Introducción
Llega el encuentro del sábado, 28 de junio de 2003, en Toledo, el último del curso, el más solemne, en el que la gente del movimiento, de los distintos grupos parroquiales han de renovar su compromiso y al que se supone que nadie quiere faltar, porque se supone que el curso ha sido como un camino espiritual y todos han de llegar juntos a esta meta, demostrar sus progresos.
Sabemos que por parte de la ciudad y parroquia de Ana hay un gran interés en acudir. No suelen acudir a todos los encuentros mensuales porque esas dos horas de coche de distancia de ida y otras dos de vuelta en ocasiones se hacen un tanto pesadas para recorrerlas en un mismo día o fin de semana. Sin embargo, cuando se animan, no hay distancia que les frene.
¿Qué pasa con los de Toledo?
En ninguna de las dos versiones de la novela se alude a cómo los de Toledo se han organizado o planificado la asistencia a este día. ¿Acaso no acudirá nadie? ¿Acaso a todo el mundo le ha afectado el pequeño conflicto de nuestra pareja protagonista? ¿Acaso se ha suspendido el encuentro y los amigos de Ana no se han enterado?
Ya sabemos que Manuel no es más que uno más del montón, que no tiene ninguna responsabilidad y se ha acostumbrado a la rutina, a la costumbre. Vive en casa de sus padres y, si se tercia, ni siquiera se ha de preocupar por encontrar a alguien que le acerque hasta la iglesia, va por su propio pie porque no hay distancia demasiado larga como para no darse un paseo.
Manuel ya sabe que por la gente de Toledo, por sus amigos/hermanos, no se ha de inquietar, a él le convocan y, si puede, acude con la puntualidad que las circunstancias le permiten, que, si no acude a la vigilia del viernes por la noche, al menos intentará estar el sábado a primera hora o sin dar demasiado tiempo a que le echen en falta.
El interés de este día
La motivación, el interés de Manuel para acudir, a parte del hecho de que se le haya convocado y no tengo ningún otro compromiso que le impida la asistencia, es la expectativa de reencontrarse con Ana. Lleva todo el mes mandándole cartas, confiado en ser capaz de convencerla para que rompa con este silencio que se ha creado entre los dos, a cuenta de ese desencuentro, de esa primera cita fallida.
Ana ya le ha demostrado que es capaz de perdonar, que sus enfados no son infinitos, aunque en esta ocasión esa decepción pudiera estar un poco más justificada, porque fue posterior a ese «te quiero», porque él la dejó plantada cuando ella tan solo había organizado un fin de semana para poder verse, cuando él por su cuenta ya había hecho sus propios planes. Todo fue consecuencia de esa falta de comunicación, de querer mantener esta relación a distancia.

De manera que cuando Manuel llega a la iglesia, su primer impulso es echar un vistazo rápido a los presentes, en busca de la presencia de Ana, porque ésta no le espera en la puerta con la expectativa de que hablen primero, que resuelvan sus conflictos y no se engañen a sí mismos haciendo creer a los demás que no pasa nada. Ellos necesitan aclarar si lo suyo tiene futuro o se ha roto para siempre.
Entre los presentes distingue con facilidad a los amigos de Ana, a los que estuvieron en a convivencia de la Pascua, puede decirse que esta vez no falta nadie, salvo Ana, a quien parece que han dejado atrás o que ésta de manera premeditada ni siquiera ha puesto su coche a disposición para que pudiera acudir todo el grupo a Toledo. No, Ana no ha acudido.
¿Ana no ha acudido?
Como entre la gente del grupo se ha extendido el rumor, la buena noticia de que Ana y Manuel son pareja desde abril desde la convivencia de la Pascua, entienden que éste debe estar al tanto de esta ausencia y de sus motivos. ¿A quién, si no, le van a preguntar, va a saber qué le ha ocurrido?
Pues resulta que Manuel es quien menos sabe del tema ¡Vaya decepción! ¿Qué ha pasado? ¿Se ha roto la relación? ¿El tema es tan grave que Ana ha tomado la drástica decisión de no venir por Toledo en una larga temporada? La presencia de Ana en estos encuentros mensuales a lo largo del último año ha sido casi una constante.
¡Mejor no opinamos!


Las amigas de Toledo igual se muestran un tanto contrariadas por esta ausencia, por este cambio de planes de última hora, porque, según comentan, ha sido la propia Ana quien se ha ocupado de organizar el viaje para la gente de su grupo, ha cumplido con ese faceta de dirigente. Es más, por lo que estas chicas aseguran, se mostrada encantada con la idea de venir Toledo.
De hecho, hasta los de su parroquia confirman lo dicho por las amigas, que Ana estaba ilusionada con la posibilidad de acudir a Toledo, sobre todo con el hecho de que esta vez acudiera una buena representación de todo el grupo, así no tendría que hacer el viaje sola, incluso se había planteado quedarse todo el fin de semana, lo que de facto se entiende como una reafirmación con su compromiso con el Movimiento.
El problema está en que en el último momento ha avisado de que se tenía que quedar en casa, sin dar muchas explicaciones. Ha sido un mensaje corto, escueto y si muchas explicaciones. Se queda en casa porque ésta enferma. Tampoco hay necesidad de que todo el mundo esté al tanto de sus problemas de salud, tan solo dejar claro que su ausencia es obligada
¿Y qué pasa con lo suyo?
Manuel de todas esas explicaciones, muchas o pocas, espera que alguien le aclare si el fallido intento de Ana por acudir a Toledo, tienen algo que ver con la posibilidad de esa anhelada reconciliación, con ese evitar sentirse culpable por el hecho de que Ana se haya desvinculado del grupo por no cruzarse con él.
Sobre cuestiones tan privadas y personales nadie hace el menor comentario. Casi da la sensación de que la gran noticia de abril de que Ana y Manuel se han hecho pareja ha quedado un poco en el olvido, como algo reservado y exclusivo de ellos dos. Las amigas que en su momento se implicaron ahora se mantienen al margen, no dicen nada a favor ni en contra de esa anhelo por retomar la relación.
Ana está enferma, no ha acudido al encuentro de Toledo y tampoco hay la confirmación de que haya compartido confidencias con sus amigas en referencia a aquella última semana de mayo en que Manuel intentó en balde hablar con ella por teléfono. Ana dejó que sonará el teléfono hasta que Manuel se cansó y cortó la llamada.
Tampoco nadie le habla de las cartas, si le han llegado al buzón, si las ha leído, si han tenido algún efecto en ella, en sus sentimientos hacia él, dado que nadie le ha traído recuerdos en su nombre para reavivar ese amor incondicional entre ellos.
Más bien, parece que el silencio de las amigas se debe a que Ana le ha sacado de su vida, que todo ese interés por acudir a Toledo, se ha debido a un descarado intento por parte de Ana de mostrarse fría e indiferente, como si entre ellos nunca hubiera pasado nada.
¿Y ahora qué?

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