Introducción
Como ya he comentado en alguna ocasión, como trasfondo de la novela está el juego del amigo invisible. Es una manera de intentar que la narrativa resulte un poco más entretenida. Aunque ello se evidencia más en la segunda parte de la novela que en la primera.
La primera alusión a este juego se encuentra en el comienzo mismo de la novela. Ese primer encuentro entre Ana y Manuel también es una manera de presentar a los personajes principales. Es una forma de mostrar el rol que asumirá cada uno dentro de la trama.
Para Ana la historia comienza en el campamento de verano del año 2000. Según cuenta, acudió en compañía de quien entonces era su novio. Tenía la intención de conocer más a ese grupo y de implicarse más en la vida social de éste. En principio parecía un motivo más para fortalecer y reafirmar su relación de pareja. Quería buscar puntos en común.
Sin embargo, lo que descuadra un poco sus planes, su estabilidad, es precisamente un chico que no acude. Más bien, este juego de amigo invisible sucede porque a Ana le dan el papel con un nombre. El nombre se corresponde con alguien que no ha acudido.
No se lo comentamos, pero debido a un fallo de los organizadores, me había correspondido ser su amiga invisible. Esta cuestión se subsanó en cuanto lo dijimos. Sin embargo, me quedé con la sensación de que se debió haber apuntado al campamento. Creo que se borró en el último momento.
Silencio en tus labios 1. Ana.

Es más, como Ana parece dar a entender este chico ausente no es para ella un completo desconocido. La primera impresión de Ana cuando se encuentra con Manuel es decir que «era el de siempre».
De hecho, en la versión de Manuel, se llega a plantear una posibilidad. Podrían haberse conocido con anterioridad. Sin embargo, tampoco hace el esfuerzo por rebuscar en sus vivencias o recuerdos. No recuerda cuándo ni cómo se produjo aquel primer encuentro.
Para Manuel tan solo es una chica que acude a ese encuentro mensual en Toledo tras el campamento. Es una reminiscencia de lo vivido entonces. No tiene muchas expectativas de que vayan a verse o reencontrarse con mayor frecuencia que hasta entonces. En cambio, el novio sí parece ser alguien que va bastante por Toledo. Sin embargo, hasta ese momento tampoco ha presumido de novia.
El juego
El amigo invisible o amigo secreto. Es un juego muy popular. Participan varias personas que se hacen regalos entre sí. No se sabe quién ha sido. Alternativamente, los amigos secretos pueden enviar cartas anónimas a sus correspondientes amigos, utilizando seudónimos.
En estas cartas expresan lo que sienten y piensan acerca de su compañero de juego. A la vez comentan siempre algo de ellos mismos. Lo hacen con el fin de dar pistas sobre su identidad.
Aquí te explico las reglas básicas para organizarlo:
- Formar el grupo: Reúne a todas las personas que quieran participar.
- Sorteo de nombres: Escribe los nombres de todos los participantes en papelitos y colócalos en una bolsa. Cada persona saca un papelito y debe mantener en secreto el nombre que le ha tocado.
- Establecer un presupuesto: Es importante acordar un rango de precios para los regalos. Esto asegura que todos los participantes reciban algo de valor similar.
- Fecha límite: Define una fecha para el intercambio de regalos. Puede ser en una fiesta o reunión especial.
- Mantener el anonimato: Los regalos se entregan de forma anónima. Puedes añadir pistas o acertijos para que sea más divertido.
- Revelación: Al final, se puede revelar quién era el amigo invisible de cada uno. Esto depende de las preferencias del grupo.
Estas son las reglas básicas, pero cada grupo puede añadir sus propias variaciones para hacerlo más interesante y divertido.

El fin del juego
Como establecen las normas del juego, existe una fecha límite. Sin embargo, ya que Manuel no acudió a campamento, tampoco estuvo implicado. Más que ser el «amigo» de su amiga invisible, se convierte en «el amigo ausente«. Todos los detalles de amistad que Ana podría haber tenido con él quedaron en meras intenciones. También todos los actos de fraternidad que podría haber mostrado durante aquellos días no se realizaron. Quedaron como buenas intenciones
Es más, como la propia Ana aclara. Fue una problemática que los encargados del campamento tardaron poco en resolver, le asignaron a otra persona. No sabemos a quién ni el tipo de detalles que llegó a tener con ésta. De aquel campamento tan solo sabemos que Ana puso todo su empeño en ser conocida por ella misma. No quería ser conocida tanto por ser la novia de Carlos, su novio de entonces.
Lo que sí sabemos y forma parte de la novela, de la historia. Tras el campamento, tras ese primer encuentro con Manuel, Ana empieza a sentir una cierta inquietud. Además, experimenta curiosidad. ¿Quién es Manuel? ¿Qué hace? ¿A qué se dedica cuando acude a las reuniones?
Como supuesta «amiga invisible» se preocupa por conocerlo, aunque lo lleva en secreto. Es algo de ella, algo así como una distracción. Así no piensa demasiado en que ya está sola. La ruptura con su novio es una realidad para todo el mundo. En el fondo, ella busca sus propias excusas y argumentos. Quiere seguir en contacto con el grupo, cuando ya tiene bastante vida en su parroquia.
Amigos anónimos del chat
En paralelo a esa historia, está el hecho de que tanto Ana como Manuel. Cada uno por su cuenta y riesgo. Cada uno encuentra en un chat de citas a un amigo con quien hablar. En ambos casos se trata de alguien que prefiere mantener el anonimato. Sobre todo Ana con su amigo. También la amiga de Manuel con éste. Que no se rompa el misterio ni la magia del juego.
Ana se esconde bajo el pseudónimo de «La Dulce Gatita» lo que no deja demasiadas pistas sobre su identidad. Nadie debe descubrir que es ella quien envía estos mensajes. Esto es importante en caso de que quien los reciba sea más curioso o menos indiscreto de lo prometido.
En cambio, Manuel se esconde bajo un pseudónimo que de algún modo es como una diana, «El poeta». Es una pista bastante clara de su identidad, de sus aficiones, aunque también puede ser algo no tan claro. Es evidente que pretende impresionar a la chica del chat, pero esta demuestra no ser tan impresionable. Su misteriosa amiga no busca nada serio, tan solo a alguien a quien contarle sus penas
La segunda parte
En la segunda parte de la novela, rota la relación de pareja, el matrimonio, de algún modo continúa este juego. Ana se marcha de casa y se esconde para no dejar que Manuel la localice. Sin embargo, se sigue preocupando por él. Le cuida desde la distancia. Hasta cierto punto le va dejando pequeñas pistas. Quiere que Manuel sepa que le sigue queriendo. Lo hace aunque sea desde la distancia.
De hecho, no llegamos a entender que sigue habiendo intercambio de mensajes. Manuel aún recibe email de su amiga anónima del chat. Por esa fidelidad a Ana prefiere ignorarlos. Aunque los conserva, por eso de que es como si se los mandase Ana. Existen extraño y sorprendente paralelismo entre sus vidas.
Sin embargo, ahora «La Dulce Gatita», aparte de hablarle de esa ruptura y separación matrimonial, le habla de una hija. El exmarido no parece querer saber nada de ésta. Pero la realidad es que Ana se ha marchado de casa debido a su enfermedad. Ella quiere mantenerles al margen de su sufrimiento. Es como si hubiera fallecido.

Conclusión
Por eso, como conclusión del juego del amigo invisible, éste antes o después se termina descubriendo, casi al final de la novela:
Ana: [Sin moverse de donde está] ¡Sorpresa! Soy yo

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