Sobre la escena de la aparición de Jesús resucitado a los apóstoles en el mar de Tiberíades
Si Tú eres la orilla, yo el mar , Tú el faro, yo quien salió a pescar, Pero mis redes están vacías, los peces no han aprendido a nadar, se han quedado todos en el fondo, allá donde mis redes no saben llegar. Dime, orilla, ¿qué esconde el mar? Dime, faro, ¿a quién he de iluminar? Amar la orilla desde el barco, amar la luz desde la oscuridad, amar unas redes llenas de peces, amar aquello que te pueda dar. A la derecha está mi pesca, a la derecha, hasta rebosar, pero cuando están llenas nado, a tu lado es donde quiero estar.
Manuel Pellicer Sotomayor, Poema de 2002

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