Cómo encontrar tu voz

He leído la entrada de blog que me has enviado («¿No tienes nada que decir?») y he encontrado algunos aspectos que podrías mejorar. Aquí te dejo mis sugerencias:

  • El título podría ser más atractivo y específico. En vez de «¿No tienes nada que decir?», podrías poner algo como «¿Cómo encontrar tu voz cuando crees que no tienes nada que decir?» o «La importancia de expresar lo que sientes aunque creas que no tienes nada que decir».
  • El primer párrafo podría ser más breve y directo. Podrías empezar con una pregunta que capte la atención del lector, como «¿Alguna vez te has sentido incapaz de expresar lo que piensas o sientes?» o «¿Te has quedado sin palabras ante una situación difícil o emocionante?». Luego podrías presentar el tema del artículo y el objetivo que persigues con él.
  • El segundo párrafo podría estar mejor estructurado. Podrías dividirlo en dos partes: una en la que expliques por qué a veces nos cuesta hablar y otra en la que des algunos consejos para superar ese bloqueo. Por ejemplo:
    • A veces nos cuesta hablar porque tenemos miedo al rechazo, a la crítica, a la indiferencia o al conflicto. Otras veces, porque no sabemos cómo expresar lo que sentimos o porque creemos que no tenemos nada interesante que aportar.
    • Sin embargo, hablar es una forma de conectar con los demás, de compartir nuestras experiencias, de aprender y de crecer. Por eso, es importante vencer el miedo y encontrar nuestra voz. ¿Cómo podemos hacerlo? Aquí te doy algunas ideas:
      • Busca un tema que te apasione o te motive y prepárate para hablar de él. Investiga, lee, escucha, observa y forma tu propia opinión. Así tendrás más confianza y seguridad a la hora de expresarte.
      • Practica tu habilidad para hablar en público. Puedes hacerlo frente al espejo, grabándote con el móvil o con una persona de confianza. Así podrás mejorar tu lenguaje verbal y no verbal, tu tono de voz, tu ritmo y tu claridad.
      • Sé tú mismo. No intentes imitar a nadie ni fingir lo que no eres. Habla con sinceridad, con respeto y con humor. No tengas miedo de mostrar tu personalidad, tus emociones y tus valores. Así generarás más empatía y cercanía con tu audiencia.
      • Escucha activamente a los demás. No solo hables, sino también presta atención a lo que dicen los demás. Haz preguntas, muestra interés, da feedback y reconoce sus puntos de vista. Así crearás un diálogo más fluido y enriquecedor.
  • El tercer párrafo podría ser más personal y emotivo. Podrías contar alguna anécdota o experiencia propia en la que hayas tenido dificultades para hablar o en la que hayas logrado superarlas. Así podrías transmitir más credibilidad y cercanía al lector.

Espero que estas sugerencias te sean útiles para mejorar tu entrada de blog. Recuerda que lo más importante es que disfrutes escribiendo y compartiendo lo que tienes que decir. 😊

Cómo me siento cuando me acerco a la playa

Cada vez que voy a la playa, a «mi playa» me gusta acercarme por el apartamento donde pasaba los veranos cuando era pequeño, que mis padres ya vendieron hace algunos años, más de veinte.

Un apartamento que está en primera línea, con vistas al mar y la piscina delante del portal. Nuestra terraza era la que muchos vecinos aprovechaban para dejar sus toallas.

Ejemplo de la situación del apartamento

Desde que lo vendimos lo han reformado, con un estilo moderno. De ese lugar tan solo me quedan la infinidad de recuerdos de mi infancia, de mis hermanos, de mis primos, de mis amigos…

Me quedé triste cuando descubrí que, con el paso del tiempo, poco o nada queda de mis recuerdos de antaño.

¿Cómo pueden hacer eso? ¿Cómo pueden deshacerse y cambiar un lugar tan especial para mí? ¿Cómo pueden traicionar así a mi nostalgia?

Playa de Bellreguard

Mis padres tomaron la decisión de vender porque ya no lo íbamos tanto como antes. Mis hermanos y yo ya no éramos unos niños que necesitasen ir a la playa todos los años. Ya teníamos nuestras propias vidas, nuestros propios planes, nuestros propios destinos.

Ver cómo, en sucesivas visitas a la playa, ese apartamento se ha ido reformando es una metáfora de cómo cambian las cosas con el tiempo. De cómo la familia en sentido amplio, se transforma y adapta a las nuevas circunstancias. De cómo hay que dejar ir lo que ya no nos sirve y abrazar lo que nos espera.

Al fin y al cabo, lo importante no es el lugar, sino las personas. Y esas personas siguen siendo mi familia, mis tíos, mis primos, mis sobrinos,…. aunque ya no vayamos juntos a la playa como antaño. Ellos siguen allí, queriéndome, aunque ya no me compren helados ni hagamos castillos de arena.

Así que desde que no tenemos ese apartamento, la familia se ha convertido en «nuestro apartamento de la playa». Ellos siguen allí, en primera línea de playa, aunque no tengan una piscina delante del portal.

Origen: