A lo largo de la Historia ha habido mucha gente que ha pasado por Toledo y ha dejado para la posteridad el efecto y la emoción que ello les ha causado. – «¡Pachasco se olvidan de contárnoslo!», porque les hubiéramos dado un «pescozón». Pero «cabalito» nos enteramos que han «subido a Toledo».
Ya nos contaron algo el año pasado y a algunos les hemos seguido la pista desde entonces, pero Toledo tiene tanto encanto que sigue viniendo gente y alguno incluso repite o se queda a vivir. ¡Claro que sí, alhaja!
Y, seguramente, habrán estado, no en medio como el jueves, sino «en mitalmedio», porque no se puede estar más en medio que cuando se está en Toledo. Para que aquellos que no se crean sus historias les hayan dicho eso de «¡Anda, bolo!», aunque no fueran toledanos.
Y si se han quedado a dormir, habrán pasado una noche en Toledo, que «no una noche toledana», aunque puede que también, si no han conseguido pegar ojo por causa del calor o los mosquitos en verano
Dr. Gregorio Marañón

“Cuando se ve un rincón de Toledo, o una estampa, o una descripción de la ciudad, no se sabe desde el primer momento lo que en ella es realidad y lo que es leyenda. Vano empeño el del erudito que pretende con sus documentos empolvados discernir el límite exacto de esa realidad y del espíritu inmensurable de la historia y la fábula. Todo lo que se cuenta que ocurre en los recodos de las callejuelas toledanas, en sus cobertizos, en sus subterráneos mitológicos, en sus palacios, en las orillas de su río, todo, pasó o no pasó, pero todo pudo pasar”
Gregorio Marañón
“Toledo no es, como se dice, una ciudad castellana; o, si se quiere, lo es sólo a medias. Castellanas puras son Ávila y Segovia, Burgos y León. Lo que Toledo tiene de no castellano, de más que castellano, algo que a pesar de las torpes guías y de los prejuicios literarios perciben bien algunos espíritus de fina sensibilidad, es precisamente su orientalismo, su mediterraneidad”.
Gregorio Marañón
“Según la hora, según la estación, según las pasiones del alma que lo mira, Toledo es distinto, cambiante: como una joya iluminada por luces diferentes. En esto, sobre todo, reside su inmortalidad.”
Gregorio Marañón
Ernest Hemingway
El escritor estadounidense visitó Toledo varias veces durante la Guerra Civil Española, cuando trabajaba como corresponsal para el periódico The New York Times. Hemingway quedó impresionado por la belleza y el valor histórico de la ciudad, así como por la resistencia de sus habitantes ante el asedio franquista. Hemingway escribió sobre Toledo en su novela Por quién doblan las campanas, donde describe la llegada del protagonista Robert Jordan a la ciudad:
“Toledo era una ciudad hermosa y él había entrado en ella desde el puente colgante que cruzaba el río desde el lado sur. Había visto la gran ciudad gris sobre la colina verde al otro lado del río profundo y ancho mientras subían por la carretera desde el sur. Había visto las torres y las cúpulas contra el cielo y luego habían cruzado el puente colgante y entrado por una puerta grande en la muralla. Dentro todo era estrecho, tortuoso y empinado”.
Ernest Hemingway
Pablo Neruda
Sólo años después volví a sentir desde otra ciudad ese mismo llamado inexplicable. Fue durante mis años en Madrid. De pronto, en una cervecería, saliendo de un teatro en la madrugada, o simplemente andando por las calles, oía la voz de Toledo que me llamaba, la muda voz de sus fantasmas, de su silencio.
“Confieso que he vivido”, Pablo Neruda
Y a esas altas horas, junto con amigos tan locos como los de mi juventud, nos largábamos hacia la antigua ciudadela calcinada y torcida. A dormir vestidos sobre las arenas del Tajo, bajo los puentes de piedra.”
Gustavo Adolfo Bécquer
“Estaba en Toledo; en Toledo, la ciudad sombría y melancólica por excelencia. Allí, cada lugar recuerda una historia, cada piedra un siglo, cada monumento una civilización; historias, siglos y civilizaciones que han pasado, y cuyos actores tal vez son ahora el polvo oscuro que arrastra el viento en remolinos, al silbar en sus estrechas y tortuosas calles. Sin embargo, por un contraste maravilloso, allí donde todo parece muerto, donde no se ven más que ruinas, donde sólo se tropieza con rotas columnas y destrozados capiteles, mudos sarcasmos de la loca aspiración del hombre á perpetuarse , diríase que el alma, sobrecogida de terror y sedienta de inmortalidad, busca algo eterno en donde refugiarse, y como el náufrago que se ase de una tabla, se tranquiliza al recordar su origen.”
(Cartas literarias a una mujer: Carta IV)
Pintores
Por si alguno piensa que no «pinta» nada en Toledo o que una imagen vale más que mil palabras, ¡hasta de eso puede presumir esta ciudad»
Toledo ha sido visitado por muchos artistas de diferentes épocas y estilos, que han quedado fascinados por su belleza, su historia y su cultura:
- El Greco: el pintor griego se instaló en Toledo en 1577 y vivió allí hasta su muerte en 1614. En Toledo realizó algunas de sus obras más famosas, como El entierro del conde de Orgaz, El expolio o Vista y plano de Toledo. El Greco escribió sobre su admiración por la ciudad en una carta a su hijo Jorge Manuel: “Toledo es una ciudad muy hermosa y muy antigua, donde hay muchas cosas dignas de ver y de pintar, y donde hay muy buenos maestros de todas las artes”. Puedes visitar el Museo del Greco para conocer más sobre su vida y su obra.
- Francisco de Goya: el pintor aragonés estuvo en Toledo en 1792, cuando sufrió una grave enfermedad que le dejó sordo. En Toledo pintó algunos de sus famosos Caprichos, como El sueño de la razón produce monstruos o El aquelarre. También retrató a algunos personajes ilustres de la ciudad, como el cardenal Luis María de Borbón y Vallabriga o el arzobispo Francisco Antonio de Lorenzana.
- Gustave Doré: el ilustrador francés viajó a España en 1862 y realizó numerosos dibujos de paisajes y escenas populares. Entre ellos, destacan los que dedicó a Toledo, donde captó la atmósfera romántica y misteriosa de la ciudad. Sus grabados fueron publicados en el libro España, que tuvo gran éxito en Europa.

- Pablo Picasso: el genio malagueño visitó Toledo en 1917, cuando acompañó a los Ballets Rusos de Diaghilev, para los que diseñó el vestuario y la escenografía de Parade. Picasso quedó impresionado por la obra de El Greco, especialmente por El caballero de la mano en el pecho, que le inspiró para crear su propia versión femenina: La dama de la mano en el pecho. También pintó otros cuadros relacionados con Toledo, como Vista de Toledo o La iglesia de San Juan de los Reyes.

Estos son solo algunos ejemplos de artistas que han visitado Toledo y han dejado su huella en la ciudad. Seguro que hay muchos más que podrías descubrir si te animas a visitarla tú también. 😊
Fuentes
- Conversación con Bing
- ¡Claro que sí, alhaja! – TRAS EL ÚLTIMO VERSO
- Frases famosas y citas célebres sobre Toledo– Leyendas de Toledo
- Puerta del Sol Toledo By Gustave Dore Pyrography by Historic illustrations – Fine Art America
- OBRA DE PICASSO » El entierro del conde de Orgaz»(abre en una nueva pestaña)

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