¿Un Apóstol en Toledo?

Aquí tienes un posible blog divertido sobre el pasado de Toledo en la época de Santiago Apóstol:

Se cuenta que el Apóstol Santiago el Mayor estuvo evangelizando España. Si le echamos un poco de imaginación, nadie nos puede desmentir ni confirmar que no pasase por Toledo, por «Toletum».

Toledo, la ciudad que enamoró a un Apóstol

Hola, amigos y amigas del blog.

Hoy os voy a contar una historia fascinante que tiene como protagonista a uno de los personajes más importantes del cristianismo: Santiago el Mayor, el apóstol que predicó el Evangelio en España y que es patrono de nuestro país.

Según la tradición, Santiago el Mayor era hermano de Juan y ambos eran hijos de Zebedeo, un pescador de Galilea. Jesús los llamó a seguirle mientras estaban en su barca y les dio el sobrenombre de Boanerges, que significa “hijos del trueno” o “de la ira”, por su carácter impetuoso y fogoso.

Santiago formó parte del grupo más íntimo de Jesús, junto con Pedro y Juan, y fue testigo de algunos de los momentos más trascendentales de su vida, como la resurrección de la hija de Jairo, la transfiguración o la agonía en el huerto de Getsemaní.

Después de la muerte y resurrección de Jesús, Santiago se dedicó a predicar el Evangelio por distintas regiones, hasta que llegó a España, donde se dice que tuvo una aparición de la Virgen María en Zaragoza. Pero no todo fue fácil para el apóstol, pues tuvo que enfrentarse a la hostilidad de los judíos y los romanos, que lo perseguían y lo encarcelaban. Finalmente, fue decapitado por orden del rey Herodes Agripa I en Jerusalén, hacia el año 44.

Pero ¿qué tiene que ver todo esto con Toledo?

Pues resulta que, según una leyenda muy antigua, Santiago el Mayor visitó esta ciudad durante su estancia en España y quedó tan impresionado por su belleza y su historia que decidió quedarse un tiempo para evangelizar a sus habitantes. Toledo era entonces una ciudad muy importante, capital de la provincia romana de Carpetania y sede de una floreciente comunidad judía.

fachada de la iglesia de San Román

Santiago se alojó en una casa cercana a la actual iglesia de San Román y desde allí salía a predicar por las calles y las plazas, acompañado por algunos discípulos. Su mensaje era sencillo pero poderoso: anunciaba el amor de Dios manifestado en Jesucristo, su muerte y resurrección para salvarnos del pecado y su promesa de volver al final de los tiempos.

Muchos toledanos se sintieron conmovidos por sus palabras y se convirtieron al cristianismo, recibiendo el bautismo en las aguas del río Tajo. Otros, sin embargo, se opusieron a su predicación y lo acusaron ante las autoridades romanas de subvertir el orden público y atentar contra los dioses del Imperio.

Santiago no se dejó intimidar por las amenazas y siguió proclamando el Evangelio con valentía y alegría.

Plaza de Zocodover en la actualidad

Un día, mientras estaba en la plaza del Zocodover (que entonces se llamaba Foro), rodeado por una multitud que lo escuchaba atentamente, se produjo un milagro sorprendente: una enorme columna de fuego descendió del cielo e iluminó al apóstol, que quedó envuelto en una nube resplandeciente. La gente quedó asombrada y muchos cayeron de rodillas ante aquel espectáculo.

Restos romanos junto a la ermita del Cristo de la Luz

Santiago aprovechó la ocasión para explicar que aquel fuego era una señal de Dios, que confirmaba su testimonio y lo protegía de sus enemigos. También dijo que aquel lugar era sagrado y que allí debía construirse una iglesia en honor a Jesucristo. Y así se hizo: los primeros cristianos toledanos edificaron una pequeña capilla sobre la columna de fuego, que se conservó milagrosamente durante siglos. Esa capilla fue el origen de la actual iglesia de Santiago del Arrabal, que todavía conserva una imagen del apóstol sobre una columna.

cabecera de la iglesia de Santiago del Arrabal

Santiago siguió predicando en Toledo durante algún tiempo más, hasta que sintió que debía regresar a Jerusalén para reunirse con los demás apóstoles. Antes de partir, bendijo a los toledanos y les encomendó que fueran fieles a la fe que habían recibido y que la transmitieran a las generaciones futuras.

