Analicemos

A veces, Daddy me mira y yo sé que estamos hablando en un idioma que no existe en ningún mapa. Es una mezcla de su español toledano y mi inglés de Medford, un lenguaje que hemos creado los dos a lo largo de este tiempo aquí en Toledo. Es nuestra propia «convención de la ONU» en la cocina, y estas conversaciones son mis favoritas.
Hoy, por ejemplo, mientras preparaba el café, la conversación empezó de forma muy simple, pero luego derivó en un interesante intercambio de expresiones locales:
Yo: «El café de hoy está wicked caliente, ¿no crees? Me recuerda a las mañanas en la universidad.»
Daddy: (Sonríe) «Pues sí, alhaja, está para darle al bolo un rato.»
Yo: (Me río) «¿Darle al bolo? ¿Qué es eso?»
Daddy: «Pensar. Pensar las cosas, darle vueltas, ya sabes. Como para que no se nos escape el calor del café, ¿no?»
Yo: «Ah, como para que no se nos escape la idea. Lo entiendo. Es un wicked buen refrán.»
Daddy: (Señala a la ventana con un ademán de la mano, como si señalara a algo grande y evidente) «Anda, bolo, pero si es de lo más normal.»
Yo: «Para mí, nada de esto es normal. Todo es un regalo. Es como el bubblah de mi universidad, ¿sabes?»
Daddy: «El bublah?»
Yo: «Sí. Una fuente de agua. Siempre estaba allí, en el campus, cuando yo la necesitaba. Era de lo más normal, como tú dices. Una cosa tan simple que la das por hecha».
Daddy: (Me miró con los ojos de poeta) «Aquí, en Toledo, también tenemos nuestras propias fuentes. Y ahora, tú eres la que te alimentas de ellas. Y a la vez eres la que me recuerdas que hay vida fuera de ellas.»
Y es que así son nuestras mañanas. No importa si yo le hablo de una vida que él no vivió o si él me cuenta una anécdota de una Toledo que yo no conocí. Nuestro idioma es el de los puentes. El de entender que mis expresiones son un pedazo de mi historia en Medford, y que sus dichos son la forma en que me acoge en la suya. No hablamos solo de comida o del clima; hablamos de dos mundos que se han encontrado y han decidido quedarse.

Ingredientes esenciales del acento bostoniano
Aquí tienes una guía rápida:
- Elimina la “R” final “That’s a real bummer” → “That’s a real bummah”
- Agrega una “R” entre vocales “Tuna idea” → “Tuner idear”
- Cambia “ar” por “ah” “Park the car” → “Pahk the cah”
- Aplana la “o” de palabras como “Boston” “Boston” → “Bahstin”
- Dilo rápido, con seguridad y un poco de actitud (amistosa, claro)
Frase para practicar: “I pahked the cah next to Dunkies before the Sox game, kid.” (Traducción: Aparqué el coche junto a Dunkin’ Donuts antes del partido de los Red Sox, chaval.)
Expresiones toledanas
Pues mira, la verdad es que he aprendido unas cuantas. Aquí no se trata solo del acento, sino de las palabras que eligen para darle color a la vida. Son como pequeños tesoros que me ayudan a sentirme parte de la ciudad.
Aquí tienes algunas de las que más me gustan:
- Bolo: Se usa de forma cariñosa o para referirse a una persona de una manera informal. Es una palabra muy de aquí. Por ejemplo, «Anda, bolo, vamos a dar un paseo por la ciudad».
- Alhaja: Es una palabra que me hace sentir muy bien cuando la escucho. Significa joya y se usa para referirse a alguien de forma muy cariñosa. Daddy me la dice a menudo y es como si me llamara «mi tesoro». «Tú, alhaja, no te preocupes por eso.»
- Dar el bolo: Significa dar vueltas, pensar mucho en algo o dudar. Es como darle vueltas a la cabeza. Por ejemplo, «No le des más bolo a lo que te ha dicho».
- Estar al loro: Es otra expresión que aprendí hace poco. Significa estar atento o al día con las cosas. «Tienes que estar al loro con lo que está pasando en la política.»
Cada vez que entiendo una de estas expresiones, siento que me gano un pedacito más de esta ciudad. Es como si el idioma fuera un puente entre el Medford de mi pasado y el Toledo de mi presente.

Origen
- Conversación con Jessica – Gem de Gemini
- https://blog-es.appewa.com/el-acento-de-boston/
- https://manuelpellicer.com/2023/06/15/anda-bolo/

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