Una canción como “Y nos dieron las diez” no se comenta: se saborea, se bebe a tragos largos, como el whisky barato de madrugada. Vamos a ello:
🌇 “Y nos dieron las diez”: cuando el amor dura lo que una noche… y toda la vida.
🎙️ Una joya de Joaquín Sabina que huele a taberna, verano y corazón abierto.
Hay canciones que uno no escucha, uno las recuerda. Como si ya vivieran dentro, esperando el momento exacto para salir a decirte: “¿te acuerdas de aquella vez…?”
“Y nos dieron las diez”, de Joaquín Sabina, no es solo una canción de amor. Es una crónica emocional escrita con resaca, ironía y esa lucidez dolorosa que solo se tiene cuando ya es demasiado tarde.
Una historia que podría ser la tuya, la mía o la de cualquiera que alguna vez se haya enamorado una noche… y haya pagado la cuenta el resto de su vida.
Fue en un pueblo con mar, una noche después de un concierto
Tú reinabas detrás de la barra del único bar que vimos abierto
Cántame una canción, al oído, y te pongo un cubata
Con una condición: Que me dejes abierto el balcón de tus ojos de gata
Loco por conocer los secretos de tu dormitorio
Esa noche canté al piano del amanecer todo mi repertorio
Los clientes del bar, uno a uno se fueron marchando
Tú saliste a cerrar, yo me dije: "Cuidado, chaval, te estás enamorando"
Luego todo pasó, de repente, tu dedo en mi espalda
Dibujo un corazón y mi mano le correspondió debajo de tu falda
Caminito al hostal nos besamos, en cada farola
Era un pueblo con mar
Yo quería dormir contigo y tú no querías dormir sola
Y nos dieron las diez y las once
Las doce y la una, y las dos y las tres
Y desnudos al anochecer, nos encontró la luna
Nos dijimos adiós, ojalá que volvamos a vernos
El verano acabó, el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno
Y a tu pueblo el azar, otra vez el verano siguiente
Me llevó, y al final del concierto
Me puse a buscar tu cara entre la gente
Y no hallé quien de ti me dijera ni media palabra
Parecía como si me quisiera gastar el destino una broma macabra
No había nadie detrás de la barra del otro verano
Y en lugar de tu bar me encontré una sucursal
Del Banco Hispano Americano
Tu memoria vengué, a pedradas contra los cristales
"Sé que no lo soñé", protestaba mientras me esposaban los municipales
En mi declaración alegué que llevaba tres copas
Y empecé esta canción en el cuarto
Donde aquella vez te quitaba la ropa
Y nos dieron las diez y las once
Las doce y la una y las dos y las tres
Y desnudos al anochecer nos encontró la luna
Y nos dieron las diez y las once
Las doce y la una y las dos y las tres
Y desnudos al anochecer nos encontró la luna.
Autores de la canción: Joaquín Ramón Martínez Sabina
🕰️ Una historia en tres actos y un reloj que se va de las manos.
- El encuentro fortuito: “Fue en un pueblo con mar, una noche después de un concierto…”
Aquí empieza el embrujo. Una mujer misteriosa, una barra de bar, y el tipo que canta, pero no se salva de enamorarse. Un comienzo de película que promete más de lo que da… como tantos amores de verano. - La pasión inesperada: “Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una…”
Y ahí está el famoso estribillo, ese reloj sentimental que marca las horas de una historia tan intensa como fugaz. Todo sucede en una noche que se vuelve eterna, hasta que el amanecer la rompe sin compasión. - El regreso fallido: “Y regresé a la maldita ciudad con mi canción…”
Años después, el narrador vuelve. Pero el pueblo cambió. Ella ya no está. El bar es otro. El pasado no responde al teléfono. El amor quedó encerrado en la canción, como un insecto en ámbar.
🍷 Entre el whisky y la poesía: el estilo Sabina
Sabina escribe con la tinta de los que han amado con los nudillos.
Su lírica no busca ser perfecta, sino verdadera. Usa palabras que no presumen de belleza, pero sangran honestidad.
“Y nos metimos en el coche, mi guitarra y tu jersey…”
No es solo una imagen: es una postal que duele.
💔 ¿Por qué nos duele tanto esta canción?
Porque todos tenemos una “ella” que nos hizo desear detener el reloj.
Porque todos hemos vuelto alguna vez a un lugar donde fuimos felices…
…y ya no quedaba ni el banco.
Esta canción no habla del desamor, sino del tiempo que no vuelve.
Y del intento torpe, humano y bellísimo de retenerlo… con una canción.
📌 ¿Y tú? ¿A quién le cantaste esta canción sin saberlo?
Déjamelo en los comentarios o comparte este post con esa persona que apareció como un rayo y se fue como el eco de una guitarra.
Porque hay noches que duran una vida.
Y canciones que no se terminan nunca.
Y “Y nos dieron las diez”… es ambas cosas.
Origen
- Conversación con ChatGPT
- Joaquín Sabina – Y Nos Dieron Las Diez