También les dejó una reliquia muy preciada: un trozo de la cruz (* Lignus crucis) en la que murió Jesús, que se venera en la catedral de Toledo.

Lignus crucis. Se guarda en el Ochavo de la catedral de Toledo

Santiago se despidió con lágrimas de sus amigos y partió hacia Oriente, donde le esperaba el martirio. Pero su recuerdo quedó grabado en el corazón de los toledanos, que lo consideraron como su padre espiritual y su protector.

Desde entonces, Toledo ha sido una ciudad muy vinculada al apóstol Santiago, que tiene varias iglesias dedicadas a él y que celebra su fiesta el 25 de julio con gran devoción y alegría.

Y ésta es la historia de cómo Toledo se enamoró de un apóstol.

Espero que os haya gustado y que os animéis a visitar esta ciudad maravillosa, llena de encanto y de historia.

Y si queréis saber más sobre Santiago el Mayor y su relación con España, os recomiendo que leáis estos artículos:

Hasta la próxima, amigos y amigas del blog. ¡Un abrazo! 🤗

Biografía de Santiago Apóstol

SantiagoEl Mayor. Santiago Apóstol.?, ú. t. s. I a. C. – Jerusalén (Israel), c.44. Apóstol, santo, patrono de España.(…)

Las únicas fuentes que proporcionan datos fidedignos sobre el apóstol Santiago (Jacobo, Yago, Diego, etc.) se reducen a los Evangelios (especialmente los sinópticos) y al libro también neotestamentario de los Hechos de los apóstoles, que transmite la noticia de su muerte.

  • Se sabe que era hermano de Juan y que fueron llamados por Jesús mientras ayudaban a Zebedeo, su padre, en las labores de pesca, a orillas del mar de Galilea. La familia poseía barca propia y tenía jornaleros a su servicio, y probablemente se dedicaba a la industria de salazón de pescado.
  • Es posible que su madre fuera Salomé, citada por los Evangelios como discípula de Jesús. Santiago formó parte del grupo de los Doce, recibiendo de Jesús, junto con su hermano Juan, el sobrenombre de Boanerges (hijos del trueno o de la ira). Los dos hermanos se atreven a pedir para sí mismos (directamente, según el Evangelio de Marcos, o por mediación de su madre, según el relato de Mateo) un puesto relevante en el reino futuro de Jesús.
  • En otra ocasión, según Lucas, son reprendidos por Jesús por pretender hacer descender fuego del cielo para castigar a una aldea samaritana que no les brindó hospedaje. Pero ambos, junto con Pedro, reciben un trato especial de Jesús, siendo los únicos de entre los Doce que lo acompañan a casa de Jairo, y son testigos de la transfiguración y de la agonía del huerto de Getsemaní.
  • El libro de los Hechos de los apóstoles dice escuetamente que el rey Herodes “mató a espada a Santiago, el hermano de Juan”. La decapitación de Santiago debió de ocurrir hacia los años 43-44 por orden de Herodes Agripa I, Rey de Judea y Samaria desde el año 41 hasta su muerte en abril del año 44.

Esto es todo cuanto se sabe de la vida del apóstol Santiago el Mayor (llamado así para distinguirlo de otro apóstol homónimo). Todo lo demás son conjeturas con más o menos fundamento.

A partir del siglo IV serán muchas las iglesias que se disputen el honor de haber sido creadas por alguno de los apóstoles o de poseer sus reliquias.

En España hay mención de unas reliquias suyas en la ciudad de Mérida, depositadas en la iglesia de Santa María, consagrada probablemente el año 627. Pero sin duda se trataba de una reliquia menor, que acompañaba a otras muchas.

