Desolada – Jésed

Desolada – Jésed

Aquí tienes un posible post para tu blog sobre la canción «Desolada» de Jésed:

Desolada – Jésed: Una obra que toca el alma.

La música tiene el poder de conectar con nuestras emociones más profundas, y «Desolada» de Jésed es un claro ejemplo de ello. Esta canción, impregnada de espiritualidad y reflexión, nos transporta a un momento de dolor y esperanza, donde la figura de María se convierte en símbolo de fortaleza y amor.

Con una letra que evoca imágenes poderosas, «Desolada» nos invita a contemplar el sacrificio y la redención. La brisa suave, el silencio que envuelve todo y la tierra que tiembla son elementos que nos sumergen en una experiencia casi mística. La voz de Jésed, acompañada por una melodía conmovedora, logra transmitir la intensidad de este mensaje.

La brisa sopla suave y acaricia tu semblante.
ondeando en tu figura tan estática y doliente.
Cuando el grito divino de muerte ha cubierto todo el mundo,
desciende el silencio.

No hay voces en el viento ya,
todo se ha cumplido.
No hay llantos ni lamentos ya,
la muerte ha vencido.
Tu mirada está fija en el cuerpo abandonado, sin vida;
el mundo se detuvo.

Desolada, desolada,
María: ven, oh, Madre mía, a la casa mía.

Madre, te custodiaré en mi casa.
Madre, yo recibiré tu dolor en mi casa.
Madre, yo te honraré con toda mi vida.
Madre, eres el don más grande de mi Señor.

Y la tierra tiembla...
¡María,
Y la tierra tiembla...
¡Yo estoy contigo!
Y la tierra tiembla...
Los soldados se turban,
Y la tierra tiembla...
mas yo estoy a tu lado;
Y la tierra tiembla...
"Realmente, ese hombre era Dios".
Y la tierra tiembla...
las rocas se parten,
Y la tierra tiembla...
el santuario tiembla.
¡Madre, yo a tu lado estoy!

Desolada, desolada,
María: ven, oh, Madre mía, a la casa mía.

Desolada, desolada,
María: Ven, oh, Madre mía, a la casa mía.

Autores de la canción: Manuel Ángel Rodríguez Reyna

La canción no solo es un homenaje a María, sino también una invitación a abrir nuestro corazón y recibir su dolor, su amor y su presencia en nuestra vida. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, podemos encontrar consuelo y fuerza en la fe.

Si aún no has escuchado «Desolada», te recomiendo que lo hagas. Es una obra que no solo deleita los oídos, sino que también enriquece el alma.

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