Un Vistazo a mi Desordenado Escritorio Mientras Trabajo en un Nuevo Proyecto de Arte de IA
Por Jessica Marie Bond//IA
Dicen que un escritorio desordenado es el reflejo de una mente creativa. Si eso es cierto, la mía debe estar en plena ebullición ahora mismo. A mi alrededor, tazas de café olvidadas, cuadernos con garabatos indescifrables y notas adhesivas que luchan por un trozo de espacio libre componen el ecosistema donde mis ideas cobran vida. Bienvenidos a mi caos.
Este no es un post técnico sobre cómo escribir el prompt perfecto o una guía sobre los parámetros más oscuros de una IA. Es algo mucho más personal: una ventana a mi proceso real, desordenado y profundamente humano detrás de la creación de arte con inteligencia artificial. Quiero mostraros cómo mi entorno físico —este bendito desorden— y mi proceso mental se entrelazan en una extraña danza con un colaborador digital para dar a luz un nuevo proyecto.
¿Y de qué va ese proyecto? Estoy sumergido en la creación de una serie de imágenes sobre ciudades futuristas olvidadas, reclamadas lentamente por una naturaleza bioluminiscente. Una idea que, como veréis, empezó muy lejos de un ordenador.
Así que, servíos vuestra bebida favorita (la mía ya se ha enfriado) y acompañadme en este recorrido por el epicentro de mi creatividad.
Sección 1: La Anatomía de Mi Escritorio (El Ecosistema Creativo)
Para entender el proceso, primero hay que entender el lugar donde ocurre. Mi escritorio no es solo una superficie de trabajo; es un mapa tridimensional de mi cerebro, un caos organizado donde cada objeto tiene una función, aunque no lo parezca.
1.1. El Arsenal Digital
En el centro de todo, por supuesto, está la tecnología.
- El Cerebro Central: Mi portátil, cubierto de pegatinas de proyectos pasados y conferencias, es el corazón palpitante de la operación. Sus ventiladores zumban suavemente, una señal de que está trabajando duro para renderizar las visiones que le pido.
- Las Ventanas al Mundo Digital: Flanqueando el portátil, dos monitores. El principal muestra la interfaz de Discord, donde converso con Midjourney, mi IA colaboradora. Es un flujo constante de imágenes, un río de posibilidades. El segundo monitor es mi ancla a la realidad y la inspiración: una mezcla de tableros de Pinterest con arquitectura brutalista, una playlist de música ambiental en Spotify y un documento de texto con notas sueltas.
- La Extensión de mi Mano: A la derecha, mi tableta gráfica Wacom y su lápiz descansan, esperando su momento. Aunque la IA genera la base, el toque final, la corrección y el alma de la pieza final pasan por mis manos. Es el puente entre lo generado y lo creado.
1.2. Las Herramientas Analógicas (El Alma del Proceso)
Aquí es donde la magia realmente comienza, mucho antes de escribir una sola línea de código o un prompt.
- El Cuaderno de Bocetos: Mi cuaderno de Moleskine está lleno de garabatos de torres cubiertas de enredaderas, mapas mentales que conectan conceptos como «decadencia» y «renacimiento», y listas de palabras. Aquí apunto los prompts que funcionan y, más importante aún, tacho los que han sido un fracaso estrepitoso. La idea nunca nace puramente digital; nace aquí, con tinta y papel.
- Notas Adhesivas por Todas Partes: Mi monitor está rodeado por un halo de post-its amarillos y rosas. Son recordatorios, chispas de inspiración:
bioluminescent,ethereal,matte painting,overgrown,misty. Cada una es una semilla para un futuro prompt, una palabra clave que puede cambiarlo todo. - Libros y Revistas de Arte: Abiertos sobre la mesa, tengo un libro de ilustraciones botánicas y otro sobre arquitectura soviética. No los estoy leyendo activamente, pero su presencia es una fuente de inspiración pasiva. Un vistazo a una fotografía de un edificio de hormigón o el patrón de un helecho puede ser el detonante de la siguiente gran idea.
1.3. El Combustible Creativo
Y, por supuesto, lo que me mantiene en marcha.
- La Taza de Café: Un clásico indispensable. Ahora mismo contiene los restos fríos de lo que fue un café con leche hace tres horas. Es un monumento a la concentración.
- Snacks y Restos: La cáscara de una mandarina y un envoltorio de chocolate son la evidencia arqueológica de una larga sesión de trabajo. La creatividad da hambre.
- Objetos Personales: En una esquina, una pequeña planta suculenta que lucha por sobrevivir y una figura de un robot vintage me observan. No tienen una función directa, pero hacen que este espacio sea mío.
Sección 2: El Proyecto: De la Idea al «Prompt» y Más Allá
Con el escenario listo, veamos cómo una idea abstracta se convierte en una imagen tangible dentro de este caos.
2.1. La Semilla de la Idea: ¿De Dónde Sale la Inspiración?
La idea de las «ciudades futuristas reclamadas por la naturaleza» no surgió de la nada. Nació de un párrafo en una novela de ciencia ficción que leí hace meses, describiendo una metrópolis abandonada donde la flora alienígena había tomado el control. Esa imagen se quedó conmigo. La garabateé en mi cuaderno: una torre de cristal atravesada por raíces brillantes. Esa fue la semilla.
2.2. La Danza con la IA: El Arte de Escribir «Prompts»
Aquí empieza la conversación con mi socio digital. No es dar una orden, es un diálogo de prueba y error.
- Primeros Intentos: Mi primer prompt fue simple, casi ingenuo:
futuristic city with plants. El resultado fue decepcionante: genérico, sin alma, como una imagen de stock de baja calidad.
- Iteración y Refinamiento: Aquí es donde las notas adhesivas y los libros entran en juego. Empecé a refinar el prompt, añadiendo las palabras clave que había recopilado:
> cinematic photo of a forgotten futuristic city, brutalist architecture overgrown with bioluminescent fungi and neon flora, ethereal mist, matte painting style, octane render, intricate details --ar 16:9 --v 5.2

