Introducción
“La Belle Dame sans Merci” (La bella dama sin misericordia) de John Keats:
John Keats (Londres, 31 de octubre de 1795-Roma, 23 de febrero de 1821) fue uno de los principales poetas ingleses del Romanticismo.
Este poema explora la muerte, la decadencia y el amor con un aura sobrenatural. El caballero se enfrenta al tormento de amar a alguien inalcanzable
Es una narrativa intrigante que explora la muerte, la decadencia y el amor con un aura sobrenatural.
El poema describe la emoción de amar a alguien que no puedes tener con matices. El caballero lidia con el tormento de amar a alguien inalcanzable. Su intenso afecto por la dama, ahora ausente, lo deja metafóricamente muerto, como una planta marchita o una rosa marchita, dejando solo melancolía a su paso. Está condenado al sufrimiento eterno, atrapado en la angustia de añorar a alguien que nunca podrá tener.
El desgarrador tormento del caballero resuena profundamente, capturando la emoción universal de amar a alguien más allá de su alcance, una dolorosa experiencia humana que resuena a través del tiempo y el espacio.
El poema
Aquí tienes la traducción al español del poema "La Belle Dame sans Merci" de John Keats:
LA DAMA SIN MISERICORDIA
¿Qué te aflige, caballero andante,
solo y pálido vagando?
El carrizo se ha marchitado en el lago,
Y no cantan los pájaros.
¿Qué te aflige, caballero andante,
tan demacrado y desdichado?
La despensa de la ardilla está llena,
Y la cosecha ha terminado.
Veo un lirio en tu frente,
Con angustia húmeda y rocío de fiebre,
Y en tus mejillas una rosa que se desvanece
Se marchita rápidamente.
Conocí a una dama en los prados,
Hermosa al completo, una hija de las hadas,
Su cabello era largo, su pie era ligero,
Y sus ojos eran salvajes.
Hice una guirnalda para su cabeza,
Y también pulseras, y una fragante zona;
Ella me miró como si me amara,
Y emitió un dulce lamento.
La puse en mi corcel al trote,
Y nada más vi todo el día,
Porque de lado se inclinaba, y cantaba
Una canción de hadas.
Me encontró raíces de dulce sabor,
Y miel salvaje, y rocío de maná,
Y seguro en un lenguaje extraño dijo:
"Te amo de verdad".
Me llevó a su gruta de elfos,
Y allí lloró y suspiró mucho,
Y allí cerré sus salvajes ojos salvajes
Con cuatro besos.
Y allí me arrulló hasta dormirme,
Y allí soñé, ¡Ay! ¡desgracia!
El último sueño que jamás soñé
En el frío lado de la colina.
Vi a reyes pálidos y príncipes también,
Guerreros pálidos, todos estaban pálidos como la muerte;
Gritaron: "¡La dama sin misericordia
te tiene en su poder!"
Vi sus labios hambrientos en la penumbra,
Con una horrible advertencia abiertos de par en par,
Y desperté y me encontré aquí,
En el frío lado de la colina.
Y por eso me quedo aquí,
Solo y pálido vagando,
Aunque el carrizo se ha marchitado del lago,
Y no cantan los pájaros.


Version original
La Belle Dame sans Merci: A ballad
O what can ail thee, knight-at-arms,
Alone and palely loitering?
The sedge has withered from the lake,
And no birds sing.
O what can ail thee, knight-at-arms,
So haggard and so woe-begone?
The squirrel’s granary is full,
And the harvest’s done.
I see a lily on thy brow,
With anguish moist and fever-dew,
And on thy cheeks a fading rose
Fast withereth too.
I met a lady in the meads,
Full beautiful—a faery’s child,
Her hair was long, her foot was light,
And her eyes were wild.
I made a garland for her head,
And bracelets too, and fragrant zone;
She looked at me as she did love,
And made sweet moan
I set her on my pacing steed,
And nothing else saw all day long,
For sidelong would she bend, and sing
A faery’s song.
She found me roots of relish sweet,
And honey wild, and manna-dew,
And sure in language strange she said—
‘I love thee true’.
She took me to her Elfin grot,
And there she wept and sighed full sore,
And there I shut her wild wild eyes
With kisses four.
And there she lullèd me asleep,
And there I dreamed—Ah! woe betide!—
The latest dream I ever dreamt
On the cold hill side.
I saw pale kings and princes too,
Pale warriors, death-pale were they all;
They cried—‘La Belle Dame sans Merci
Thee hath in thrall!’
I saw their starved lips in the gloam,
With horrid warning gapèd wide,
And I awoke and found me here,
On the cold hill’s side.
And this is why I sojourn here,
Alone and palely loitering,
Though the sedge is withered from the lake,
And no birds sing.

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