Introducción
Monday, October 10, 1994 (09:00 am)
Esta vez no habremos de esperar a que pase un año para ponernos al día de las aventuras y desventuras de Jessica en el St. Clare’s ni en el colegio. Tendremos la suerte de que ésta ya empieza a sacarle provecho a eso de tener su propio dormitorio y la tranquilidad que supone ocupar el trastero.

Monday, October 10, 1994 (09:00 am)
El viernes por la tarde, al grito de “tonta la última”, el St. Clare’s se quedó casi vacío. Todas habían encontrado una familia de acogida para este fin de semana de tres días y tanto Monica como Ana fueron las primeras que agradecieron que el St. Clare’s quedase libre.

El caso es que está sola, aburrida y vuelve a echar mano de su diario para compartir sus confidencias, en principio con nadie, porque se trata de un diario «secreto», pero como se trata de hacer presente a su padre, a su «Daddy» en esas vivencias, es como si lo pusiera a disposición de todo el mundo. Aunque, bueno, tampoco es algo tan público.
La cuestión es que este largo fin de semana que ya está a punto de acabar, a diferencia de lo sucedido en abril con la semana de primavera, todas las niñas se han marchado con sus familias de acogida. Como siempre, Jessica es la única que se ha quedado. Comparte con nosotros lo que es la dinámica habitual en el St. Clare’s.
A poco más de un mes y medio del final de las vacaciones de verano, las niñas vuelven a tener ganas de marcharse y las familias que las acogieron durante el verano aún no han tenido suficiente con aguantarlas durante aquellas semanas y se muestran dispuestas a continuar con la convivencia.
Es el fin de semana de celebración del «Columbus Day», el «Race Day» o como cada cual quiera considerarlo según su modo de parecer. El caso es que el segundo lunes del mes de octubre es festivo y ello alarga un día más el fin de semana.
La preocupación de Jessica
En realidad, la preocupación de Jessica no es tanto la celebración en sí, por lo que se puede considerar un día de la exaltación de España como país descubridor de un nuevo continente. Lo que, según determinadas ideologías menos hispanistas, supone el impulso y la expansión territorial de un imperio colonial, más que la idea de pensar que es el hermanamiento de los continentes, la entrada de América en la historia.
A ella le preocupa e inquieta que, si no hay cambios de última hora o alguna novedad en sentido contrario, sus días de permanencia en el St. Clare’s tienen los días contados. Ahora sí que ya puede empezar a tener que en junio la van a poner con las maletas en la puerta y echar la llave a todos los cerrojos para que no se pueda abrir desde fuera.
Ha pasado el verano, Ana ha regresado de sus vacaciones, pero no volvió trayendo ninguna novedad ni progreso en esa búsqueda de «Daddy», quien, según la mentalidad de Jessica, es el único que ahora mismo podría enmendar esa patada en el trasero.


En realidad, motivos o argumentos para pensar que Jessica se podría quedar, aunque fuera otro curso más, por si acaso, hay más bien pocos o ninguno. A ella se le ha intentado convencer para que asista a clase de la asignatura de Spanish y se sigue negando por principio. Ni siquiera por darle los buenos días al profesor y que éste sepa que no es una alumna fantasma.
Españoles en América
Hoy es el Columbus Day, de manera que no hay clase. Lo malo que tiene este día es que son inevitables las alusiones a lo hispano, a la celebración del día en que los españoles pusieron el pie en tierras americanas. En realidad, llegaron a una isla del Caribe, un poco lejos de Boston, pero que marcó el inicio de la colonización del continente por parte de los europeos.
Los españoles fueron capaces de lanzarse a la aventura, de cruzar el océano, en busca de un lugar conocido como «Las Indias», pero Jessica no es capaz de cruzar el umbral de la puerta de ese aula para aprender un idioma y una cultura relacionada con ese país de aventureros o de locos.

Aquel viaje de 1492 duró dos meses y no estuvo exento de dificultades, sin ver tierra firme y sin saber cuánto más debían navegar hacia occidente hasta alcanzar su destino y evitarse la ruta hacia el oriente. Por suerte para Jessica, las clases de Spanish, en 1994, no duran más de una hora y tampoco son todos los días. Pero ni aun así se decide a dar el paso.
De hecho, sin llegar a pensar que ello vaya a avivar su rebeldía o resistencia, como ya han comenzado las clases y se aproximan los meses de frío, el aliciente de intercambiar horas de lectura por horas de playa deja de tener sentido, a no ser que en el verano de 1995 la dejen quedarse a vivir en la playa. De hecho, si en junio ha de dejar el St. Clare’s, esa deuda ya no se saldará.
En el diario reconoce que a lo largo de estos últimos meses ha leído bastante, en parte confiada en que durante los primeros días de septiembre aún habría ocasión para acercarse a la playa y porque se deduce que el interés de Ana por fomentar ese hábito por la lectura era evidente. Lo de llevar a Jessica a la playa, no tanto, pero en alguna ocasión debieron ir para compensar. Quedan pendientes muchas horas.
Origen
- Esperando a mi Daddy. Monday, October 10, 1994.docx
- Reflexiones personales

Debe estar conectado para enviar un comentario.