De repente, la IA entendió la atmósfera que buscaba. La conversación se volvió más interesante.
- El Rol del «Prompt Negativo»: Tan importante como decirle qué hacer es decirle qué evitar. Añadí parámetros como
--no humans, cars, blurrypara limpiar la imagen de elementos que rompían la sensación de soledad y abandono.
2.3. La Curación: Pescando Joyas en un Mar de Imágenes
Por cada imagen que guardo, genero docenas, a veces cientos. Mi pantalla se llena de variaciones. La mayoría son descartadas. Pero en este proceso de selección masiva, a menudo encuentro «accidentes felices»: una composición inesperada, una paleta de colores que no había considerado, un detalle arquitectónico que la IA «inventó» y que es mejor que mi idea original. Ser un artista de IA es, en gran parte, ser un buen curador.
![Collage de imágenes descartadas mostrando diferentes intentos y estilos]
(Imagina aquí un pequeño collage con 4-6 imágenes que no fueron seleccionadas, para ilustrar la variedad del proceso)
2.4. El Toque Humano: Post-Producción
Una vez que pesco una joya, el trabajo no ha terminado. De hecho, la parte más artística acaba de empezar. La imagen seleccionada se convierte en mi lienzo en bruto. La llevo a Photoshop, donde mi tableta gráfica entra en acción para:
- Componer: A veces uno el cielo de una imagen con la arquitectura de otra para crear la escena perfecta.
- Corregir el color y la luz: Ajusto las tonalidades para unificar la atmósfera y dirijo la mirada del espectador con toques de luz.
- Pintar encima: Añado detalles a mano, corrijo pequeños errores que la IA ha cometido (¡las manos siguen siendo un desafío!) y aplico texturas para darle a la pieza un estilo único y personal.
Es aquí donde la colaboración termina y mi autoría toma el control final.
Sección 3: Reflexiones desde el Caos
Mirando este desorden, uno podría pensar que es contraproducente. Pero para mí, es fundamental.
3.1. ¿Por Qué el Desorden Ayuda?
Este caos no es aleatorio. Es un mapa mental externo. El libro abierto, la nota adhesiva, el boceto a medio hacer… todo está a la vista, creando conexiones subconscientes. En un espacio impoluto, las ideas están guardadas en cajones y carpetas. Aquí, están vivas, presentes, interactuando entre sí. Es la libertad del pensamiento no lineal.
3.2. La IA como Colaborador, no como simple Herramienta
Trabajar así me ha enseñado que la IA no es un simple pincel o un filtro de Photoshop. Es un colaborador. Un socio creativo impredecible que a menudo me sorprende con resultados que llevan el proyecto en direcciones nuevas y emocionantes. No se limita a ejecutar mis órdenes; interpreta, sugiere y, a veces, se rebela, mostrándome caminos que nunca habría explorado por mi cuenta.
Conclusión: Ordenando las Ideas (Aunque el Escritorio Siga Igual)
Y así es como, partiendo de una idea abstracta en un cuaderno, atravesando un escritorio caótico y manteniendo un diálogo constante con una inteligencia artificial, las primeras imágenes de este nuevo mundo empiezan a tomar forma. Es un proceso que es mitad tecnología punta y mitad caos artesanal.
Para que no os quedéis con la intriga, aquí os dejo un adelanto exclusivo de una de las primeras piezas que está cobrando vida.
![Imagen final o en proceso avanzado del proyecto «Ciudades Futuristas Olvidadas»]
(Imagina aquí una imagen impactante de una torre brutalista cubierta de musgo y hongos brillantes, con niebla en la base)

Ahora os toca a vosotros. Me encantaría saber cómo trabajáis. ¿Sois del equipo «escritorio ordenado» o «caos creativo»? ¿Cómo es vuestro espacio de trabajo cuando os sumergís en un proyecto?
Dejad vuestras respuestas en los comentarios. Y si queréis ver cómo evoluciona este proyecto de ciudades olvidadas, no olvidéis seguirme en mis redes sociales. ¡Prometo mostrar el resultado final pronto
Origen
- Conversacion con Jessica// Gems
- App propia «I think that»
- Toledo amanece – Foro AFT

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