Introducción
El incidente del parque y la vergüenza sentida por Jessica a la hora de afrontar la situación da pie a comentar otro avance más en este proceso de hacerse mayor, más autónoma e independiente, sin que se llegue a sentir sobreprotegida ni controlada por Ana en todo momento.
Se trata de que Jessica vaya ganando confianza en sí misma y, sobre todo, que se la den los demás, no vaya a ser que, con la excusa, aproveche para hacer lo que le venga en gana sin atender a las normas y respetar unas pautas mínimas y básicas de higiene y comportamiento social.
Por lo que Jessica relata en su diario con respecto a la vida y el trato que reciben las niñas en el St. Clare’s, es más fácil bañar a varias a la vez que esperar que lo hagan de una en una, más teniendo en cuenta que son quince y de edades dispares, entre los 3 y los 14 años, y el día no tiene más de veinticuatro horas, a las que descontar el tiempo de sueño, de clase, de las comidas y en que alguna se revoluciona más que el resto.
Además, me dijo que tenía su permiso, si prefería ir sola cuando fuera mi turno en las duchas, porque hasta ahora he ido en grupo, ya que así se gana tiempo. Que, si me ducho sola, nadie lo entenderá como un castigo ni nada por el estilo; que ni siquiera se asegurarán después si me he lavado por detrás de las orejas. Tan solo que, como las chicas mayores, ya tengo edad para ducharme sola, aunque no vale que diga que me ducho sola y no entre en el cuarto de las duchas en toda la semana o el mes. La frecuencia y el turno en las duchas no cambian. Tan solo que ya no me vigilarán como hasta ahora.
Primer baño sola (Copilot)
Imagínate a una niña pequeña que ha estado acostumbrada a que la ayuden con su rutina de baño. El momento en que decide ducharse sola es un gran paso hacia la independencia y el autocuidado.
Primero, es importante que los padres/ tutores preparen el entorno para que sea seguro y accesible. Esto incluye ajustar la temperatura del agua y asegurarse de que todos los productos de higiene estén al alcance de la niña.
Cuando la niña se ducha sola por primera vez, puede sentirse emocionada y un poco nerviosa. Es fundamental que los padres/ tutores estén cerca para supervisar y ofrecer apoyo, pero también deben darle espacio para que experimente y aprenda por sí misma. Este momento es una oportunidad para que la niña desarrolle habilidades importantes, como la coordinación, la autoconfianza y la responsabilidad.
los padres/ tutores pueden guiarla verbalmente, recordándole los pasos a seguir: mojarse el cuerpo, aplicar el jabón, enjuagarse bien y, finalmente, secarse con una toalla. A medida que la niña se sienta más cómoda y segura, los padres/ tutores pueden ir reduciendo gradualmente su supervisión, permitiéndole ganar más autonomía.
Este hito en el desarrollo de la niña no solo marca un avance en su capacidad para cuidarse a sí misma, sino que también refuerza la confianza en sus propias habilidades y fomenta un sentido de logro personal.
Sigue el ejemplo de las mayores

Aclarar que, como es lógico, la casa dispone de varios cuartos de baño, de manera que en el tiempo de ducha no hay necesidad de que utilicen todas el mismo. Es cuestión de organizarse y ajustar el orden y el tiempo que necesite cada una sin que el tiempo de aseo personal se eternice para nadie.
El hecho de que las niñas mayores, a partir de los ocho o nueve años, ya disfruten de esa autonomía en el aseo se supone que libera de muchos quebraderos de cabeza y de peleas, mientras que la atención de las tutoras y cuidadoras se centra más en aquellas que necesitan más ayuda o se muestran más reticentes a pasar por la bañera con excesiva frecuencia.

Jessica y sus baños
Por lo que se ha contado hasta este momento de la novela y por el planteamiento de ésta, no me pareció que Jessica tuviera que ser una niña demasiado problemática con el tema de los baños ni de su higiene personal. En cierto modo, por resaltar el hecho de que, a pesar de tener ese carácter rebelde, en el fondo es una niña muy dulce.
A su manera, ella es feliz en el St. Clare’s, aunque sea un sitio donde en el fondo no quiera estar, pero del que tampoco se quiere mover mientras su anhelado daddy no venga a por ella.
En cualquier caso, por ese recelo que siente a que se la identifique como una niña del St. Clare’s y que no siempre mantiene una actitud muy afable con las demás, lo de compartir el baño, lo del aseo en grupo, tampoco tiene que ser algo que le agrade, pero sí que acepta con resignación, como algo tan inevitable como ir al colegio o cumplir con un horario y unas normas.
Incluso se puede pensar que eso de haber compartido con las demás esos momentos en los que se puede generar una mayor tensión y crispación, por el nerviosismo provocado por aquellas que rehúyen el baño y quienes, por el contrario, quisieran más atención de la que reciben, es un motivo por el que Jessica no se sienta cómoda en ese ambiente, cohibida.
Pero a partir de ahora, que ya empieza a asear sola, a disfrutar de una mayor intimidad e independencia, ya que se trata de ir poco a poco superando fases y traumas en su vida diaria, estará mucho más relajada, tranquila, sin que nadie le incomode. De manera que se espera que encuentre en el cuarto de baño esa sensación de libertad, ese espacio vital, que acostumbra a buscar en el parque.
No se trata de que se sienta atrapada, porque el objetivo, al final, y de fondo, es que empiece a mostrarse más sociable y menos recelosa a que haya cambios en su vida, a esa normalización que tanto le agobia. Pero, si en vez de «un saco de problemas» se transforma en una adolescente tan solo un poco reservada, habrá mejorado y ganado mucho.
Autonomía en el aseo (Copilot)
La edad a la que los niños comienzan a asearse solos puede variar, ya que depende del desarrollo individual de cada niño. Sin embargo, hay ciertas edades aproximadas en las que suelen alcanzar diferentes hitos de independencia en cuanto a su higiene personal:
- De 2 a 4 años: En esta etapa, los niños empiezan a aprender a lavarse las manos y la cara con ayuda. También pueden intentar cepillarse los dientes, aunque necesitan supervisión para hacerlo correctamente.
- De 4 a 6 años: Los niños comienzan a ganar más independencia. Pueden aprender a bañarse y lavarse el cabello con cierta ayuda y supervisión. También pueden empezar a vestirse solos.
- De 6 a 8 años: A esta edad, los niños suelen ser más capaces de asearse solos, incluyendo bañarse y lavarse el cabello. Sin embargo, pueden necesitar recordatorios y ocasionalmente algo de supervisión para asegurarse de que lo hagan de manera efectiva.
- De 8 a 10 años: A esta edad, la mayoría de los niños pueden manejar su higiene personal de forma autónoma. Pueden ducharse, lavarse el cabello, cepillarse los dientes y vestirse sin necesidad de ayuda.
Es importante recordar que cada niño es diferente y puede alcanzar estos hitos a su propio ritmo. Los padres y cuidadores deben ser pacientes y brindar la guía y el apoyo necesarios a medida que los niños desarrollan estas habilidades.
Origen
- Esperando a mi Daddy. Saturday, April 21, 1990
- Reflexiones personales
- Conversación con Copilot

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