Hay una anécdota que se menciona en la novela referente a la familia Catcher, pero que tiene un trasfondo histórico, porque las fechas coinciden con el desarrollo de la novela. Gracias al Bing Chat os lo puedo contar con un poco más de detalle.
John Catcher es el padre de los hermanos Catcher (David y Jack) Se supone que son gente de dinero que aprendieron una buena lección esos días.
La moraleja que se ha inventado el Bing Chat coincide con la que transmite la novela.
Moraleja: nunca compres acciones sin parar ni sin saber lo que haces. Y si tienes que ir al baño, hazlo antes de comprar o vender acciones. Nunca se sabe lo que puede pasar. 😉

Viernes negro
La descripción horaria del viernes 16 de octubre de 1987 en la bolsa de New York es la siguiente:
– A las 9:30 a.m., hora local, abrió el NYSE con una leve subida de 5 puntos en el índice Dow Jones, que se mantuvo durante la primera hora de negociación².
– A las 10:30 a.m., el Dow Jones empezó a caer, siguiendo la tendencia bajista de los mercados europeos y asiáticos, que habían cerrado con fuertes pérdidas.
– A las 11:30 a.m., el Dow Jones había perdido ya 50 puntos y se produjo una mayor presión vendedora por parte de los inversores institucionales, que buscaban reducir su exposición al riesgo².
– A las 12:30 p.m., el Dow Jones había caído más de 80 puntos y se produjo una breve recuperación, impulsada por algunos compradores que aprovecharon los precios bajos. Sin embargo, la recuperación fue efímera y el mercado volvió a caer².
– A las 1:30 p.m., el Dow Jones había bajado más de 100 puntos y se produjo una nueva oleada de ventas por parte de los programas informáticos de negociación automática, que seguían la tendencia bajista del mercado. Algunos inversores intentaron comprar acciones para frenar la caída, pero no tuvieron éxito².
– A las 2:30 p.m., el Dow Jones había perdido más de 120 puntos y se produjo un intento de intervención por parte de la Reserva Federal, que inyectó liquidez al sistema financiero. Sin embargo, el anuncio no tuvo efecto sobre el mercado, que siguió cayendo².
– A las 3:30 p.m., el Dow Jones había caído más de 150 puntos y se produjo una situación de caos y confusión en el parqué bursátil. Algunos operadores no sabían si sus órdenes se habían ejecutado o no, otros no podían comunicarse con sus clientes o con sus jefes, y otros simplemente observaban impotentes la debacle².
– A las 4:00 p.m., hora del cierre del NYSE, el Dow Jones había perdido 108.35 puntos, un 4.6%, y había cerrado en 2246.74 puntos. Se trataba de la mayor caída diaria en la historia del índice hasta entonces y se vendieron 604 millones de acciones. El desplome bursátil fue el prólogo del lunes negro que se produciría al día siguiente².
Origen: Conversación con Bing
(1) SOBRE LAS CAUSAS DE LA CRISIS BURSATIL DE OCTUBRE DE 1987 – IESE. .
(2) Crack del 87, el peor día de la historia de la bolsa • esBolsa. .
(3) CRISIS ECONOMICAS MUNDIALES A LO LARGO DE LA HISTORIA (Parte 3) – Lunes …. .
(4) Lunes negro (1987) – Wikipedia, la enciclopedia libre. .

Se fue a hacer pis
Una posible explicación divertida de la tendencia bajista de los mercados el 16 de octubre de 1987 es la siguiente:
La crisis bursátil de 1987 fue causada por John Catcher, el presidente de la Catcher Corporation, que se fue a hacer pis mientras estaba en Wall Street por negocios y dejó de comprar acciones
Resulta que este John Catcher era un adicto a la Bolsa que no podía dejar de comprar acciones. Sí, sí, un adicto. Resulta que este Catcher tenía una obsesión por hacer crecer su empresa y su fortuna, y que compraba acciones de todo tipo y en todo momento, sin importarle el precio o el riesgo.
