Un poco más guapos

Introducción

Sábado, 25 de octubre, 2003. (20:20)

Cuando salí del servicio, ya estaban allí casi todos los invitados en la entrada principal, esperando la llegada de los novios. Encontrar a Ana entre la multitud no fue una empresa demasiado complicada

Manuel

No tardó demasiado en reunirse conmigo, en encontrarme entre la multitud, porque no me quedé a esperarle en el pasillo, aunque sí tuve la prudencia de aprovechar e ir también al aseo por cuestiones femeninas.

Ana

Cada uno por su lado

Como es obvio, no acuden los dos al mismo aseo para asearse tras su llegada al restaurante, ni tampoco tardan lo mismo en salir, dado que Manuel se siente empapado tras su paseo bajo la lluvia, aunque llevase el abrigo puesto. Ana, que apenas se ha mojado, no reprime esos últimos retoques de coquetería por si acaso; cosas de chicas sobre las que no da muchas explicaciones.

El caso es que Ana no encuentra muchos motivos para entretenerse, que lo que tiene son más bien nervios por la tension acumulada y que tampoco quiere reunirse directamente con sus amigos. De algun modo intenta disimular que el paseo en coche ha sido menos agradable de lo que le hubiera gustado, aunque la situacion, en general, tampoco sea como para preocuparse. Ella prefiere no hablar del tema.

Manuel y Ana vestidos para la boda

Pensando en su boda

Ana en su version de la novela comenta los motivos por los que conoce el lugar. Es donde se celebró el banquete por la boda de su hermano y como ella es la economista de la familia, de la empresa, está enterada de los costes, tanto como del susto que Manuel se puede llevar en caso de que se lo comentase, asumiendo que esté no encontraria bolsillos suficientes en los que rebuscar para afrontar el gastos.

Aparte era el local donde mi hermano había celebrado su enlace y donde mis padres casi daban por seguro que yo haría lo propio cuando llegase el momento. La cuestión estaba en que no era muy seguro que a Manuel le gustase la idea cuando le enseñaran el presupuesto y menos aún la factura. Por mi parte tampoco una especial preferencia por un sitio u otro.

Ana

Porque, aunque durante el trayecto en coche o con su aparente frialdad Ana haya podido dar a entender que su paciencia ha llegado a tal punto de desesperación, de desengaño con Manuel, que no es descartable esa ruptura en su relación, en realidad, Ana se siente positiva y optimista en cuanto al futuro; un futuro del que Manuel tiene que ser partícipe necesario.

Es más, ¿por qué no plantearse celebrar la boda en Toledo? Ana se plantea con bastante comprensión eso de no tener que seguir al pie de la letra las expectativas de sus padres. Ella está dispuesta a ceder, a renunciar a esa boda a lo grande a cambio de seguir con Manuel y que éste no se sienta tan superado en todos los aspecto. Lo importante es que, cuando llegue el momento, los dos se sientan igual de partícipes e implicados.

Ana y su acompañante

Como lo habitual en los banquetes de boda es preocuparse por saber dónde y con quién se sienta cada uno, Ana prefiere no esperar a que salga Manuel para comprobarlo, aunque en su caso el «con quién» no requiere pensarlo demasiado. Ella no está allí a título personal ni sólo como una amiga del novio, aunque se considere como tal. Aparte de que mantenga una buena relación con la novia.

Manuel tampoco ha recibido una invitación directa y personal, aunque entre los invitados haya gente de Toledo. Está allí como el acompañante de Ana, sin considerar que tenga una relación tan cercana con Carlos, por eso de conocerse de las reuniones mensuales del grupo en Toledo y quizás de su participación en otras actividades como campamentos de verano, convivencias o encuentros a nivel interdiocesano.

Manuel vestido para la boda// Copilot designer

En realidad, como desde el primer momento, cuando los novios le llevaron la invitación a Ana, dejaron claro que lo de elegir acompañante lo dejaban a su elección, sin tener nada que objetar a esa nueva relación, pero con la incertidubre de quienes están empezando o que Manuel no pudiera acudir, podemos intuir que Ana ha tenido sus dudas casi hasta el último momento. Pero dio por sentado que éste sería su primer y casi única elección

Ana vestida para la boda // Copilot Designer

Son la pareja del momento y es lógico pensar que todo el mundo quiere verlos juntos, por lo cual han de sentarse en la misma mesa y ser considerados y tratados como pareja, sin por ello quitarles ni competir por el protagonismo con los novios, más cuando debido a las distancias no son tantas las ocasiones de verlos juntos ni de ver a Ana radiante de felicidad, porque «su chico» ha venido a la ciudad para estar con ella.

El chico más guapo del mundo

La cuestión es que debido a la lluvia, al chaparrón, que le ha caído encima mientras iba desde la iglesia hasta el coche, Manuel no luce con su mejor aspecto y en la comparacion con los demás chicos u hombres invitados sale un poco perjudicado.

Ana confía en recibir un poco de comprensión por parte de los demás si en esta ocasión Manuel no les causa la mejor de las impresiones. El chico es de Toledo y no conoce las particularidades climatologicas de la ciudad, de manera que no se ha planteado la asistencia a la boda de la manera más adecuada. Se vino sin paraguas.

Por otra parte, Ana prefiere pensar que no habrá sido el único chico detallista que se haya preocupado por acercar el coche hasta la puerta de la iglesia. De manera que tampoco será el único que haya padecido las inclemencias de la lluvia. Por lo que, si tiene un aspecto un poco pasado por agua, habrá quien se encuentre con la misma tesitura.

Manuel vestido para la boda// Copilot designer

Ana está perfecta

Entendemos que Ana está perfecta, que apenas ha necesitado unos pequeños retoques ante el espejo, que cualquier otra chica que pretenda competir o rivalizar con su belleza personal lo tendrá complicado, porque ella se ha vestido y arreglado para asistir a una boda, consciente de que será objetivo de todas las miradas después de la novia.

Ella es Ana, esa chica, esa mujer, que, de manera natural, brilla con luz propia allá donde va, de las que parece que ni se esfuerza en destacar para sobresalir entre la multitud, como Manuel ya tuvo ocasión de comprobar en las fotografias del campamento de verano del 2002, porque fue la única que le llamó la atención cuando las vio.

Esta vez Manuel no se limitará tan solo tomar consciencia de la belleza y personaldiad de su chica cuando ésta tiene ese aspecto más desenfafado, sino también cuando los eventos sociales imponen una mayor exigencia en ese sentido

…. en toda la tarde a Ana  nadie le había declarado su amor impresionado por el vestido. Tan solo a mí me podía echar en cara que le agobiara con mi insistencia por obtener una sonrisa.

Manuel

Origen