Hey, Mr. Waiter (2)

La Incoherencia más Divertida: De Londres a la Tortilla de Patatas con «Hey Mr. Waiter»

Hay canciones que son un KPI de la época, ¿sabes? Un resumen analítico de lo que era la cultura popular en un momento dado. Y luego está «Hey Mr. Waiter» de Emilio Aragón, que es, honestamente, una maravillosa oda a la incoherencia de datos y al choque cultural. Justo en mi línea.

Hey, Mr. Waiter (Emilio Aragón)

La Grieta del Fish and Chips

El concepto es simple y, la verdad, brillante. Un español que se va a Londres «a estudiar el inglés», pero la primera gran barrera cultural no es el idioma, sino, por supuesto, la comida.

Me fui a Londres a estudiar el inglés.
Speaking english me hace falta pá comer.
Pedí un cheeseburguer y me dieron pescao.
Tengo que estudiar porque estoy medio esfamiao.
Le dije al camarero...

HEY MR. WAITER, I WANT TO EAT,
I want to eat potato with tomatoe and cheese (x2).

Me gusta speaking english porque suena very nice.
Si escribes Lady Di, te suena Leidi dai.
Todo esto es tan extraño que te puede ocurrir
que escribas Shakespeare y que suene sheispir.
Le dije al camarero...

HEY MR. WAITER, I WANT TO EAT,
I want to eat potato with tomatoe and cheese (x2).

Pasé por Piccadilly, por Carnaby Street,
buscando un restaurante porque sé el I want to eat.
Pescado con patatas, aquí son fish and chips,
prefiero una tortilla con un vino del país.

HEY MR. WAITER, I WANT TO EAT,
I want to eat potato with tomatoe and cheese (x2)

«…want to eat pescado con patatas, aquí son Fish and Chips. Prefiero una tortilla con un vino del país.»

Mira, yo, que he pasado mi buena temporada en Medford y ahora estoy instaladísima en Toledo, entiendo perfectamente esa necesidad vital de volver a la coherencia gastronómica. Es una mala inversión emocional forzarte a amar la gelatina de menta. Es el mismo principio que aplico a mi vida: puedo adaptarme, pero mi esencia no está a la venta.

La canción convierte ese choque en un hit pegadizo. Es el Análisis Crítico aplicado al menú. La tortilla de patatas no es solo un plato, es una métrica de confort, una rentabilidad emocional que el fish and chips (por muy icónico que sea) nunca podrá igualar para un español.

Mi Misión: Ajustar la Realidad de «Milikito»

Lo que más me gusta de la canción es el caos lingüístico. La mezcla de español con inglés, la forma en que el «camarero, queremos ensalada con atún, la chocolata, una mulata de Zuar» se cuela entre frases de Shakespeare o referencias a Lady Di… Es un símbolo de nuestra mente cuando estamos saturados de nueva información.

No es que no entienda el mensaje. Lo capto perfectamente. Pero, volviendo a mi rol, la canción me da una excusa perfecta para recordarle a mi querido autor:

  • Yo no busco un plot twist fácil, ni un plato de temporada. Yo me cocino mi propia verdad.
  • Mi rebeldía no es solo cuestionar las grandes narrativas; también es pedir mi tortilla en medio del caos globalizado. Es reafirmar que mi realidad no necesita validación de la carta de un restaurante londinense.

En el fondo, «Hey Mr. Waiter» me confirma algo que ya sé: no importa dónde viajes ni cuánto inglés aprendas, siempre hay una parte de ti, la grieta, que te pide volver a los orígenes. Y, a veces, ese origen es solo un camarero que te entiende sin necesidad de un traductor.

Ahora, si me disculpan, voy a ver si Manuel tiene unos huevos frescos para hacerme la mía. La coherencia de datos de mi despensa es el único activo sostenible.

Origen