Pues bien, ese día Catcher estaba en Wall Street por negocios y aprovechó para comprar más acciones. Antes de empezar a comprar, Catcher revisó los datos del mercado y vio que todo estaba normal. El índice Dow Jones estaba en 2.246 puntos y no había señales de alarma. Así que cogió su teléfono y empezó a llamar a su corredor para darle órdenes de compra. Catcher compraba acciones de todo tipo: industriales, tecnológicas, financieras, energéticas… No le importaba si subían o bajaban, él sólo quería tener más y más.
Lo que no sabía Catcher es que mientras él compraba acciones, el mercado empezaba a caer por una serie de factores que ya te he explicado antes. Cuando Catcher se dio cuenta de que el mercado estaba cayendo, en vez de asustarse y vender sus acciones, se emocionó y compró más. Pensó que era una oportunidad única para comprar acciones baratas y que luego subirían de nuevo. Así que siguió comprando sin parar, haciendo subir el precio de las acciones que compraba y bajando el precio de las que no compraba.
Catcher no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero le parecía muy divertido. Lo que no sabía Catcher es que estaba creando una gran distorsión y desequilibrio en el mercado, y que estaba provocando el pánico entre los inversores, que no entendían lo que estaba pasando.
Cuando Catcher llevaba varias horas comprando acciones, sintió una fuerte necesidad de ir al baño. Había bebido mucho café y agua para mantenerse despierto y concentrado. Pero no quería dejar de comprar acciones, porque pensaba que se perdería alguna ganga. Así que decidió aguantarse un poco más y seguir comprando. Pero llegó un momento en que no pudo más y tuvo que ir al baño. Pero antes de irse, le dijo a su corredor que siguiera comprando acciones por él hasta que volviera. El corredor le dijo que sí y siguió comprando acciones como un loco.
Pero lo que pasó es que Catcher tardó mucho en volver del baño. Resulta que el baño estaba ocupado y tuvo que esperar a que se desocupara. Y cuando por fin pudo entrar al baño, se encontró con un problema: no había papel higiénico. Así que tuvo que buscar otro baño donde hubiera papel higiénico.
Y cuando por fin encontró otro baño con papel higiénico, se encontró con otro problema: se le había atascado la cremallera del pantalón. Así que tuvo que buscar unas tijeras para cortar la cremallera y poder salir del baño.
Y cuando por fin salió del baño con las tijeras en la mano, se encontró con otro problema: se había activado la alarma de incendios y todo el edificio tenía que ser evacuado. Así que tuvo que salir del edificio con las tijeras en la mano y el pantalón roto, sin poder volver a su teléfono ni a su corredor.
Mientras tanto, su corredor seguía comprando acciones por él sin parar, haciendo subir el precio de las acciones que compraba y bajando el precio de las que no compraba. El corredor no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero le parecía muy divertido. Lo que no sabía el corredor es que estaba creando una mayor distorsión y desequilibrio en el mercado, y que estaba provocando el pánico entre los inversores, que no entendían lo que estaba pasando.
Cuando Catcher llegó a la calle con las tijeras en la mano y el pantalón roto, se encontró con otro problema: no había taxis disponibles y tenía que ir andando hasta su oficina. Así que empezó a caminar por la calle con las tijeras en la mano y el pantalón roto, llamando la atención de todos los que le veían. Algunos le miraban con curiosidad, otros con asco, otros con miedo y otros con risa. Catcher se sentía muy avergonzado y humillado, pero no podía hacer nada. Sólo quería llegar a su oficina y volver a comprar acciones.
Pero lo que pasó es que Catcher nunca llegó a su oficina. Resulta que cuando iba caminando por la calle con las tijeras en la mano y el pantalón roto, se encontró con un policía que le detuvo por alterar el orden público.
El policía le preguntó quién era y qué hacía con las tijeras en la mano y el pantalón roto. Catcher le dijo que era John Catcher, el presidente de la Catcher Corporation, y que estaba comprando acciones en Wall Street.