Por esos mismos años comenzó a circular por España una obrita, el Breviarium apostolorum ex nomine vel locis ubi praedicaverunt, orti vel obiti sunt, cuyo original griego, de un siglo anterior, nada dice de España; sin embargo, la versión latina (traducida por no se sabe quién ni dónde) introduce algunas modificaciones, haciendo a Felipe apóstol de las Galias y a Mateo iniciador del Evangelio en Macedonia.

Por lo que hace a Santiago, habla de la predicación del apóstol en España, asegurando que sus restos están enterrados en una desconocida Acaia o Akra Marmarica, lugar de Libia.

Por entonces la noticia pasa al De ortu et obitu patrum, de Isidoro de Sevilla (“Spaniae et occidentalium locorum euangelium predicauit et in occasu mundi lucem predicationis infudit”), («Predicó el evangelio en España y en los lugares occidentales e infundió la luz de la predicación en el ocaso del mundo”) aunque algunos autores consideran este texto una interpolación.

Sea como fuere, de aquí la tomarán, arropada por la autoridad del gran doctor de las Españas, los demás autores, entre ellos Adelmo de Malmesbury, quien antes del año 709 afirmará de Santiago que “hic primitus hispanos convertit dogmate gentes”. (“Quien primero convirtió a las gentes hispanas con su doctrina”) 

A pesar de todo, una figura de la relevancia de Julián de Toledo, muerto el año 690, conocedor del Breviarium y de la interpolada versión isidoriana, hacia el año 686 vuelve a la opinión tradicional de que Santiago solo predicó a los judíos.

En cambio, Beato de Liébana, hacia el año 776, en su Comentario al Apocalipsis, afirmará taxativamente que Santiago recibió la misión de evangelizar España. Y un poco más tarde, entre los años 783-788 en que sin duda fue compuesto, el himno O Dei verbum, atribuido no sin fundamento al mismo Beato, dará un paso más, invocando por primera vez a Santiago como “caput refulgens Ispanie, tutorque nobis et patronus vernulus”, esto es, como gloria y patrono de España. A partir de aquí la predicación del apóstol en España es aceptada de forma casi unánime

Los datos litúrgicos permiten afirmar que hasta el siglo VIII no existe en España un culto especial al apóstol Santiago.

Los textos más antiguos no comprenden la fiesta de Santiago ni el 30 de diciembre, fecha propia de las iglesias orientales, ni el 25 de julio, día que adoptaron las iglesias de Occidente, aunque en los calendarios figura en la primera de estas fechas. La misa Vocantem nos fue compuesta posiblemente en el siglo VIII, al mismo tiempo que la Passio Sancti Sancti Iacobi apostoli, incluida en los pasionarios hispanos y probable obra española, pero ninguno de estos textos menciona su predicación en España ni habla del lugar de su sepulcro.

Excavaciones arqueológicas bajo el subsuelo de la actual basílica compostelana han sacado a la luz los restos de un cementerio hispanorromano con un mausoleo que en algunas de sus partes podría remontarse al siglo I, pero el hecho no prueba más que la continua utilización de un lugar de enterramiento a lo largo de los siglos y que pudo ser aprovechado por los cristianos fugitivos de Mérida. Fue en ese lugar donde el obispo Teodomiro pretendió hallar milagrosamente hacia el año 829 el cuerpo del apóstol

*Lignus crucis

Fue realizada en Barcelona el año de 1326 según reza la inscripción del pie y donada por el Arzobispo Don Juan (1319-1328) para depositar en ella la reliquia de la Vera Cruz que había pertenecido a Luis IX, Rey de Francia. Se emplea en el ritual de nombramiento del Arzobispo toledano donde se le da a besar. 

La reliquia consiste en dos trozos piedra de la columna en la que fue flagelado Cristo. El reverso de la Cruz se acicala con un esmalte central y cuatro placas damasquinadas en los extremos flordelisados.


El Ochavo: Relicario de la Catedral – Memoria del Pasado – Otros – Catedral Primada Toledo

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