Introducción
Monday, June 20, 1994 (08:00 pm)
Como es un poco tarde y parece una sugerencia un poco precipitada, en un primer momento Ana parece descartarlo. Sin embargo, se percata de que Jessica agradece la visita y la compañía. El hecho de haberse mudado al trastero y por el hecho de que hoy la percibe un poco más sensible de lo habitual hace que se lo piense mejor y alarga la visita.
Ana está a pocos días de marcharse de vacaciones y esta sugerencia de la lectura, aunque sea una buena idea, se verá interrumpida. No tiene demasiado sentido pensar que Jessica le vaya a poner interés cuando se vea sola y que Monica no le dedica la misma atención y tiempo. Lo de horas de lectura por horas de playa es un acuerdo entre Jessica y Ana.

Ana: Como he pensado que quizá te parecería buena idea, te he traído un pequeño texto para que practiques. —Me dice. – Intenta leerlo como puedas. Tan solo me importa la pronunciación.
Hasta final de mes aún quedan posibles días para acercarse a la playa y se entiende que Ana no pretende que su marcha deje a Jessica demasiado deprimida ni desamparada. Son demasiados acontecimientos y cuestiones las que quedarán pendientes y prefiere dejarla con el mejor ánimo posible. Después de todos los agobios del curso, una visita a la playa parece una buena idea, pero ha de ganársela.
Es lunes por la noche y lo de ir a la playa al día siguiente, y con menos motivo en las circunstancias particulares en que se encuentra Jessica, parece un poco precipitado. Sin embargo, se trata de ir sumando horas, minutos, para después computar el tiempo que vayan a estar en la playa. Puede incluso que una vez estén allí, a Ana se le olvide mirar el reloj y sea la propia Jessica quien le advierta que llevan demasiado tiempo lejos del internado y ya es hora de regresar.
Estoy cansada
Se trata de lectura en español. Sí. en español. Por la hora que es, aunque al día siguiente ya no haya que ir al colegio, se entendería que Jessica podría argumentar que está cansada. Es, más bien, hora de ponerse el pijama y meterse en la cama. «¡Ay, qué sueño tengo!«
Conociendo a Jessica y su mentalidad, se puede esperar que no le apetezca o entusiasme demasiado tener que enfrentarse a la lectura de un texto español, con todo lo que ello implica y le supone. Sería más fácil esperar que se busque cualquier excusa para librarse. Después de todo, eso de ir a la playa tampoco es tan fundamental. Se puede vivir sin ello. Es más, el coste de la hora de playa resulta demasiado caro. «Justo ahora me han entrado ganas de ir al baño.»
No da tiempo a que se lo piense
Sin embargo, antes de que a Jessica le dé tiempo a decir nada, Ana se saca un papel tamaño cuartilla del bolsillo, en el que hay escrito un texto en español, de manera que da a entender que ya viene preparada por si acaso. Es, de algún modo, un pequeño chantaje emocional. La visita se puede alargar siempre y cuando Jessica se muestre colaboradora.
Es evidente que se trata de un texto que Ana ha escogido de manera intencionada. No es algo al azar ni según el parecer de Jessica, como ha sucedido hasta ahora, por eso de que la libertad de elección hasta ahora ha sido un intento por motivarla. Lo de saberse el texto de memoria y de antemano esta vez no le va a servir.
Se trata de un texto corto, pero tampoco demasiado largo. Con un mínimo de esfuerzo e interés lo puede leer en cinco minutos o menos. Aunque en esta ocasión no vaya a ser una lectura de cotorra. Ha de ser una lectura mediante la cual Ana sea capaz de entenderla, aunque ella pretenda hacer como que no se entera de nada.
¿En qué idioma lee?
La manera de expresar ese nerviosismo, esa dificultad en la lectura, ese intento por esforzarse con la sensación de que nada de lo que dice o de lo que escucha tiene sentido, dado que la novela como tal es texto y se deja bastante a la imaginación del lector, se muestra con la inconsistencia misma del texto.

Jess: (Leo) De acuerdo con antiguas costumbres, en la tarde del sábado se cantaba en la iglesia de San Lucas, un salve a la Virgen de la Esperanza. Dona Ann Romero, devoto fiel de la imagen, la costa se basa en la tradición de sus antepasados, morir en la práctica por no tener más descendencia que un sobrino mucho más mundana piadoso.….
A pesar de los lógicos y evidentes fallos en la lectura de este spanglish completamente improvisado, ya que el texto en sí reviste una cierta dificultad porque no está escrito en un lenguaje demasiado moderno, Ana prefiere dejarla terminar. No le interrumpe ni le hace ninguna corrección.
Lo que se valora en esta ocasión es más su buena predisposición que el esfuerzo y el resultado. No son horas para tener la mente demasiado despejada, para que esté muy despierta y animada.
Jessica necesita un poco de compañía, que la animen, y Ana, de algún modo, se siente impulsada a corresponderle. No parece que sea el día más idóneo para que Jessica se quede sola y aislada en el trastero, aunque no sea su primer día y después de estas primeras semanas ya lo tenga bastante asimilado.

Ana: Por el esfuerzo y el interés, como es la primera vez, aunque hayan sido dos minutos, apunta media hora en esa contabilidad para el tiempo de playa. – Me propone.
El contrapunto del optimismo
Muy lista no es, pero demasiado tonta o confiada tampoco, de manera que Jessica se preocupa por dejar clara su postura y posición. No reacia a la lectura, pero sí reafirmada en su negatividad a acudir a clase con normalidad, por mucho que el próximo sea el último año en el colegio y esté en juego algo más que alguien pueda localizar a su padre.

Jess: Aunque aprenda a leer, no pienso aparecer por clase de Spanish. – Le aviso y sabe que lo hago en serio.
Por su parte, Ana se muestra igual de condescendiente, pero sin dejar a un lado ese toque de exigencia, ese intento por hacerle ver las consecuencias de sus decisiones y que hay gente mucho más cabezota o firme en sus convicciones. Ella tampoco está dispuesta a ceder ni a rendirse en todo.

Ana: Como quieras. – Me responde. – Debería obligarte a que fueras y más teniendo en cuenta que el próximo curso es el último en el colegio, pero yo empezaré a hablarte en español y espero que conmigo hagas el esfuerzo, por pequeño que sea.
Jessica seguirá empeñada y reafirmándose en eso de «I don’t speak Spanish» sin embargo, el hecho de que se niegue a hablar el idioma y se mantenga en esa lucha o chantaje emocional, tiene oídos, orejas para escuchar. De tal manera que esa resistencia a mantener una conversación no implica que lo que entre por un oído le vaya a salir por el otro. A partir de ahora lo de las horas de lectura va a ser una actividad recurrente.

A partir de ahora, sea o no consciente de ella, habrá un paulatino acercamiento a la posibilidad de que Jessica vea cumplido el mayor de sus anhelos, aunque todo se le haya de dar con cuentagotas. Sin olvidar que Ana ya ha iniciado las gestiones para localizar al padre de Jessica y que no espera que éste reciba cualquier cosa por quitarse ellos el problema de encima.
Origen
- Esperando a mi Daddy. Monday, June 20, 1994
- Reflexiones personales

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