Introducción
Sábado, 25 de octubre, 2003. (18:50)

Tan solo iban a ser diez o quince minutos para que los dos estuviéramos tranquilos y, en caso de que alguien me preguntase, argumentar que le había mandado a por el coche,
Fotos con los recien casados
Lo típico y habitual en todas las bodas es que todo el mundo se quiera hacer una foto con los recién casados, para tenerla de recuerdo, para dejar constancia de haber estado allí y sentirse partícipes de la felicidad de la pareja, quienes con más o menos entusiasmo participan de estas fotos de grupo.
Foto con los padrinos, foto con los padrinos y el sacerdote; foto con los padres de ella; foto con los padres de él. Ahora con todos los padres, foto con la familia de la novia, foto con la familia del novio, foto con las dos familias juntas; foto con la familia extensa de ella, hasta parientes de tercer grado; foto con la familia extensa de él, hasta parientes de tercer grado; foto con las dos familias, foto con las amigas de la novia, fotos con los amigos del novio; foto con los amigos comunes, foto con el jefe de la empresa de ella…

Manuel ha presenciado esas primeras fotos, sin que él participase en ninguna, a la espera de que se reúna con él y le indique cuándo era su turno, sin querer aventurarse, dado que de algún modo ello es un reflejo del tipo de amistad y relación que ésta tiene y espera mantener con esta pareja, más cuando la invitación a ella y a sus padres fue personal.
Sin embargo, como sabemos, los padres de Ana se han limitado a felicitarles y se han marchado. No han demostrado demasiado interés por hacerse la foto. Su implicación con esta pareja no va más allá de la asistencia a la ceremonia, aunque en su momento Carlos fuera el novio de Ana y hasta cierto punto le consideren el referente para el prometido de ésta.
Es decir que no está previsto hacerse una foto con la feliz pareja; un turno especial para Ana y sus padres, porque tampoco se hace alusión a que a la ceremonia haya acudido el hermano de Ana y familia. Es decir, que Ana no espera tener más protagonismo del que le corresponda y su historia con Carlos ya forma parte de su pasado, de la que ha quedado tan solo una buena amistad.
No habrá foto.
En realidad, como Ana ha mandado a Manuel a por el coche, queda descartada la posibilidad de que éste participe de la sesión de fotos. Casi será como si éste no hubiera participado y Ana lo hubiera hecho en solitario y a título personal, a lo sumo por el hecho de ser la dirigente del grupo parroquial y en representación tanto de aquellos que no hayan podido asistir como del grupo a nivel interdiocesano, aunque haya acudido gente de Toledo.

Parece premeditado el hecho de que Ana prefiera evitar esa coincidencia en las fotos de su pasado con su presente y futuro, casi como queriendo dar a entender que su relación con Manuel queda un poco al margen de su implicación con el grupo parroquial, aunque no tenga intención de desvincularse ni distanciarse, más bien, que sea Manuel quien se integre en todas las facetas de su vida.

Como sabemos, el motivo por el que Ana le ha pedido a Manuel que vaya a por el coche es porque se ha percatado de que éste estaba nervioso y es fácil intuir que no quiere verse afectada por esa tensión, por ese sentirse el centro de su atención cuando ella prefiere disfrutar de este tiempo con los amigos, que necesita tener la situación y los nervios controlados y la presencia de Manuel la puede llegar a superar en estas circunstancias.
¿La pareja del momento?
Después de los recién sacados, entre los amigos de Ana, entre la gente del grupo, Manuel y ella son la pareja del momento, pero el hecho de no verlos juntos es inevitable que genere alguna inquietud. Hay quien tenía noticia de que acudirían juntos y quien les ha visto llegar juntos, pero después cada cual se ha ido por su cuenta y ahora que pueden volver a reunirse, Manuel se ha marchado.

¿Todo va bien? ¿Podemos hacer algo?
A esas preguntas e inquietudes Ana tan solo puede responder que lo ha mandado a por el coche y que no hay motivo para que nadie se inquiete, que la situación está bajo control y no hay motivo para inquietud. Hasta el hecho de que esté lloviendo se convierte en algo favorecedor, dado que así ella no se tiene que mojar, la recogerá en la puerta.
Intenta dejar claro que no hay motivo para que nadie piense que sus tensiones de pareja van a poder estropear un día tan especial, aunque, vistos los precedentes, el hecho de que no aflore esa felicidad de manera natural e irreflenable, sea motivo de inquietud. Dado que ya en mayo hubo una crisis derivada de la distancia y la falta de comunicación y tras la reconciliación en julio, fueron los padres de Ana quienes sacaron a relucir sus reparos.
El chico perfecto, el chico de sus sueños, da la sensación de hacerle vivir la peor de sus pesadillas, que eso de las primeras malas impresiones no son sólo meras impresiones, dado que no parece que sean capaces de entenderse. Que la idea de la gente de Toledo de que forman una pareja ideal se desvanece con el cambio de ciudad y no porque los de aquí sean más críticos con la felicidad de Ana.

Pero, ante esas dudas, Ana se muestra relajada y tranquila. Es momento de hacerse fotos con los novios, con los recién casados, porque ella está tranquila. Si tiene algo que confesar, es que sus sentimientos son firmes. Ella conoce a Manuel y no se toma estos desencuentros demasiado en serio.

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