Introducción
George Gordon Byron (Londres, 22 de enero de 1788-Mesolongi, 19 de abril de 1824), conocido como lord Byron, fue un revolucionario y poeta del movimiento del romanticismo británico, antecedente de la figura del poeta maldito. Debido a su talento poético, su personalidad, su atractivo físico y su vida de escándalos, fue una celebridad de su época. Fue sexto barón de Byron
En 1807 se publicó su libro de poemas Horas de ocio; una crítica adversa aparecida en el Edimburgh Review provocó su réplica en verso titulada Bardos ingleses y críticos escoceses (1809).
En 1809 ocupó un escaño en la Cámara de los Lores y emprendió un viaje de dos años por España, Portugal y Grecia.
Primer viaje a España
Fue el aura de lo desconocido lo que atrajo a Lord Byron en 1809. El espíritu ilustrado había dejado paso a una idea diferente del viaje. La experiencia personal se impuso sobre lo académico desde el paisaje y el exotismo. Italia se había convertido en un tópico; la lejanía hizo a España atractiva.
Byron desembarcó en Lisboa y atravesó Extremadura y Sierra Morena a caballo. Se detuvo en Sevilla . La guerra de la Independencia avanzaba. Agustina de Aragón se paseaba por la ciudad cargada de medallas.
El poeta se alojó en una casa que pertenecía a dos ricas hermanas solteras. Cuando partió, una de ellas, doña Josefa, se cortó un largo mechón de cabello y se lo entregó.
La libertad en el ejercicio de la sensualidad de la mujer española se personificó en la Carmen de Merimée. Este llegó a España por primera vez en 1830, con 26 años.
Desde el País Vasco, atravesó Castilla y, como Byron, se dirigió al sur. Una vez superados los Pirineos, las ciudades de la meseta no ofrecían demasiado interés. ** Andalucía era el destino.**
En Sevilla, los turistas esperaban a las trabajadoras a la salida de la Real Fábrica de Tabacos. La pobreza y las duras condiciones de trabajo se obviaban en favor de un pintoresquismo literario. El viajero romántico exaltaba lo subjetivo, interpretaba la realidad desde su percepción.
Los guías, cuyo número había crecido en ciudades como Toledo o Sevilla, afirmaban ser descendientes de Sancho Panza al recibir al viajero. Su cliente se convertía, por un día, en Quijote.
Lord Byron vino a Toledo 1809
Entrevista
Espero que esta entrevista ficticia te haya proporcionado una visión interesante de lo que podría haber sido la experiencia de Lord Byron en Toledo. ¡Gracias por la oportunidad de recrear este momento histórico!

Reportero: Lord Byron, es un honor tenerlo aquí. Su visita a Toledo en 1809 ha sido un tema de gran interés. ¿Qué lo llevó a esta histórica ciudad española?
Lord Byron: Ah, Toledo es una joya de la historia y la cultura. Me atrajo su rica herencia, las historias de su pasado romano y visigodo, y la mezcla de influencias cristianas, judías y musulmanas. Es un lugar donde uno puede realmente sentir el pulso de la historia de España.
Reportero: Durante su estancia, ¿hubo algún lugar o experiencia que le impactara particularmente?
Lord Byron: La Catedral de Toledo es impresionante, una verdadera obra maestra gótica. Pero lo que más me marcó fue el Alcázar, con su imponente presencia y su historia de asedios y reconquistas. Caminar por sus pasillos es como viajar en el tiempo.
Reportero: ¿Influyó Toledo en su obra? ¿Podemos ver reflejos de la ciudad en sus poemas?
Lord Byron: Indudablemente. La melancolía de sus calles empedradas, el eco de las batallas pasadas, todo ello se encuentra en la textura de mis versos. Toledo me ofreció un lente a través del cual pude explorar temas de gloria y ruina, temas recurrentes en mi poesía.
Reportero: ¿Qué consejo le daría a los futuros viajeros que deseen seguir sus pasos por Toledo?
Lord Byron: Les diría que caminen sin rumbo fijo, que se pierdan entre sus callejuelas. Que busquen las historias ocultas en cada esquina y que dejen que la ciudad les hable. Toledo es un libro abierto para aquellos dispuestos a leerlo.
Reportero: Muchas gracias, Lord Byron, por compartir sus pensamientos y experiencias con nosotros.
Lord Byron: Ha sido un placer. Cada viaje es una página nueva en el diario de la vida, y Toledo es un capítulo que siempre atesoraré.

Segundo viaje a España
En su segundo viaje, el escritor desembarcó en Cádiz y desde allí se dirigió a Granada . Afirmó que la carretera era la más romántica del mundo. El camino, de los llamados de herradura, solo se podía recorrer en mula o a caballo, frente a los de rueda.
Estos últimos, pavimentados, que permitían la circulación de diligencias, eran escasos. Partían de Madrid con una estructura radial similar a la que pervivía en el siglo XX: los caminos de Aragón, Andalucía, Extremadura y Castilla.
Las carreteras de herradura carecían de mantenimiento y se hacían intransitables con la lluvia. Los asaltos de bandoleros eran continuos. Para los viajeros más aventurados, estos incidentes formaban parte del folclore.
Théophile Gautier habla de un famoso salteador: el Palillos, que actuaba en los caminos de La Mancha y secuestraba caravanas para pedir rescate. Muchos de estos personajes habían hostigado a las tropas francesas y, al concluir la guerra, reorientaron sus emboscadas.

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