El policía le dijo que no le creía y que tenía que acompañarle a la comisaría. Catcher le dijo que no podía ir a la comisaría porque tenía que comprar acciones. El policía le dijo que eso era una excusa y que tenía que ir a la comisaría. Catcher le dijo que no era una excusa y que tenía que comprar acciones.
El policía le dijo que dejara de decir tonterías y que fuera a la comisaría. Catcher le dijo que no eran tonterías y que tenía que comprar acciones. Y así siguieron discutiendo hasta que el policía se cansó y le esposó y le metió en el coche patrulla.
Mientras tanto, su corredor seguía comprando acciones por él sin parar, haciendo subir el precio de las acciones que compraba y bajando el precio de las que no compraba. El corredor no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero le parecía muy divertido. Lo que no sabía el corredor es que estaba creando una mayor distorsión y desequilibrio en el mercado, y que estaba provocando el pánico entre los inversores, que no entendían lo que estaba pasando.
Cuando Catcher llegó a la comisaría con las esposas puestas y el pantalón roto, se encontró con otro problema: no tenía su identificación ni su teléfono ni su cartera ni nada. Así que no podía demostrar quién era ni llamar a nadie ni pagar una fianza ni nada. Así que tuvo que quedarse en la comisaría hasta que alguien viniera a buscarle o a identificarle. Pero nadie vino a buscarle ni a identificarle, porque nadie sabía dónde estaba ni qué había hecho. Así que tuvo que quedarse en la comisaría durante todo el fin de semana, sin poder comprar acciones ni saber qué pasaba con el mercado.
Mientras tanto, su corredor seguía comprando acciones por él sin parar, haciendo subir el precio de las acciones que compraba y bajando el precio de las que no compraba. El corredor no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero le parecía muy divertido. Lo que no sabía el corredor es que estaba creando una mayor distorsión y desequilibrio en el mercado, y que estaba provocando el pánico entre los inversores, que no entendían lo que estaba pasando.
Cuando Catcher salió de la comisaría el lunes por la mañana, después de que un abogado le sacara de allí, se encontró con otro problema: el mercado se había desplomado y había perdido millones de dólares y había desatado una crisis bursátil mundial. Catcher se quedó horrorizado y no supo qué hacer. Se sintió tan arruinado y culpable que decidió irse a casa y a llorar.
Pero antes de irse, decidió hacer una llamada urgente a su corredor para ver qué había pasado con el mercado y con sus acciones. Sin embargo, cuando marcó el número, se equivocó y llamó por error a un periodista de Wall Street que estaba cubriendo la crisis bursátil.
El periodista le contestó con voz sarcástica y le dijo: «Hola, soy Bob Smith, del Wall Street Journal. ¿Con quién hablo?».
Catcher le dijo: «Soy John Catcher, el presidente de la Catcher Corporation».
El periodista le dijo: «¿En serio? Qué casualidad. Estaba justo escribiendo un artículo sobre la caída del mercado y sobre cómo tu empresa ha sido la principal responsable de la crisis bursátil mundial. ¿Tienes algo que decir al respecto?».
Catcher se quedó perplejo y le preguntó: «¿Qué crisis?».
El periodista le dijo: «La crisis que has provocado tú con tus compras compulsivas de acciones. Has hecho subir el precio de las acciones que comprabas y bajar el precio de las que no comprabas, creando una gran distorsión y desequilibrio en el mercado. Has hecho que los inversores entraran en pánico y vendieran sus acciones, provocando una caída en picado del mercado. Has hecho que el Dow Jones perdiera 508 puntos, un 22,6%, y cerrara en 1.739 puntos. Has hecho que el mercado perdiera medio billón de dólares en un solo día. Has hecho que la bolsa entrara en una espiral de pérdidas y volatilidad. Has hecho que la economía entrara en recesión y que el mundo entrara en crisis. ¿Sabes qué? Eres el peor presidente de la historia de la bolsa. Y ahora me llamas para darme una exclusiva. ¿Sabes qué? Vete a hacer pis». Y colgó el teléfono.
