la fe de aquellos que creen en la divinidad de Jesús.

Desde una perspectiva religiosa, el tribuno que siguió a Jesús es un personaje de gran relevancia en la historia de la resurrección. Según los relatos bíblicos, este soldado romano presenció el momento en que Jesús resucitó y se convirtió en testigo directo de este milagro divino.

El tribuno, cuyo nombre no se menciona en los evangelios, ocupaba un alto rango militar en la jerarquía romana. Su presencia en la crucifixión de Jesús puede interpretarse como la intervención divina para que este hecho trascendental sea presenciado por alguien con autoridad y credibilidad.

Origen