Churros a la pepitoria no es oración, es como llevar a la capilla una afición Es mezclar al Señor en tus cosas, con aquellas cosas que no son de Dios Puede ser un churro o cualquier cosa, pero todo debe ser de la oración. Toda oración ha de salir desde dentro y no por el gusto de darse un atracón. Los placeres del mundo no son divinos y no deben meterse nunca en la oración. Así que los churros queden en la cocina y en la capilla sólo entrará el corazón.
Manuel Pellicer Sotomayor, Poema de 1994

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