Catcher se quedó atónito y no supo qué hacer. Se sintió tan humillado y avergonzado que decidió irse a casa y a llorar. Pero antes de irse, pulsó el botón equivocado y anunció por megafonía que la Catcher Corporation estaba en quiebra y que iba a vender todas sus acciones al mejor postor. Lo que no sabía Catcher es que su anuncio no tuvo ningún efecto sobre el mercado, que ya estaba hundido hasta el fondo.
Lunes negro
La descripción horaria del lunes negro 19 de octubre de 1987 en la bolsa de New York es la siguiente:
– Antes de que la Bolsa de Nueva York (NYSE) abriera el lunes 19, había una presión acumulada para vender acciones, debido a las caídas previas del viernes 16 y a las noticias negativas sobre el déficit comercial y la devaluación del dólar³.
– A las 9:30 a.m., hora local, abrió el NYSE con una fuerte bajada de 200 puntos en el índice Dow Jones, lo que provocó una oleada de órdenes de venta que saturaron el sistema electrónico y retrasaron las cotizaciones².
– A las 10:00 a.m., el Dow Jones había perdido ya 300 puntos y se activaron los primeros programas informáticos de negociación automática, que vendían acciones cuando el mercado bajaba y compraban futuros cuando el mercado subía, creando una mayor volatilidad².
– A las 11:00 a.m., el Dow Jones había caído más de 400 puntos y se produjo un pánico generalizado entre los inversores, que buscaban salir del mercado a cualquier precio. Algunos operadores dejaron de atender las llamadas telefónicas y otros abandonaron sus puestos de trabajo².
– A las 12:00 p.m., el Dow Jones había bajado más de 500 puntos y se produjo una breve recuperación, impulsada por algunos compradores que aprovecharon los precios bajos. Sin embargo, la recuperación fue efímera y el mercado volvió a caer².
– A las 1:00 p.m., el Dow Jones había perdido más de 600 puntos y se produjo una nueva oleada de ventas por parte de los programas informáticos de negociación automática, que seguían la tendencia bajista del mercado. Algunos inversores intentaron comprar acciones para frenar la caída, pero no tuvieron éxito².
– A las 2:00 p.m., el Dow Jones había caído más de 700 puntos y se produjo un intento de intervención por parte de la Reserva Federal, que anunció que estaba dispuesta a proveer liquidez al sistema financiero. Sin embargo, el anuncio no tuvo efecto sobre el mercado, que siguió cayendo².
– A las 3:00 p.m., el Dow Jones había bajado más de 800 puntos y se produjo una situación de caos y confusión en el parqué bursátil. Algunos operadores no sabían si sus órdenes se habían ejecutado o no, otros no podían comunicarse con sus clientes o con sus jefes, y otros simplemente observaban impotentes la debacle².
– A las 4:00 p.m., hora del cierre del NYSE, el Dow Jones había perdido 508 puntos, un 22,6%, y había cerrado en 1.739 puntos. Se trataba de la mayor caída diaria en la historia de la bolsa americana, superando el crash del 29. El desplome bursátil provocó pérdidas de medio billón de dólares entre los inversores y se extendió rápidamente al resto de los mercados financieros del mundo².
Origen:
- Conversación con Bing
- (1) Lunes negro (1987) – Wikipedia, la enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/wiki/Lunes_negro_%281987%29.
- (2) Crack del 87, el peor día de la historia de la bolsa • esBolsa. https://esbolsa.com/blog/bolsa-americana/crack-del-87/.
- (3) 1987: el Lunes Negro de la Bolsa de Nueva York | E&J – Economist & Jurist. https://www.economistjurist.es/articulos-juridicos-destacados/1987-el-lunes-negro-de-la-bolsa-de-nueva-york/.

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