🎙️ Noticiario imperial: año 747 ab urbe condita (7 a.C.).
serie: Corinto
[INICIO DE TRANSMISIÓN – FANFARRIA DE TROMPETAS ROMANAS Y RUIDO DE PÚBLICO EN UN TEATRO]
Presentador: ¡Salvete, ciudadanos del Imperio! Les habla Lucius Valerius. Desde los confines occidentales de Hispania hasta las esplendorosas columnas del Egeo, el Imperio sigue siendo puente de pueblos, costumbres y corazones.

Hoy seguimos una historia de aquellas que rara vez aparecen en los registros oficiales, pero que revelan el pulso de nuestra Roma viva: continúa el intercambio epistolar entre dos jóvenes, nacidas en extremos opuestos del Imperio, pero unidas por la cultura romana.
Desde la ciudad emergente de Toletum, en la provincia de Hispania Citerior, Julia Varia, hija de una familia romanizada, ha respondido con afecto y asombro a una carta enviada desde la sofisticada Corinto, perla del Peloponeso, por la noble Claudia Tertia Philonissa.
Conexión con Corinto
📜 Carta enviada desde Corinto a Toletum.
Remitente: Claudia Tertia Philonissa, hija de un senador local romano en Corinto.
Destinataria: Licinia Valeria, joven carpetana romanizada en Toletum.
Fecha: Annus 747 ab urbe condita (7 a.C.)

Escrita en Corinto, bajo el sol de Sextilis, 747 ab urbe condita.
Salve, amica dilecta Julia Varia,
Recibo tu última carta con profundo gozo. Qué maravilla saber que incluso en los confines más nuevos del Imperio, allá en vuestra Toletum aún joven, hay corazones romanos latiendo con fuerza y espíritu.
Yo, Claudia Tertia Philonissa, hija de Philon y Licinia, te escribo desde Corinto, la ciudad en la que el mar y el mármol se abrazan cada amanecer. Aquí la vida transcurre al ritmo del Mare Nostrum, ese vientre azul que nutre nuestras calles de aromas, lenguas y mercancías que vienen de Alejandría, Sicilia, Massilia y hasta de Hispania, ¡sí, incluso de tus tierras!
Corinto es ciudad de tránsito y destino. Desde los muelles del puerto de Lequeo hasta las terrazas del templo de Afrodita, donde se divisa toda la costa, nuestra vida es dinámica, chispeante. Las mujeres como yo, jóvenes y aún no entregadas al matrimonio, no estamos encerradas. Aprendemos filosofía en los pórticos, música en los odeones y contemplamos las modas de Roma y de Oriente que llegan con cada velero.
Sé que en Toletum los días siguen un compás más lento, y que vuestra cultura carpetana aún tiñe los modos y las miradas. Pero no desesperes. Roma se impone como el alba, y pronto veréis termas, foros, fuentes y sí, tal vez incluso un teatro cubierto como el nuestro.
¿Sabes lo que más amo de vivir en esta ciudad costera? Que cada noche, cuando las olas golpean suavemente el dique, siento que formo parte de algo vasto, glorioso, eterno. El mar nos une, querida Julia. Tú allá en el oeste hispano y yo aquí, en este cruce entre mundos, compartimos la sangre de Roma.
Escríbeme pronto. Cuéntame si ya llegan a tu plaza los mármoles, si has visto una columna corintia, si hay en Toletum alguna joven con quien reír y soñar como nosotras.
Con afecto fraterno y espíritu romano,
Claudia Tertia Philonissa
📜 Respuesta enviada desde Toletum a Corinto.
Remitente: Licinia Valeria, hija de un magistrado indígena aliado de Roma.
Destinataria: Claudia Tertia Philonissa, Corinto.
Fecha: Lupercalia, Annus 747 AUC

Escrita en Toletum, en los idus de September, año 747 ab urbe.
Salve, dulcissima Claudia,
Recibí tu carta como quien halla un ánfora intacta en las aguas del Tajo: con asombro, alegría y el deseo inmediato de conservarla entre mis manos. Tus palabras, suaves como brisa del istmo, me han hecho imaginar ese Corinto luminoso donde los templos se alzan como himnos de piedra y las mujeres, como tú, caminan con voz propia entre los ecos del foro y los rumores del mar.
Aquí en Toletum, nuestra ciudad no escucha el mar, pero sí al río Tagus, que es nuestro corazón serpenteante. Su curso hondo y lento rodea la ciudad como un brazo protector. Las mujeres carpetanas lo consideran un anciano sabio; dicen que su voz se oye por las noches cuando golpea los riscos con fuerza. Yo, romana de nombre pero hija de esta tierra antigua, también lo venero. Nos da agua, frescor, pesca, vida. Y desde que los ingenieros de Roma han comenzado a estudiar su curso, se habla ya de puentes de piedra y acueductos. ¡Imagínalo, Claudia El Tajo llevado en canales hasta las termas aún no nacidas.
Tus preguntas me han hecho pensar. Todavía no tenemos el bullicio de tu puerto ni los perfumes del oriente, pero comienza a crecer algo nuevo. Las jóvenes como yo ya no estamos confinadas solo al telar. Estudiamos el mos maiorum, copiamos versos latinos y algunas, como yo, escribimos cartas a lejanas amigas griegas. Mis vestidos aún mezclan el lino carpetano con el corte romano, y mis palabras se alternan entre la lengua de mis abuelas y el latín pulido que mi padre insiste en que perfeccione.
He visto ya una columna corintia traída por una comitiva desde Gades. Está almacenada, esperando un foro que aún es polvo. Pero vendrá. Todo en Toletum parece latir bajo tierra, esperando el trazo del arquitecto.
Me dices que el mar une. Aquí, lejos de las costas, comienzo a creer que también el río une, si una carta como la tuya puede cruzar puertos, villas y campamentos hasta encontrar mi humilde escritorio.
Prometo escribirte de nuevo cuando la primera fuente pública derrame agua del Tajo bajo una cornisa romana. Tal vez, entonces, vengas a verla tú misma.
Que Minerva guíe tus estudios y Venus endulce tus días.
Tu hermana en la distancia,
Julia Varia
Despedida
Desde los salones de mármol de Corinto hasta las empedradas calles de Toletum, Roma no solo impone leyes y acueductos: Roma inspira conversación, crecimiento y hermandad.
¡Seguiremos informando! Desde el corazón del imperio.
¡Salve, Roma! ¡Salve el conocimiento!
Valete, amigos de Imperium Romanum TV News.
[CIERRE CON TROMPETAS Y MARCHA SUAVE]
Origen
- Conversación con ChatGPT.
- Toletum – Wikipedia, la enciclopedia libre
- Antigua Corinto – Wikipedia, la enciclopedia

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