Mis propios superhéroes

Introducción

En mi extenso camino como escritor, donde mis recuerdos de la infancia a menudo me llevan a momentos en los que pasaba largas horas escribiendo, debo confesar que, a pesar de mi deseo de dejar volar la imaginación, nunca me he sentido del todo impulsado a crear un superhéroe al estilo de los cómics.

En una primera etapa, recuerdo que aquellas historias eran de aventuras, de grandes viajes, con la mentalidad e ingenuidad propias de un niño que pretendía descubrir el mundo e incluso evadirse de su propia realidad; en donde, sin embargo, no destacaba nadie por tener un superpoder.

Mis personajes solían ser bastante realistas en ese aspecto, buscando siempre que todo acabase bien. Quiero pensar, recordar, que lo conseguían. Con la particularidad de que todos debían cumplir normas, que, hasta cierto punto, no dejaban que esa floreciente imaginación se escapase de mi control.

Héroe adolescente

Con la adolescencia, el protagonista de esas historias, novelas, empezaba a ser yo mismo, viendo mi propia realidad y, hasta cierto punto, queriendo establecer mi propio futuro, mi realidad en base a lo que vivía en esos momentos. Se puede pensar que me había creado mi propio superhéroe: «yo mismo» (Manuel).

Este pretendido héroe no tenía como tal ninguna habilidad especial, más allá del hecho de enfrentarse a un mundo cambiante, alternativo, en donde tenía como objetivo: rescatar a su chica de los malos y males del mundo. Todo un luchador admirado por sus coetáneos; capaz de salir victorioso de sus muchas y extrañas aventuras.

Escribe sobre lo que sabes.

Ya he contado en muchas ocasiones que hubo un momento en que aquellos que sabían de mis aficiones, al ver cómo los cuadernos se iban amontonando, me aconsejaron que, en vez de dedicar tantas horas de escritura, que no de estudio, a desarrollar mi imaginación, escribiera sobre lo que sabía, me basara en mi realidad y no en realidades alternativas o mundos paralelos.

Con esa nueva mentalidad es como empecé a escribir de manera un poco más consciente la novela «Silencio en sus labios», que es una novela tanto autobiográfica como romántica, donde los superhéroes no tienen cabida. más allá del hecho de presentar a un personaje central y principal un poco torpe o a una coprotagonista femenina capaz de poner sus sentimientos por encima de las dificultades.

¿Super «Daddy»?

Superada la adolescencia y con algo más de madurez, intención de escribir algo un poco más en serio, surgió la novela «Esperando a mi Daddy». En los primeros borradores e inicios, se parecía bastante al planteamiento de «Silencio en tus labios» con la salvedad de que la protagonista era y es una chica alejada de mi realidad, aunque incidiendo directamente en ésta.

Cuando Jessica se convirtió en narradora única de la novela, de la historia, y empezó a contar su vida desde sus inicios, porque no podría ser alguien que se presentara en mi puerta así por las buenas, toda la estructura de la novela, de la mentalidad con la que la escribía, cambió por completo.

En esta novela sigue sin haber cabida para los superhéroes tal y como éstos se suelen entender, pero sí para explorar la imaginación, para crearse un personaje con una personalidad misteriosa, intrigante, con capacidades muy distintas al resto de los personajes, alguien cuasi perfecto y sin limitaciones: «Daddy».

«Daddy» es la consecuencia directa de la admiración de una niña por un padre al que no conoce, pero al que anhela conocer. En una hipotética lucha, enfrentamiento bélico de los Estados Unidos contra España, en un 1 contra 1, ganaría España, arrasaría, porque Daddy es español.

Los otros «superhéroes»

En esta novela hay, por así decirlo, otros superhéroe, que se ajustan más a la idea de ser alguien con buena presencia, valentía y centrado en salvar a su chica de cualquier peligro.

  • Jack Catcher

Cuya principal cualidad, como muchos de los superhéroes de los cómics, es que está forrado de dinero, pero lo que tiene grande de verdad es el corazón, su deseo de servicio hacia los demás. Es un niño rico a más no poder. Aunque su «superpoder» es la paciencia e incluso en ocasiones la impulsividad, porque es un chico que se pasa de protector y otras tiene la sensación de que se queda corto.

Jack Catcher

La cuestión es que, en determinado momento de la novela, el consejo que le dan a Jessica es que, si tiene algún problema, no dude en ponerse en contacto con Jack, quien se ha convertido en uno de sus mejores amigos, porque, además, la vida de Jessica no es ajena a la familia Catcher.

  • Ana Catcher
Ana Catcher

La superheroína, sin duda alguna, es Ana Catcher, tiene un teléfono móvil y sabe cómo utilizarlo, tanto para enmendar la plana a quien haga falta como para hacer realidad los sueños de quienes se lo merezcan.

Nunca se llega a saber del todo quién está en la agenda de su teléfono, pero mejor no quedarse cortos con esas suposiciones o hipótesis, porque todo es posible. Es una chica con una vida privada muy intensa, que ha recorrido mucho mundo y llegado a conocer a mucha gente.

Origen

  • Esperando a mi Daddy