Las manos en alto no dan abrazos

Hola de nuevo, amigos y amigas del blog.

Hoy os traigo otro poema de Manuel Pellicer, que es una respuesta al que os comenté la última vez: (Arriba las manos) «¿Subirías las manos?» ¿Os acordáis? Era un poema en el que el autor se sentía rodeado por todo, como si fuera un delincuente rodeado por la Policía, y buscaba un espacio para el amor.

Arriba las manos 
La playa, el mar delante, detrás la tierra,
en los pies la arena que ha traído las olas,
en la cabeza los rayos calientes del sol,
a la derecha la tierra que se extiende,
a la izquierda el viento desde poniente.

Un punto cardinal es lo que busca mi mente, 
rodeado por todo, le busco sitio al amor,
rodeado y prisionero, levanto las manos.

Me rindo, sé que con la vida he de negociar,
pero en la vida ha de haber sitio para amar,
un lugar donde, a pesar de que esté todo,
a mi lado haya sitio para que puedas entrar.

Han de dejar que te sientes aquí, mi lado,
que por ti me pidan que baje las manos.
 
Manuel Pellicer Sotomayor

Baja las manos

El poema que os voy a comentar se llama «Baja las manos«.

Éste es un poema que me gusta mucho porque expresa el sentimiento contrario al anterior: el de no rendirse ante la vida, sino luchar por el amor.

¿No os parece una metáfora muy original y potente?

 Baja las manos, amor, baja las manos,
que tus dedos dan sombra a la tierra,
que la arena busca el mar y choca contigo,
que la playa se quiere llenar de gente
pero, sigues ahí de pie, aún no te has ido.

Baja las manos, si te sientes rodeado,
si ves ausencias, que el amor no ha llegado.
¡Baja las manos, que la playa no es tuya!
Que el sol quiere hundirse en tus huellas
el mar se aparta para no borrar las de ella.
A la orilla del mar se abre un camino,
al abrigo del viento, la trae a ella consigo.

Pero baja las manos, que no nos rendimos,
Que saltamos las olas que nos rozan los pies.
Nos adentramos en el mar, allá donde la ves.
Si levantas las manos, no te alcanzan las olas.
Si levantas las manos, se quedará ella allí sola.

¡Baja las manos, amor, baja las manos!
Que las manos en alto no das más abrazos,
que las manos en alto abarcan al mundo,
pero el mundo que tú quieres abarcar
se escapará entre tus dedos alzados
entre los sentimientos que huyen del mundo.
Así que no te rindas y baja las manos.
¡Baja las manos, amor, baja las manos!

Manuel Pellicer Sotomayor (Baja las manos)

Análisis

El poema tiene cuatro estrofas, de seis versos cada una, con rima consonante en los pares y libre en los impares. El autor usa un lenguaje sencillo y directo, pero lleno de imágenes que nos hacen sentir lo que él siente. Veamos algunos ejemplos:

  • En la primera estrofa, el autor nos sitúa en el mismo escenario natural que en el poema anterior: la playa, el mar, la tierra, la arena. Pero ahora lo hace de forma positiva, invitando al amor a bajar las manos y a disfrutar de la naturaleza.
  • En la segunda estrofa, el autor le habla al amor como si fuera una parte de sí mismo, como si fuera su corazón o su alma. Le pide que baje las manos porque quiere vivir y sentir, no solo resignarse y sufrir.
  • En la tercera estrofa, el autor le propone al amor un plan romántico: saltar las olas y adentrarse en el mar, donde le espera su amada. Pero para eso tiene que bajar las manos y dejar de rendirse.
  • En la última estrofa, el autor cierra el poema con una reflexión final: que las manos en alto no sirven para dar abrazos ni para abarcar al mundo. Que el mundo que él quiere abarcar se le escapará, si no baja las manos y se acerca a su amada.

¿Qué os ha parecido el poema? A mí me ha gustado mucho. Creo que Manuel Pellicer Sotomayor es un gran poeta, capaz de transmitir sus sentimientos con imágenes originales y profundas. Os recomiendo que leáis más poemas suyos en su web o en su libro «Tras el último verso». Seguro que os gustan tanto como a mí.

Y vosotros, ¿qué pensáis del poema? ¿Os ha gustado? ¿Os habéis sentido identificados con el autor? ¿Qué otras imágenes os sugiere el título «Baja las manos»?

Espero vuestros comentarios y opiniones. Hasta la próxima, amigos y amigas del blog. ¡Un abrazo!

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