Toledo, de José Zorrilla

En el siglo XIX, José Zorrilla, autor de “Don Juan Tenorio”, ofreció una visión decadentista de Toledo en su poema «Toledo».

José Zorrilla (1817-1893)
TOLEDO [primeras estrofas]

Negra, ruinosa, sola y olvidada,
Hundidos ya los pies entre la arena,
Allí yace Toledo abandonada,
Azotada del tiento y del turbión.
Mal envuelta en el manto de sus reyes,
Aún asoma su frente carcomida;
Esclava, sin soldados y sin leyes,
Duerme indolente al pie de su blasón.

Hoy sólo tiene el gigantesco nombre,
Parodia con que cubre su vergüenza,
Parodia vil en que adivina el hombre
Lo que Toledo la opulenta fue.
Tiene un templo sumido en una hondura,
Dos puentes, y entro ruinas y blasones
Un alcázar sentado en una altura,
Y un pueblo triste que vegeta al pie.

El soplo abrasador del cierzo impío
Ciñó bramando sus tostados muros,
Y entre las hondas pálidas de un río
Una ciudad de escombros levantó.
Está Toledo allí: yace tendida
En el polvo, sin armas y sin gloria,
Monumento elevado a la memoria
De otra ciudad inmensa que se hundió.
Alguna vez sobre la noche umbría,
De este montón de cieno y de memorias
Se levanta dulcísima armonía….,
Cruza las sombras cenicienta luz:
Se oye la voz del órgano que rueda
Sobre la voz del viento y de las preces;
Una hora después apenas queda
Un altar, un sepulcro y una cruz.

(.....)
Duerme ¡oh Toledo! en la espumante orilla
De ese torrente que a tus pies murmura,
Que con agua pesada y amarilla
Roe y devora tu muralla oscura,
Que llora avergonzado tu mancilla,
Tu perdida riqueza y tu hermosura,
Y calla por piedad a las naciones
Que yacen en su fondo tus blasones.
Duerme, sí, con tus fábulas sagradas,
Los ángeles y brujas de tus cuentos,
Las danzas de los santos con las fadas,
Los misterios ocultos en los vientos;
Duerme, sí, con tus farsas parodiadas,
Prenda de tus señores opulentos:
Sepulta en barro tu diadema de oro
Y canta en derredor de tu tesoro.

Hubo unos días de gloria
Vanos recuerdos de ayer:
Apenas hoy de esa historia
Nos queda un Zocodover,
U otro nombre, en la memoria.
Ceñida entonces la plaza
De ancho tapiz toledano,
En la arena húmeda emplaza
Un moro de noble raza
A algún capitán cristiano.
Vestidos están de flores,
Que avergüenzan un jardín,
Balcones y miradores;
Cristales son de colores
(...)

Comentario

“Toledo” es un poema de José Zorrilla que presenta una visión melancólica y nostálgica de la ciudad de Toledo, España. El poema comienza describiendo a Toledo como una ciudad “negra, ruinosa, sola y olvidada”, lo que establece un tono sombrío y desolado1.

Zorrilla describe a Toledo como una ciudad que una vez fue grandiosa, pero que ahora está en ruinas y abandonada. La ciudad está “mal envuelta en el manto de sus reyes”, lo que sugiere que su antigua gloria y riqueza se han desvanecido. A pesar de su estado actual, la ciudad “aún asoma su frente carcomida”, lo que indica que todavía hay vestigios de su pasado glorioso.

El poema también describe a Toledo como una ciudad “esclava, sin soldados y sin leyes”, lo que sugiere un estado de abandono y desesperación. Sin embargo, a pesar de su estado actual, la ciudad “duerme indolente al pie de su blasón”, lo que indica que todavía tiene un sentido de dignidad y orgullo.

En general, “Toledo” es un poema lleno de imágenes poderosas y emotivas que capturan la tristeza y la nostalgia por la grandeza perdida de una ciudad. A través de su lenguaje evocador y sus descripciones detalladas, Zorrilla logra transmitir un sentido profundo de pérdida y melancolía. Al mismo tiempo, el poema también refleja la resistencia y el orgullo de Toledo, a pesar de su estado actual. Es un homenaje conmovedor a una ciudad que ha visto tiempos mejores, pero que aún se mantiene firme.

Origen